Aceleró rebasando el límite de velocidad, era lo de menos cuando su cuerpo era controlado por el miedo y la adrenalina. Toda la carretera se encontraba a oscuras, se guiaba solo por los faros del auto; una mano en el votante y la otra en la palanca de cambios, respiración agitada, escalofríos. Deseaba que todo fuer un sueño.
El teléfono no dejaba se sonar, pero él no respondía. Un cambio más y acelero, dejando atrás el sonido del teléfono.
*****
Mantenía la mirada fija en aquel video que era visto por muchas personas en línea. Una periodista grababa con su teléfono lo que estaba ocurriendo en aquel salón de aquel restaurante reconocido, habían secuestrado a una mujer y Bruno, estaba envuelto.
Escuchaba y miraba la expresión de ese joven; miedo, desesperado, perdido pero decidido.
La voz del secuestrador le preguntaba ¿Puedo saber por qué te dejo? Era obvio que se refería a ella, Sarah se removió incomoda en el sofá sin saber porque su corazón latía de ese modo.
─Prefirió escuchar la voz de la gente, y se olvidó de escuchar a su corazón ─Sarah suspiro con algo más que arrepentimiento─. Cuando la vi con otro hombre sentí que me liberaba, pero a la vez me dolía perderla, porque a pesar del tiempo aun sentía algo por ella, un sentimiento pequeño que al final desapareció.
En el video se apreciaba a toda esa gente vestidos de gala estar en silencio, Sarah asustada miraba a Bruno seguir hablando con el secuestrador. El sonido de su teléfono le hizo sobresaltarse.
─¿Lo estás viendo? ─dijo al responder la llamada.
─Si, Eva. Bruno esta en medio de todo, el secuestrador puede ser peligroso. Creo que él lo está manejando bien.
─Acaba de hablar de ti. De tu abandono.
─No me lo recuerdes, por favor ─quiso decirle que daría lo que fuera por estar con él, pero era impulsivo ese pensamiento de su parte─, no me explico cómo fue que termino así.
─El ex esposo de Elena salió de la cárcel hace poco. Está buscando vengarse de sus padres. Todo mundo está viendo el video-
─Lo dices como si esto te entretuviera ─frunció el ceño.
─Te equivocas, Bruno también me preocupa.
─¿Cómo que te preocupa?
─Sarah, dejémonos de estupideces. Sé que aun sientes algo por él, me di cuenta el día de la ceremonia, lo mirabas de una manera-
─¡Te equivocas!
─Escucha, yo no lo conozco, pero Bruno me gusta, y estoy preocupada al igual que tú, no quiero que le suceda nada malo.
─¿Cómo puede gustarte? ─preguntó irritada─, no lo conoces.
─Puede que su forma de ser sea un misterio para mí, pero me gusta. No puedo mentirte, sueño con él.
─Eva, no puedes enamorarte de él.
─Claro que puedo, solo mira lo que está haciendo por esa tal Elena, Bruno se está jugando todo por ella.
─Aun así ─cerró los ojos llenos de molestia, no quería creer que ella tuviese sentimientos por él─, no puedes querer a Bruno. No hay nadie que pueda amarlo tanto como
─¿Qué ibas a decir? Bruno no es un juguete, no es un objeto de tu propiedad ─escuchaba la voz molesta de su amiga─, jamás debiste dejarlo.
─Tu no entiendes, Eva. Mis padres no lo iban aceptar, Bruno no estaría siempre conmigo, él es joven y yo tarde o temprano lo nuestro iba a terminar.
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A pesar del tiempo ©
Romance«Si tan solo pudieses verme como algo más que un alumno » «Si supieras lo que haces sentir cada vez que te veo» «Es un hecho estoy enamorado de ti, Profesora» Mientras más pasan los días más crece la atracción por aquella mujer. Bruno jamás imaginó...