Parte 6

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Caminar a lado de Sarah era maravilloso, sin embargo, empezaba a molestarle las miradas de las personas, era una mirada de desaprobación, cada vez que lo hacían sentia como Sarah se retraía. La última vez fueron a la plaza, intentó tomar su mano, pero ella se apartó, solo se excusó diciendo que podían verlos, Bruno solo asintió como si no importara, pero por dentro se sentía inseguro.

El fin de semana encontró a Sarah en el departamento de su hermana, el momento era inesperado y tenían que actuar como si nada.

─Que sorpresa ─dijo su hermana mientras secaba su cabello con una toalla─, tú nunca me visitas, vamos entra

Bruno tomó lugar en aquel sofá mientras miraba a Sarah en el comedor. Se miraron con discreción, él tenía tantas ganas de ir hacia ella.

─¿Quieres comer?

─No, gracias.

─Y ¿a qué debo tu visita?

─Quería verte, tiene tiempo que no te veo.

─Tienes mala suerte, Sarah y yo vamos a salir en un momento.

─Puedo acompañarlas ─sugirió en un intento por estar con ella.

─Lo siento, pero es reunión de ex compañeros.

─No tenemos mucho tiempo ─escuchó decir a Sarah─. Apúrate.

─Tienes razón me voy a vestir. Bueno hermanito nos vemos.

Una vez que su hermana se perdía por aquella puerta fue directo hacia Sarah, se miraron y después sonrieron.

─A qué hora piensas venir a mi ─sabía que se refería a sus labios.

─Tú deberías venir a los míos.

─¿Y por qué yo? ─enarcó una de sus cejas.

─Porque soy el hombre de tu vida.

─Ni creas que con eso me voy a levantar de aquí.

─No sabes las ganas que tengo de tenerte entre mis brazos.

Se puso de pie y cruzó los brazos─. ¿Qué más?

─Sabes que voy a besarte, pero esta vez comenzaré por tu cuello luego por tus suaves mejillas y al final, esa boquita será mía.

─Casi me convences.

─Te haría el amor, pero bueno estamos en el departamento de mi hermana ─parecía que aquello la ponía nerviosa, pero Bruno pensaba que tal vez era su imaginación.

─¿Me harías el amor?

─Eso creo.

─¿Eso crees?

─Bueno vas a venir por mis besos ¿sí o no?

─Me gusta cuando te pones así ─Bruno rodeo su cintura con una mano, lentamente acercó sus labios hacia su cuello y fue subiendo hasta detenerse en su preciosa boca, no dudo en sumergirse, en extasiarse de ese tacto mágico y caudaloso.

El ambiente estaba envuelto en partículas que estallan al más mínimo contacto. La tomó entre sus brazos y la depositó en el sofá. Era de admirar la sonrisa que poseía esa mujer, ella contagiaba cada espacio de su cuerpo.

─Bruno espera ─susurró alarmada mientras sus manos se apoyaban en su pecho para detenerlo─. Bruno tu hermana está en su habitación.

Cohibido y con las mejillas sonrojadas se hizo aun lado. Bruno se había dejado llevar por el momento, ni siquiera lo había pensado pero la sensación que Sarah le producía era casi imparable.

A pesar del tiempo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora