REBEL

Capítulo 1

Odio los centros comerciales, siempre los he odiado. No entiendo a las personas que aman ir de compras. Siempre están llenos de gente desesperada por conseguir productos en oferta que ni siquiera usaran, pero solo los compran porque están en descuento. Pero lo que más odio acerca de los centros comerciales, es el estacionamiento. Nunca encuentras un lugar para aparcar que se encuentre cerca de la entrada, y siempre tienes que ver a alguna chica adinerada con su estúpido novio, aparcando en el sector azul para discapacitados. Pero nunca le digo nada a esa gente, solo los miro con odio desde la distancia, porque no tengo las agallas suficientes como para decirles algo. Es por eso que cuando no tengo otra opción más que ir de compras, decido tomar el autobús. 

He estado esperando sola por cuarenta y cinco minutos en la parada del autobús, porque Ryan se rehusó a acompañarme de compras. Es un chico astuto al decidir no ir al centro comercial al comienzo de las vacaciones de verano.

Está comenzando a oscurecer, y el autobús aún no llega. No es que no sea una chica paciente, lo soy. Un poco. Solo que estoy cansada de hacer compras, y no estoy con ánimos para esperar. Es por eso que decido caminar hasta casa, ya que gasté todo mi dinero en el maldito centro comercial, entonces no puedo pagar un taxi. Podría tomarme uno y pagarle al conductor en cuanto llegue a casa, pero la caminata no es tan larga, me tomará veinte minutos, tal vez más.

El cielo se está pintando de un tono naranja que me encanta. Sostengo las tres bolsas en mis manos y comienzo a caminar, felicitándome mentalmente por usar zapatillas y no sandalias. Mi teléfono comienza a sonar en mi bolsillo, y maldigo mentalmente en frustración mientras intento sacarlo sin tirar ninguna bolsa al suelo, pero fallo miserablemente. El nombre de Ryan aparece en mi pantalla y giro los ojos en broma.

"¿Qué quieres, papá?" pregunto mientras levanto la bolsa que arrojé luego de poner mi teléfono entre mi hombro y mejilla.

"Nada, querida" me responde, haciendo una muy mala imitación del acento italiano de mi padre "¿Sigues en el centro comercial?"

"No, me fui hace más de cuarenta minutos de allí"

"Oh, entonces estás en tu casa" me dijo, aunque sonó más como una pregunta.

"No, esperé el autobús por cuarenta minutos y me fui. Ahora estoy caminando hasta mi casa" le respondo. El cielo está cada vez más oscuro, y cada vez que llevo mi vista a las calles hay menos gente.

"¿Estás loca, Zoe?" la voz bromista de mi amigo ya no está, y ahora puedo detectar preocupación en ella, por lo que giro mis ojos "Esta oscuro afuera, y tu casa no está junto al centro comercial. Intenta encontrar un lugar seguro y quédate allí, te iré a buscar".

"¿Un lugar seguro" le pregunto entre risas "Vamos, Ryan. No es como si alguien fuese a matarme. No estoy tan lejos de casa, estaré allí en veinte minutos, tal vez menos. Te mandaré un texto en cuanto llegue"

"No, no. No me convencerás tan fácil esta vez. Mándame un mensaje con tu localización y te iré a buscar"

"De acuerdo" le respondí arrastrando todas las letras y girando mis ojos.

"No te atrevas a girar tus ojos cuando no puedo verte, Zoe Milano" mi amigo me reta y ambos estallamos en risas "Espérame en algún lugar en el que pueda encontrarte. Oh, y asegúrate que estés cerca de alguien, no quiero que estés sola en la calle a esta hora"

"Podría estar rodeada de asesinos o secuestradores ¿Eso funcionaría?" me burlé.

"Ja ja, muy graciosa" me responde, su tono lleno de sarcasmo. Puedo imaginarme su ceño fruncido "Quédate allí, y no hagas nada estúpido".