Parte 46

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A las 11 fue el primer receso, se habían presentado todos los medios locales, entre ellos se encontraba Betty quien contó su versión de los hechos al juez. De lejos vio a su padre conversar con el abogado, aún permanecían distanciados. Para disipar la tensión tomó el teléfono, estuvo a punto de enviarle un mensaje a Sarah, pero al final prefiero dejar esa idea.

─¿Cómo te sientes? ─le preguntó su madre.

─Bien, algo tenso, pero sé que todo saldrá bien.

─Solo mantente firme que del resto se encargaran los abogados ─y así lo hacía, no caería en provocaciones, era obvio que la mayoría de los medios estaban más que molestos por la dirección del juicio─. Espero que tú y tu padre hagan las pases, verlos así me pone muy tensa.

Bruno apretó el puente de su nariz, después miró a su madre.

─Mi papá es difícil.

─Los dos diría yo.

─Por ahora solo quiero concentrarme en el juicio, que todo esto se acabe de una vez por todas.

─Ya verás que todo se termina.

─Si, porque es difícil salir a la calle sin que me tengan que negar el servicio.

*****

─Lo siento Claudia, pero es mejor que lo olvides. No pienso ceder ante nadie.

─Profesora, usted está comprometida, Bruno es libre de andar con quien él quiera.

─Diego firmara los papeles del divorcio, amo a Bruno.

─Es solo un capricho suyo. Si no fuera por usted Bruno y yo estaríamos juntos.

─Pero las cosas fueron de otro modo.

─¿Solo me citó para decirme esto? No voy de dejar esto que siento por él. Usted es una ¿Qué no lo ve? Usted es una mujer mayor que él.

─Esos prejuicios han quedado atrás ─se levantó muy molesta sin probar su café─. Yo invito.

Segura de sí misma salió de la cafetería. Caminaba por la calle con la misma molestia mientras esperaba que respondiera la llamada.

─Eva, soy yo. Necesitamos hablar, iré a tu departamento.

─Se puede saber de qué vamos hablar.

─Bruno Díaz.

Hizo la señal al taxi mientras esperaba la ofensiva de Eva.

─Te estaré esperando.

*****

─Mi nombre es Bruno Díaz ─se encontraba frente a las cámaras, pero aquellas serían sus últimas palabras─, y soy inocente.

─¿Algo más que quiera decir? ─preguntó aquel reportero.

─Es todo. Muchas gracias ─se alejó para estrechar la mano de su abogado defensor─. No tengo palabras, solo puedo decir que me siento libre.

─No te olvides de mí ─Betty aparecía repentinamente con cara de felicidad.

─Gracias a ti también.

─Te recuerdo-

─Lo sé, te debo esa entrevista, y te la daré. Por ahora solo te pido tiempo.

─¿Qué harás para festejar?

─No puedo salir aun, mi abogado dice es recomendable que primero salga la nota en todos los periódicos locales.

─Deberías mirarte, ¿de casualidad eres hermano del guasón?

A pesar del tiempo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora