El día previsto había llegado, Bruno apenas había dormido lo suficiente. En cuanto llegó a la Ciudad de México fue directo hacia la empresa, hubiese querido ir por ella, pero la prioridad estaba muy marcada. Le sorprendió ver a Anna en aquel traje ejecutivo.
─Nada mal ─dijo ajustándose la corbata por enésima vez─. ¿Estas lista?
─¿Debo estarlo?
─Pues estás a punto de entrar a una batalla campal, hay dos socios que son un dolor de bueno son irritantes.
─Pablo y Carlota, tus padres ya me hablaron de ellos.
─Con la parejita descomunal no puedo mantener la calma.
En cuanto sus padres llegaron lo recibieron con afecto.
─¿Sucede algo? ─le preguntó a su madre─. Esperen ¿y eso? ─su madre apuntó a su rostro─. Por qué te has dejado crecer la barba.
─Para cautivar a su chica ¿para qué más? ─respondió su padre con su estilo bromista.
─Será temporal, después me afeitare ¿han visto a Sarah?
─Claro, tu madre me ha cambiado por ella.
─Es una chica muy agradable ─respondió su madre muy efusiva─. El fin de semana vamos a salir todos juntos.
─Qué envidia ─él también quería salir con ella.
─La junta está por comenzar. Vamos ─su padre les abrió la puerta de la sala de juntas.
Anna parecía sorprendida y a la vez nerviosa por estar con toda esa gente. Elena estaba enfrente de Bruno, no la veía desde hace mucho, apenas tuvo tiempo de saludarla.
─De nuevo tú.
─Si Pablo, de nuevo yo. Hola, Carlota, no les olvido ¿comenzamos?
La junta fue parecida a las que había presenciado en otro momento, Pablo y Carlota se pusieron a la defensiva. Bruno no permitió en ningún momento las faltas de respeto hacia Anna, no quería recordarles que él era el accionista mayoritario.
─Solo quiero ese dinero para impulsar un proyecto. Le devolveré a la empresa cada centavo con intereses. Es todo ─se sentó en su asiento, el traje le incomodaba, quería quitarse la corbata.
─Bruno y yo somos amigos, sé que no tengo voz ni voto, pero el proyecto que tenemos en mente no solo nos favorecerá a nosotros mismos, sino también a terceros.
Pero las palabras no terminaban por convencer a ese par. Estaba por hablar cuando alguien irrumpió en la sala de juntas. Bruno se sorprendió al verlo era aquel hombre de traje oscuro.
─¿Qué haces tú aquí? ─le preguntó.
─Hijo ─dijo su padre─. Él es un nuevo accionista, el señor Stilman.
No era para nada un señor, era joven igual que él tal vez unos dos o tres años de diferencia.
─Disculpen el retraso el tráfico es un caos en esta ciudad ─tomó asiento cerca de Pablo─. Entonces dime ¿qué piensas hacer? ─se refería a Bruno.
─Necesito que firmen este documento, es importante para mí.
─¿Lo crees conveniente Stilman? ─preguntó Pablo cruzándose de brazos.
─No. La empresa no está en su mejor momento y destinar dinero para algo que no esté dentro de las actividades me parece un desperdicio.
─Les recuerdo que soy el socio mayoritario ─observó a ese tipo, no parecía mostrar interés en lo que hablaba, se encontraba demasiado tranquilo y con esa seriedad fría.
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A pesar del tiempo ©
Romance«Si tan solo pudieses verme como algo más que un alumno » «Si supieras lo que haces sentir cada vez que te veo» «Es un hecho estoy enamorado de ti, Profesora» Mientras más pasan los días más crece la atracción por aquella mujer. Bruno jamás imaginó...