La primera noche en la Ciudad de México después de un largo tiempo. Para mediados de diciembre el frío ya se había alojado en toda la ciudad, estaciono su auto es el aparcamiento, saludo al guardia y entró en la recepción.
Subió al ascensor y se detuvo en el piso de su madre, su secretaria le dio los buenos días y entró a la oficina.
─Hijo ─su madre se levantó y le dio un beso─. ¿Todo bien?
─Nervioso.
─Ya te dije, es mejor que lo hables con Sarah.
─Quiero hablar con sus padres personalmente.
─Así no se hacen las cosas, Sarah es ahora tu futura esposa, así que deja tus indiferencias y háblale ─pero lo cierto es que no era por lo único que estaba preocupado─, Mamá, no es solo eso lo que me tiene así. Sarah es una grandiosa mujer, ella se siente bien con nosotros, nos mira como su familia.
─Somos su familia.
─Y te agradezco que la trates bien.
─Bruno, mejor dime que pasa.
─Quiero que todos la traten bien.
─Creo saber hacia dónde va todo. Escucha Bruno, soy tu madre, y la quiero, tu padre está encantado con ella, tu hermana ni se diga son amigas desde hace años ─su madre se levantó de su silla y se acercó para acariciar su hombro─, no importa lo que digan los demás. Tu eres feliz y si alguien la ofende tú debes ser su pilar. Descuida las hermanas de tu padre están muy curiosas, pero no vamos a permitir que se pasen de la raya.
─Tienes razón, le llamaré cuanto antes quiero hablar con sus padres.
*****
Días después Sarah por fin aceptó, Bruno tenía todo el derecho del mundo en conocer a sus padres. Estaba nerviosa, no quería armar un conflicto, su padre acepto estar con su madre en casa, o en la que alguna vez fue su hogar.
─Le prometí a mi papás comportarme ─lo escuchó decir mientras conducía─, Sarah, nada de lo que digan me hará retroceder.
─Eso lo sé, amor. Solo no quiero que te lastimen.
─No lo harán.
El tiempo se le hizo eterno, antes de llegar su hermana le envió un mensaje. Ambas se separaron muy jóvenes, sólo había conocido a su sobrino por fotos, jamás los había visto. Después de la separación de sus padres hubo una ruptura que ellas compartieron a lo largo de todo este tiempo; Sasha.
Le pido a Bruno que aparcara en aquel lugar, el corazón latía deprisa con mucha nostalgia. En cuanto bajaron ella le tomó de la mano con mucha fuerza. Toco el timbre con temor. Volvió a tocar hasta que aquella puerta se abrió. Su madre mantenía la mirada rígida y fría como siempre.
─Tu padre está dentro ─ignoró por completo a su novio.
Bruno no se mostraba indiferente, al contrario, miraba el pequeño jardín y el exterior de la casa.
Entró a su antiguo hogar, era como en el sueño, su madre trataría de intimidarla, pero no se lo iba a permitir. En la sala estaba aquel hombre veterano con más que unas cuantas canas, por su rostro sabía que estaba muy molesto.
─Ya estamos aquí ─dijo su madre recorriendo con la mirada a Bruno.
─Papá, mamá, él es Bruno, es mi novio.
─Y ¿este jovencito me dirá que te ama entre otras tonterías?
─Papá, por favor.
─No, Sarah, por favor TU. Dejaste a Diego por este cabrón.
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A pesar del tiempo ©
Romance«Si tan solo pudieses verme como algo más que un alumno » «Si supieras lo que haces sentir cada vez que te veo» «Es un hecho estoy enamorado de ti, Profesora» Mientras más pasan los días más crece la atracción por aquella mujer. Bruno jamás imaginó...