Capítulo 54

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Bill: tsch, tranquila. No hay prisa.

Yo: ¿qué hora es?

Tom sacó el móvil.

Tom: las 11.

Yo: fiesta!

Se rieron.

Bill: cuñadita, me pasó un brazo por los hombros-vas a ver lo que es una afterparty. Eso no es una fiesta, eso es LA fiesta.

Gustav: buena música.

Georg:-apareció por detrás de Gus-buenas groupies. –puso ojos de loco.

Bill: y buena compañía-me dio un beso en la mejilla.

Yo: ¿¡no podemos ir yaa!?

Tom: jajaja la que tenía miedo.

Yo: ¿yo, cuándo?

Entonces unas fans empezaron a gritar y me agarré a Tom fuertemente. Todos empezaron a reírse.

Yo: si tengo miedo. ¿Vale?-grité, aún escondida en el pecho de Tom, quien me tenía abrazada.

Empezaron a reírse y a andar.

Yo: ¿puedo salir?-tom negó-em, por favor -me tenía agarrada fuertemente-nos vamos a caer

Tom: mmmm correré ese riesgo.

Yo: TOM SUÉLTAME-me soltó en el acto, me atusé el pelo y limpié la ropa-gracias

Negó con la cabeza, haciendo un gesto como "estás loca" y se rió.

Empezamos a andar hacia los camerinos y nos volvimos a meter en el de "Tokio Hotel"

Cogimos nuestras cosas y nos fuimos a la puerta para dirigirnos a la afterparty.

Me acerqué a Gus.

Yo: ¿y cómo es?

Gustav: no sé, nunca he estado-se encogió de hombros, tan tranquilo.

Yo: pero cuéntame EN GENERAL!-estaba histérica.

Gustav: tsch, calma calma-puso las manos delante y las movió de arriba abajo.

Había algunas fans en la puerta esperando autógrafos y yo me quedé en el centro como una tonta aguantando insultos.

****: BITCH!

Tom miró a la chica que había dicho esto con asco. Me miró a mí sonriendo. ¿Qué pretendía? No sé. Se acercó a mí y me cogió de la cintura dándome antes un pequeño beso. Yo estaba inmóvil igual que Georg que era el único pendiente. Tom sonrió y empezó a llevarme al coche, justo antes de meterse en él volvió a mirar a la chica que me había insultado y la miró con la mayor cara de asco posible. Le miré extrañada y me indicó que entrase en el coche.

Le hice caso y me deslicé hasta el asiento de atrás.

Tom me siguió y los demás no tardaron en aparecer.

Yo: ¿qué ha pasado Tom?

Bill: es una fan tío, gilipollas, vale, pero no se las puede tratar así.

Tom: ¿y cómo ha tratado ella a Alcris? A ver, joder, estoy con ella ¿vale? ¿Qué va a pasar? No va a comprar nuestro siguiente Cd? Ella se ha pasado. ¿Por qué tendría que sonreírla y firmarla un autógrafo?

Yo: porque es una fan-respondí secamente-puedo aguantar insultos. ¿No entiendes que me da igual? He aguantado a Eliot todos estos años.

Todos se empezaron a reír y se acabó la tensión que reinaba en el coche. Y entonces me di cuenta de que el cámara lo había grabado todo... en fin. Suspiré echando todo el aire que pudiera haber en mis pulmones.

Georg: ¿qué tal tu primera gala de premios Alkjis?

Yo: rara. Pero molan.

Tom miraba por la ventana en su mundo. Querría preguntarle qué le pasaba y no me importaba hacerlo delante de ellos, que también le miraban intrigados, pero claro, estaba la puta cámara que lo grababa todo.

Menos mal que luego se iría para su casa...

Me uní a las bromas de Gus que contaba riéndome con los demás cuando lo hacían, pero intentaba averiguar qué le pasaba a Tom.

Al fin llegamos a la afterparty que estaba con mogollón de paparazzi en la puerta. Tranquilidad.

Bill: ¿estoy bien?

Yo: genial. ¿Yo?

Bill: obvio que preciosa

Le sonreí y le cogí de la mejilla.

Salimos del coche y los flashes nos alumbraron, se acercaban lo más posible a nosotros, pero los guardaespaldas hacía una barrera humana dura por la que ni un misil atravesaría. Normal... con esos cuerpos.

Al final conseguimos entrar en la sala.

MADRE DEL AMOR HERMOSO.

Era enorme.

Enorme.

Vamos, que no veía el final.

Espera, ah no, no veía el final.

Estaban poniendo música para bailar. No era mi favorita, pero para bailar pegados era la mejor.

Tom seguía atrás del grupo, así que me acerqué a él y le di un beso en los labios cogiéndole de las manos.

Yo: ¿todo bien?-asintió-¿de verdad?-volvió a asentir, mirando a otro lado-bailemos pues.

Lo llevé a la pista de baile y coloqué sus manos en mi cintura. Empecé a mover la cintura hacia los lados y me acerqué a él.

Yo: ahora es cuanto tú también bailas-no pudo evitar reírse-es muy fácil, mira, tienes que agarrarme fuerte y moverte.

Empezó a hacer lo que le había dicho.

Me puse de puntillas y cuando estaba a escasos milímetros de su cara susurré.

Yo: llevo toda la noche queriendo hacer esto-me acerqué a él y se puede decir que le comí. Me encantaba cuando estaba pensativo, y no podía evitar querer besarle.

Tom: te recuerdo que por aquí hay cámaras?

Yo: me da igual-me volví a acercar a él y a besarle.

Se volvió a separar y puse cara de enfurruñada.

Tom: riéndose-me encantas

Yo: tú me encantas a mí.

Le abracé y me hundí en su camiseta, aspirando su olor.

El mismo olor que olí la última vez que lo abracé de pequeña. Antes de que se fuera.

La mirada de Tom subiendo al autobús. Mis lágrimas. Su pulsera.

No pude evitar emocionarme y que alguna lágrima amenazara con salir.

Tom: ¿qué te pasa?

Yo: este olor me recuerda a cuando te fuiste.-inconscientemente me toqué la muñeca, pero la pulsera no estaba-la debería haber traído!! Y decirle a todos lo maravilloso que eres.

Tom:-sonrió- sé que la tienes en el hotel.

Yo: ¿te fijaste?

Tom: antes de que fuéramos al instituto y tal, no sabía si hablar contigo o estarías realmente enfadada, pensaba que era por mis múltiples encontronazos con chicas.... Y entonces te vi la pulsera. Después de hacerte un chequeo, por cierto, qué chequeo-los ojos se le iluminaron-me fijé en tu muñeca, y ahí estaba la pulsera, un poco rota-me reí-pero la pulsera. Entonces supe que estarías enfadada conmigo, pero que me perdonarías.

Los ojos se me llenaron de lágrimas. ¿Por qué soy tan llorica?

Seguíamos llevando el ritmo de la canción, pero inconscientemente.

Yo: nunca me la quité. No te voy a negar que lo intenté. Pero no conseguí más de 2 días sin ella. Cuando me la quitaba era como si no hubieras existido. Como si no fuera cierto. Me hacía pensar que en algún momento me tuviste cariño.

Tom: sabes perfectamente que nunca te olvidé.

Lo que nunca imaginaste || Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora