Capítulo 58

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Ryan POV
Mi casa está más llena que el año anterior, o tal vez es sólo mi percepción. Mis papás fueron a casa de los Milano, por primera vez en tres años, decidieron dejarme la casa para mí solo en la fiesta de mi cumpleaños. Supongo que es porque confían en que no la destruiré ni causaré que la policía venga con quejas de los vecinos.
Lo bueno es que la música fuerte no es un gran problema. Los parlantes están dentro de casa y eso lo aleja un  poco de cualquier oído de los vecinos. La mitad de los invitados están dentro, en su gran mayoría las chicas del equipo de volleyball quienes tiritan sus piernas cubiertas por una pequeña porción de tela. No se a qué de debe su atuendo de club, honestamente, si fuese por mi, sería más práctico que vinieran de jean y crocs. Pero creo que no soy el indicado para hablar sobre ropa para las fiestas, realmente nunca estuve al tanto.
Los gritos de Alessandro y Jay es lo que más se escucha afuera. Su partida de tenis de mesa se transformó en una de beer pong, causando gritos en las porristas y mis compañeros del equipo. Todos aplauden cuando Alessandro toma de un solo trago su vaso de cerveza.
Todo esta normal. Aún no hay nada roto, nadie rompió mi regla de no subir a las habitaciones, los baños están libres de vómito, y el refrigerador aún tiene una cantidad moderada de alcohol, lo que significa que nadie de está descontrolando con la bebida. Increíble.
Cruzo la puerta que me lleva al patio y tirito ante la leve brisa fresca de la noche de otoño. A veces me gustaría no cumplir en Octubre. Viajo mis ojos por el patio, intentando encontrar a Zoe ¿Dónde diablos se metió? Por lo común no se aleja de mi costado en la noche de mi cumpleaños. Principalmente porque eventos como este suelen intimidarla. Y la realidad es que la comprendo, demasiada gente en un solo lugar haciendo cosas estúpidas. Dos cosas que no se relacionan ni un poco con la soledad e inteligencia de mi mejor amiga. Si no fuese por mi, estaría en su cama leyendo un libro y durmiendose antes de las doce. A las doce y media si el capítulo es muy atrapante. No logro encontrarla, y el hecho que la mitad de mi patio no esté iluminado, tampoco ayuda. Creo ver dos personas al final de todo, junto al arbusto que divide mi patio del vecino. Unos tacones dorados brillan cuando un poco de luz se posa sobre ellos. No hay manera que esa sea Zoe. Por cosas como esta, no me agrada Beck. El sujeto la hace feliz, pero la está cambiando. No es que lo odie, pero hay algo en el que no me deja tranquilo. Tal vez es la simple duda que planté en mi mente desde el momento en que la conocí, duda que se incrementó con las preguntas que hacían los otros cuando nos veían juntos ¿Será que una parte de mi asumía que en algún momento uno sentiría algo por el otro? No creo que ella haya sentido algo por mi, o que yo sienta algo por Zoe. Pero la idea de que Beck me haya arrancado esa posibilidad de enamorarme de la mejor chica, parece molestarme. Y si puedo ser egoísta, creo que sería el mejor chico para ella. Pero está el pequeño detalle de que jamás ninguno se enamoró del otro. Esa es mi diferencia con Beck. Aunque si soy honesto, su presencia ya no me dan ganas de matarlo.
Camino hasta la cocina para buscar algo de beber. No soy muy amante del alcohol, y realmente no debería beber hasta los 21, pero quién diablos respeta esa ley. Me sirvo un poco de cerveza en un vaso de plástico y en cuanto llevo el liquido dorado a mis labios, cierro los ojos ante el intenso sabor amargo. No se porqué quise tomar esto si siempre sucede lo mismo. Creo que jamás me acostumbraré al sabor. Me volteo para buscar algo fresco y sin alcohol en mi refrigerador y mis pies se detienen, como si estuviesen hechos de plomo. Sigo con mi mirada a Ethan salir del baño. Sus ojos están bien abiertos y puedo ver sus pupilas dilatadas incluso en la distancia. Limpia su nariz con el dorso de su mano y camina hasta el patio ¿Qué diablos hace aquí? Mi mente une su aparición con la desaparición de Zoe, pero quiero creer que no están relacionadas. Mis pensamientos viajan a otra parte cuando escucho pasos en la escalera. Volteo y me encuentro con el sujeto desaparecido en cuestión, obviamente, bajando con Beck. Alejo cualquier idea que mi mente fabula de ellos dos en alguna de las habitaciones.
"Ry, aquí estás" Dice con un tono preocupado. Al parecer ambos estábamos buscándonos mutuamente por mi casa. Subo dos escalones y me uno a ambos, aunque solamente me enfoco en ella "Ethan y Riley están aquí. Llegaron antes de que pudiéramos intentar convencer a Jay de lo contrario"
"Acabo de ver a Ethan salir del baño" Señalo con mi pulgar la puerta que dejó abierta y ambos viajan rápidamente su mirada hacia allí.
"Cinco billetes a que estuvo aspirando cocaína allí" Beck dice con una risa cargada de aire, como si la situación fuese hilarante. Zoe lo mira y su expresión de preocupación aumenta aún más. Genial, ahora su estúpido novio asusta a la chica que menos encaja en esta fiesta.
"En vez de hacer apuestas estúpidas sobre qué tipo de droga consume el estúpido de tu amigo, encargate de quitar a él y su hermana. No planeo tener más problemas con esos dos" Lo miro a los ojos, intentando no sentirme intimidado por el enojo que comienza a crecer en ellos por la forma en que me dirijo a él. Idiota "Porque si tu no los echas, los echaré yo, incluyéndote a ti y a tu primo"
"Ry" Zoe me reta como si fuese una madre avergonzada por su hijo en una cena familiar. Por supuesto, Zoe lo defiende a él y no a mí ¿Qué acaso no recuerda el lío en el que me metí por culpa de su novio y sus amigos? A veces me pregunto si fue bueno mi consejo, Beck la nubla y antes no lo había notado. Creí que su único problema era no arriesgarse por nada, pero ahora creo que su problema es él.
"No, Pecas, tiene razón" Dice con voz grave y nos sorprende a ambos "No quiero a esa maldita perra ni al idiota de su hermano cerca tuyo"
Beck baja los pocos escalones restantes y me deja a mi con Zoe. De acuerdo, al menos no fue un idiota esta vez.
"Lo siento, continuo arruinando tu cumpleaños" La voz dulce de mi amiga me hace abandonar mi vista de Beck, quien ahora está cruzado la puerta de vidrio.
"¿De qué hablas?" Le ofrezco una sonrisa pero su expresión no cambia. Retiro lo dicho, su problema es que de preocupa demasiado por todo.
"Primero la discusión con Dante y ahora esto"
"Ninguna de las dos cosas fue tu culpa. El hecho de que Riley e Ethan estén aquí, es culpa de Jay. Beck lo arreglará, quédate tranquila"
La conozco lo suficiente como para saber que mis palabras en el baño de la última caótica fiesta, se están reproduciendo en su mente. Veo el temor en sus ojos, el temor ante la posibilidad de que me enoje con ella y nuestra relación se altere. Cruzo mi brazo por encima de su hombro, como tantas otras veces, e intento transmitirle la confianza y seguridad que siempre parece faltarle. No sé porqué le cuesta tanto entender que no es malo equivocarse, que no hay daño que nos separe y que tiene más fuerza de lo que cree. Tres cosas que repito constantemente, pero ella siempre parece olvidar.
Nos quedamos al final de la escalera, sin decir muchas palabras. La escucho suspirar y sonrío ante su dramatismo. Honestamente, esta chica salió de un libro romántico de los 1800.
Al parecer el beer pong del patio se convirtió en un espectáculo. Las voces fuertes de Jay y Alessandro no pasan desapercibidas, por lo que en menos de un minuto, todos los que estaban dentro, salen y se suman al juego a pesar del frío.
No me agrada tanto hacer fiestas, honestamente, disfruto más yendo a comer unas pizzas al restaurante de los Milanos y listo. Pero los del equipo siempre insisten en que debo arrojar la casa por la ventana.
Camino con intención de salir y sumarme al bullicio, aunque se que Zoe no quiere ir allí, es mi cumpleaños después de todo. Afuera hay una brisa fresca que me hace tiritar. Jay y Alessandro tienen ahora compañía en su juego y una importante multitud. Por supuesto, el segundo de los Milano ya tiene muchos ojos encima suyo. Y créanme, él lo sabe y lo disfruta. El sujeto es apuesto y tiene unos cuantos años más que las chicas de 18 junto a él. Nada más atractivo que eso para una porrista ebria. Marco no se parece en nada a él. Jamás ha sido la clase de chico que anda detrás de las chicas ni creando rumores. Hace muchos años se decía por el instituto de que salía con una chica un año menor que él, pero nada salió de eso. Un viento fresco me hace tiritar nuevamente, quitando mi mente del juego.
"Iré a buscar abrigo" le digo a Zoe, quien no puede contener su sonrisa mientras observa atentamente la partida de Beer pong, ahora entre Alessandro y Fred López.
Me sacudo en cuanto siento el contraste de temperatura y camino hasta las escaleras. Escucho ruidos en el segundo piso. No, no, no. Veo que han roto mi regla de no usar las habitaciones. Termino de subir y me choco contra alguien. Elevo mi vista y noto que es Beck.
"¿Qué haces tu aquí?" No puedo no desconfiar de él si hace cosas como esta, aparecer solo en el segundo piso sin motivo alguno.
"Yo... Solo" Responde nervioso.
"Es una pregunta sencilla" Lo interrumpo. No, efectivamente no puedo confiar en él.
"Estaba buscando a Ethan, en cuando salí, lo perdí. Todo está oscuro allí fuera. El bastardo seguro se está escondiendo de mi" Responde, esta vez más confiado, pero noto que su mente está en otra parte. Relojea hacia atrás y no puedo evitar sentirme intrigado ¿Está ocultando algo? Si llega a estar con otra chica, romperé cada parte de su rostro.
"¿Qué sucede contigo?" Hago un paso adelante y parece intimidarlo. Por lo común me molestaría y se burlaría, pero ahora, luce increíblemente vulnerable.
"Necesito decirte algo, pero no se si Zoe deba enterarse" Me mira fijo y por primera vez, tengo ganas de escuchar lo que Beck tiene para decir.

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