─¡No pienso firmar esos papeles! ─gritó Diego después de ver aquellos documentos.
El abogado intentó hacerle entender que sin importar si estaba o no de acuerdo la ley resguardaba los derechos de Sarah. Con las nuevas normas ella podía estar separada sin problema alguno.
El hombre salió de aquella oficina hecho una furia. Sarah se marchó después de firmar algunos documentos, pero por un instante pensó si separarse valía la pena, después de todo Bruno no mostraba interés alguno por ella.
Cinco días sin saber de él y ya se estaba volviendo loca. En un momento de impulso tomó un taxi, debía encontrarse con esa mujer de una vez por todas. Elena era la culpable del cambio de Bruno.
Mientras el conductor aceleraba no dejaba de pensar en aquel beso que se dieron en el hospital, era un recuerdo que atesoraba y del cual no se quería desprender. Extrañaba su boca, sus labios, y todo aquello que no podía tener.
Estaba enamorada. Perdidamente, locamente, impulsivamente; enamorada. Ya no era un niño, de eso estaba segura, sin embargo, ya no era el mismo chico soñador de antes. Aquel que la había cautivado. Se reprendió así misma, que importaba su cambio, era más bien su turno de rescatar lo que aún quedaba de él.
Elena la hizo esperar más de una hora. Su secretaria le ofreció un vaso con agua. Miraba cada cierto tiempo su reloj. Ojeó un par de revistas de la empresa, admiró una fotografía de Bruno acompañado de sus padres y los socios que se encontraba en la pared. Se veía tan guapo con ese traje. Sonrió al pensar en lo incómodo que debió de haber estado, seguramente había maldecido por tener que vestir formalmente.
─Disculpe la espera, mi jefa la atenderá ahora mismo.
─Muchas gracias ─sonrió amablemente a la secretaria mientras la seguía.
Al entrar en la oficina sintió la mirada serena de aquella mujer. como siempre ella lucía radiante y muy hermosa. Por un momento se preguntó ¿Qué le había visto Bruno a esa mujer?
─No esperaba verte por aquí.
─Tenemos que hablar.
─No tengo que adivinar de qué. Toma asiento, por favor.
─¿Quiero saber por qué le mentiste?
─A veces cometemos errores como tú lo hiciste ─su mirada serena se tornó triste─. No he dormido bien que digamos, no pensé que Bruno me fuese afectar demasiado.
─Imagina cómo se encuentra él con todo esto.
─No quiere verme. Lo he perdido para siempre.
─Le ocultaste-
─Son cosas que pasaron, quedaron en el pasado, preferí no decírselas
─Manipulaste la verdad a tu conveniencia.
─Pero lo amo.
─Yo lo amo ─sus miradas se confrontaron─. Sin importar los prejuicios, las personas y sus propios padres, estoy decidida a estar con él.
─Ahora déjame adivinar; has venido para dejarme en claro que no me interponga entre ustedes y no solo eso, intentas fingir seguridad ante mí escucha estúpida-
─Tu eres la estúpida, no finjo, tengo la seguridad para defender lo que siento. Aléjate de él.
─Me encanta tu seguridad ─la observó venir hacia ella. Era más alta e imponente pero no se dejaría intimidar─. ¿Qué piensas hacer? Si eres inteligente sabrás que no soy la única que está enamorada de Bruno. Con gusto te daré la lista yo en primer lugar; en segundo lugar, está tu ex alumna y amiga de la familia, Claudia; en tercer lugar, tu amiguita Eva, tengo mejor ojo que tú. Y finalmente, Sarah, tu.
─Claudia y Eva no son un problema.
─Por amor hacemos lo que sea justo y necesario ¿crees que Claudia y Eva se quedaran con los brazos cruzados? Estas loca si crees que tendrás el camino libre ─su mirada la recorrió de pies a cabeza. Sorpresivamente le acomodó un mechón de su cabello─. Eres preciosa ayer estuvo Bruno en mi oficina, hubo un altercado con su madre. Finalmente, Miriam le preguntó si manteníamos una relación escondida y Bruno lo negó completamente, dijo que éramos amigos y que solo había actuado por mi seguridad ─su mirada de nuevo se apagó─. Sentí que el corazón se me partía en dos. Me lo merezco ¿no? Ahora sé lo que Bruno sintió cuando tú lo abandonaste.
─Un error que puedo enmendar.
─Pero tienes que quitar de en medio a Claudia, y a tu queridísima Eva.
─Eva no intentara nada.
─¿Cómo puedes estar tan segura? Si de verdad vas a luchar, hazlo bien. No puedes ver los sentimientos de los demás, tienes que ver por los tuyos y los de Bruno.
─¿Me estás aconsejando?
─Solo quiero ver sonreír a ese hombrecito no te preocupes que no pienso interferir yo merezco todo su odio, pero el merece lo mejor
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A pesar del tiempo ©
Romance«Si tan solo pudieses verme como algo más que un alumno » «Si supieras lo que haces sentir cada vez que te veo» «Es un hecho estoy enamorado de ti, Profesora» Mientras más pasan los días más crece la atracción por aquella mujer. Bruno jamás imaginó...