Capítulo FINAL

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Cap 81

Yo: ¿Quieres a estos bebés? – se quedó callado, mirando al suelo, sin decir nada... - no hace falta que respondas – me fui a dar la vuelta, pero empezó a sonreír - ¿qué es lo que te hace tanta gracia? – dije, poniéndome de los nervios.

Me cogió por la cintura y me acercó a él. Me miró fijamente a los ojos, mientras mi corazón palpitaba a un ritmo desenfrenado. Bajó sus labios y me besó. Posó suavemente sus labios sobre los míos, y los abrió. Un beso dulce, cálido...

Se separó aún sonriendo y me susurró las palabras que me harían feliz de por vida.

Tom: te quiero, a ti y a los bebés – los ojos se me llenaron de lágrimas – y quiero pasar mi vida con vosotros. Quiero envejecer a tu lado. Simplemente quiero estar junto a ti. No me volveré a ir, te lo prometo.

Me abracé fuertemente a él. ¿Qué más necesitaba?


7 meses y medio después

-Toooooooooooooooooooooooom! – gritó Alcris – TOOOOM!

El aludido fue corriendo al salón, donde la embarazada se agarraba la tripa observando el charco a sus pies.

-¿Ya vienen? – preguntó Tom, asustado.

-No puede ser, estoy de 8 meses... aahh! – se retorcía del dolor.

-Vamos al hospital. Voy a por las cosas – subió corriendo las escaleras y sacando el móvil para hablar con su hermano. Bill también tenía que estar ahí.

A los pocos minutos bajó, colgando el móvil. Se lo guardó y fue a ayudar a Alcris a levantarse, quien no podía mantener el equilibrio debido a su gorda barriga.

-Tom... no pueden venir, no pueden... es pronto. – Tom negó con la cabeza – AH!

-Venga, Bill y yo nacimos antes de tiempo, no pasa nada. Todo saldrá bien, ¿vale? – Alcris asintió y Tom le dio un beso en la frente.

Salieron a la calle y entraron en el coche. Alcris miró a su casa. Ya se imaginaba entrando con dos niñas en sus brazos.

-Respira ¿vale? – Alcris asintió. Se estaba mareando, pero no quería decir nada. Supuso que era normal.

Tom iba intentando tranquilizarla durante todo el viaje. Tras unos 10 minutos que a Alcris se le hicieron eternos, llegaron al hospital.

Se bajaron y un auxiliar le cedió una silla de ruedas para poder estar más cómoda.

Fueron a recepción, donde Tom tuvo que quedarse haciendo el maldito papeleo mientras los médicos se llevaban a Alcris a la sala.

Los primeros en llegar al parto fueron Gustav y Kim, que vivían a pocos minutos del hospital. Se encontraron a Tom terminando el informe. Cuando estuvo todo preparado, los 3 se adentraron en el hospital, dirigiéndose a la habitación donde estaba Alcris hasta que estuviese completamente dilatada.

Cuando entraron en la habitación había una enfermera intentando tranquilizar a Alcris, que se retorcía. Tom se abalanzó sobre la cama y, cogiéndola de las manos, la besó.

-Todo va a salir bien, venga. Que ya vienen. Vamos a tener dos niñas preciosas – le dijo Tom al oído. Alcris sonrió, pero esta sonrisa fue sustituida por una mueca de dolor.

Entró un médico, a ver cómo iba todo.

-Qué rapidez – dijo – ya estás lo suficientemente dilatada. Vamos a llevarte.

Lo que nunca imaginaste || Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora