Capítulo 53

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Esto no debía ser fácil.

Suspiré y llevé mi mano a la de Tom.

Levantó la mirada y le sonrió, él me sonrió también y señaló el premio que les habían dado, que yacía en la mesa, diciéndome que no importaba.

Me acerqué a él.

Yo: el próximo lo ganáis o me... o ...-empecé a pensar

Tom: mira, sencillo, si ganamos me plantas un morreo delante de toda esta gente.

Yo: y yo gano con eso?

Tom: un beso del maravilloso Tom K.

Yo: en fin...-suspiré.

Me empecé a reír.

Tom: ¿eres bipolar?

Yo: no, es que estaba pensando que de aquí no saldré hoy viva. Así que me río por darle humor al asunto...

Sonrió y me dio un beso en la mejilla.

Tom: no te van a matar, porque si mueres me mato, y si muero se mata Bill. Nos tienen demasiado cariño.

Yo: ¿eso es un cumplido?

Tom: efectivamente.

Yo: claro.

Me reí y Tom se unió a mis risas.

Georg: otro premio.

Salió Rihanna al escenario.

Rihanna: hola hola!-sonrió y empezó a dar un discurso, tras unos minutos-pues vamos a dar el premio.

Noté como Tom se tensaba a mi lado y Bill empezaba a temblar, podía imaginarme a Georg mirando al suelo y tocándose el pelo y Gustav intentando mantener la calma.

Rihanna: y, la mejor gira americana del año es para...-redoble de tambores-TOKIO HOTEL!

Bill saltó cuando empezó a pronunciar la T y cuando terminó la palabra, los otros tres saltaron. Otra vez abrazos, felicidad y gritos de los fans.

Tom me miró y me guiñó un ojo.

Me reí y asentí.

Salieron al escenario y dieron otro discurso, bueno, nada, agradecimientos.

Volvieron y se sentaron, Tom a mi lado.

Tom: y ahora es cuando me besas.

Yo: ¿por qué?

Tom: apostamos.

Yo: em retiro la apuesta, merece la pena vivir.

Tom: dime que no quieres besarme.

Yo: sabes que quiero, que la tentación de tus labios es demasiado grande.

Acercó su cara, quedando nuestros labios a escasos milímetros.

Tom: entonces olvida TODO.

Me mordí el labio intentando controlar mis deseos de gritar a todo el mundo lo mucho que le quería, pero en vez de eso, le besé.

Tenía miedo y estaba insegura. Mis movimientos eran pequeños cortos y tímidos. Pero Tom no tardó en hacer pasar una lengua segura y juguetona a mi boca. Oí gritos pero no les hice caso, posiblemente lo que estábamos haciendo era una tontería, y lo pagaríamos. Pero me daba igual. ¿Vive el segundo, no?

Oí a Gus reírse y entendí que había llegado el momento de cortar ese beso.

Tom no opuso demasiada resistencia, pero no fue fácil tampoco.

Estaba colorada y acalorada y según me separé de él bajé mi vista al suelo.

Bill: AFTERPARTYYYYYYYYYYYYYY!

Yo: ¿ya ha terminado?

Gustav: ouh yeah baby.

Yo: jajaja, en fin... vamos allá. 

Lo que nunca imaginaste || Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora