Capítulo 42

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Estamos a una semana del otoño, pero el cambio perece estar sólo en el clima, porque si se trata de el estúpido de mi mejor amigo y el idiota de mi no-novio, no hay ningún cambio en su plan que se que terminará en caos. En lo que va de la semana, su idea parece funcionar a medias. Ryan prohibió a Beck hablar conmigo en el pasillo el martes, por lo que Beck se aseguró de que su enemigo número uno no estuviese cerca durante el almuerzo del miércoles. Era incómodo comer sola con el, sabiendo que todos podrían vernos, pero la realidad es que a nadie le interesa demasiado. Beck ya no es el centro de atención, todos se han acostumbrado a tener un turista caminando por los pasillos del instituto. Ahora todos los rumores se basan en el posible embarazo de Savannah, pero prefiero preocuparme por otras cosas. 

El viernes en la mañana decido anticiparme a las posibles discusiones entre ambos, y opto por la bicicleta nuevamente. Pero en cuanto salgo al jardín con las llaves del candado en mano, me encuentro con Beck y Ryan discutiendo sobre a quién le dedicaré el día. No estoy lo suficientemente despierta como para tomar ese tipo de decisiones, sabiendo que ofenderá al muy sensible Ryan y enfurecerá al muy susceptible Beck. Un par de niños. Por supuesto, la locura continuó en el almuerzo, en cuanto Ryan se sentó junto a mi asegurando que por haberme encontrado primero tenía el derecho en pasar el viernes conmigo. 

"¿Lo elegiste a él?" Se queja Beck detrás mío y no tarda en sentarse con nosotros, dispuesto a pelear a Ryan hasta la muerte. Puedo ver la sonrisa triunfante en el rostro de mi amigo, asintiendo con su cabeza. 

"No, no elegí a nadie" Espeto, cortando sus insultos por lo bajo. Por momentos creo que en el fondo, se quieren aunque sea un poco, pero creo que son meros juegos mentales. Si tan solo pudieran verse mutuamente como yo los veo "¿Pueden ponerse de acuerdo y terminar con esto?" 

"¡No!" Gritan ambos. Sonrío satisfecha y ambos giran los ojos, horrorizados ante la idea de haberse puesto de acuerdo en algo. 

"Si siguen comportándose como un par de niños, terminarán arruinando mi viernes" Les arrojo una mirada letal, apuntándolos con el dedo, pero ambos me conocen lo suficiente como para saber que soy inofensiva. Respiro, rindiéndome ante su plan "No seré yo la que decida con quien pasar mis viernes, si lo hago, luego caminarán por los pasillos completamente ofendidos"

Ninguno responde nada, lo que me dice que ambos saben que estoy en lo cierto. Espero a que a alguno se le ocurra algo mejor que arrojar una moneda, pero el silencio es más que obvio. Extiendo mis manos y ambos ponen la suya sobre la mía, cada uno jalándome para su lado. 

"No agarren mi mano, denme una moneda" Beck quita una moneda de su bolsillo y no tarda en decir 'cruz', lo que hace enojar a Ryan. Repito, son un par de niños. 

La moneda gira unos pocos centímetros en el aire hasta que cae sobre la palma de mi mano. 

"Gírala de nuevo" Se queja Ryan "Seguro Beck le hizo algo malo"

"Lo único malo aquí, es el trabajo de tintura que hizo tu peluquero en tu cabello" Espeta Beck con una sonrisa imposible de ocultar. Estira su brazo para empujar a Ryan, echándolo así de la mesa. Mi amigo toma su bandeja y se va enfurecido. Beck me mira y sonríe "Hola" 

"Hola" Le devuelvo la sonrisa y le acerco mi bandeja para que tome algo de mis sobras "Sabes que me parece ridículo todo esto. Realmente apreciaría que pudieran ponerse de acuerdo y hacer todo este asunto más sencillo para los tres" 

"Es más divertido así" Se ríe mientras quita una zanahoria de mi plato. Observo su mano y no puedo evitar notar las marcas rojas en sus nudillos, comenzando a cicatrizar. 

"¿Qué diablos te sucedió?" Tomo su mano en la mía y observo las heridas con detenimiento, aferrándome a sus dedos que luchan por escaparse de mi agarre. No es la primera vez que lo veo así, pero esta vez no puedo evitarlo. Sus nudillos parecen nunca estar completamente sanos. 

REBELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora