La reunión de las 12:30 se prolongó por una hora más. El tema era la nueva licitación para construir un aeropuerto en la ciudad de Puebla. Todos estaban de acuerdo, siempre y cuando se respetaran las leyes ecológicas. Finalmente, todos firmaron. Elena lo observó todo el tiempo con complicidad, Bruno por su parte no quería ser tan obvio y menos con su madre presente.
─Poco a poco entenderás como funciona todo esto —su padre le ofreció una copa de wiski bourbon.
─Es bueno saber que no están construyendo de manera ilegal ─bromeó, después dio un pequeño sorbo.
─Nunca lo haría. Cada centavo que hay en nuestros bolsillos lo hemos ganado limpiamente. Por cierto, prepárate para esta noche, vamos a tener una cena en el restaurant italiano.
─No me digas que tengo que ir vestido como pingüino.
─Pues adivinas bien. Es una cena importante. Puedes invitar a Anna, me gustaría hablar con ella sobre el proyecto que tienen en mente.
─De hecho aún no le he comentado sobre el préstamo.
─Llévala esta noche ¿seguro que no te gusta?
─Ya te dije que no, papá, Anna es mi mejor amiga, y por eso quiero que trabajemos juntos además ella es muy lista.
Después de hablar por teléfono con Anna y que esta aceptara la invitación fue a la oficina de Elena donde fue recibido con un beso y un fuerte abrazo.
─Ignorada en toda la junta ¿sabes cómo se siente?
─Me encanta verte sonreír —la arrinconó contra la puerta—. Me gusta como hueles, podría estar pegado a tu cuello.
─Tengo cosquillas en ese lugar.
─Nena, creo que me voy a divertir contigo —suspiró en esa zona y le dio un beso fugaz.
─Puede entrar tu madre, sabes el problemón en el me puedes meter, me gritara aléjate de mi hijo vieja loca
Bruno sonrió ante la pésima imitación.
─No creo que suceda.
─Me dirá cosas peores, me cuesta mirarla a los ojos, aunque no lo creas.
─Trata de no delatarte, de ese modo cuidaremos este secreto ─acarició su mejilla─, me encanta ese lunar.
─A mí los que tienes en la espalda.
Llevó su mano derecha hacia su cintura, observo aquellos ojos antes de besarla con mucha pasión, mordió y jalo su labio inferior, Elena lo dejaba ser.
─Debo irme, solo pasaba a saludarte.
─¿Ya te vas?
─Tengo un par de cosas por hacer.
─Antes de que te vayas quiero agradecerte por lo del otro día.
─No sabía si el restaurant era de tu agrado, solo quería que la pasaras bien, compensarte por no estar en tu cumpleaños ─acarició su mentón.
─Muchas gracias, de verdad.
Después de mirarse uno al otro y no decir nada le dio un beso sobre las comisuras.
─Te veré esta noche en la cena, tienes que ir hermosa como siempre.
─Solo si tú lo haces.
─No tengo de elección, vestirme como pingüino.
─Ya te acostumbraras ─le sonrió y después se colgó de su cuello.
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A pesar del tiempo ©
Romance«Si tan solo pudieses verme como algo más que un alumno » «Si supieras lo que haces sentir cada vez que te veo» «Es un hecho estoy enamorado de ti, Profesora» Mientras más pasan los días más crece la atracción por aquella mujer. Bruno jamás imaginó...