Capítulo 22

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Todo parecía ser en cámara lenta pero al mismo tiempo el comienzo parecía tan cercano. Las largas pestañas de Beck bajaban y cubrían sus ojos verdes, en menos de un segundo se volvían a abrir. Era como si cada vez que parpadeaba sus ojos fuesen un poco más verdes. Por poco olvido lo incómodo de aquel sillón, pero en cuanto lo recordé, parecía ya no importarme. Mi piel se erizó y no tardé en sacudir al sentir los dedos de Beck subiendo y bajando por entre mi cabello. Reí y escuche una suave risa de él. Siempre sucede lo mismo cada vez que tocan mi cabello. Siento cómo mis ojos pesan nuevamente, intentando caer en un sueño profundo gracias a los dedos en mi cabello. Sin embargo me resisto, y decido seguir escuchando a la voz grave que continúa relatándome la película con lujo de detalles. 

"¿Y qué sucedió con Roux?" Elevo mi vista y el sonríe de lado, como si fuese la primer pregunta que le hago mostrando interés en la película. 

"Se fue, con el resto" Frunzo mi ceño y el deja escapar una carcajada "No todo es color de rosas, pecas. Los finales tristes también son parte de la vida" 

"¿Así termina?" Levanto mi cabeza, indignada con el final, pero el me frena y empuja mi frente con sus dedos, obligándome a recostarme nuevamente sobre sus piernas. Giro mis ojos y vuelvo a mirarlo. 

"No dije que terminaba allí, deja de interrumpir" Eleva sus cejas y noto que intenta actuar como si estuviese enojado. Amo ver el lado cálido de Beck. Parece...humano "Serge confiesa que él causó el incendio y Reynaud nota que no había sido un acto divino de Dios, sino un simple idiota peligroso" 

"¿Quién era Reynaud?" Beck respira profundo, harto de que me perdiera en la historia. Sonrío, esperando que tenga piedad de mi y noto cómo cede. 

"Es el que maneja todo el pueblo, básicamente, el alcalde o algo así" 

Mis ojos pesan más que nunca y sin poder evitarlo, los cierro, esperando que Beck no se moleste por mi sueño. Sigo escuchando su voz pero me pierdo en lo que dice en cuanto siento sus dedos suavemente rozando la punta de mis pestañas; me parece extraño al principio, pero me sorprendo de la delicadeza de su acto y me dejo llevar. Su voz grave es perfecta para relajarme y siento mi cuerpo flotar, o tal vez es mi mente la que flota. La realidad es que una vez que uno libera su mente, el cuerpo parece dejar de importar y existir. Su mano se mueve a un costado y siento el costado de su meñique acariciando mi mejilla, y no puedo evitar elevar la comisura de mi labio. Lo escucho murmurar algo pero no logro descifrar sus palabras exactas. Sin animarme a preguntarle, imagino las mil y unas palabras posibles que podrían haber salido de su boca, y decido quedarme que aquellas palabras incógnitas y aquella duda. 

Escucho un repiqueteo agudo a lo lejos, es molesto pero no dejo que me afecte. Ding, ding. Suena nuevamente. Me muevo, intentando abrir mis ojos. 

"Shhh, no es nada" Beck murmura. Entreabro mis ojos y lo veo tomando su teléfono. Siento cómo todo tipo de temperatura abandona mi cuerpo y no tardo en doblar mis rodillas hasta mi estómago "¿Tienes frío" Susurra. Asiento y amarro mis dedos a la parte baja de su camiseta. Intento no pensar en que está mal y el hecho de que no quiero nada serio con un chico complicado con Beck. Pero la realidad es que en un momento de frío, sólo Beck parece poder darme el calor que necesito "¿Qué sucede?" Sin animarme a decir lo que quiero, sigo jalando de su playera. De repente, él parece comprenderme y se mueve en el sillón, estirando su cuerpo junto al mío. Sus brazos rodean mis hombros y nuestras piernas se entrecruzan. Apoyo mi cabeza sobre su pecho y puedo sentir los latidos de su corazón. Al parecer mi corazón no es el único que se acelera en este momento. Me agrada la percusión debajo de aquella coraza de metal. Respiro con fuerza y me embriago en su perfume. Ya no es tan fuerte, pero aún puedo sentir su colonia. Respiro nuevamente, intentando guardar aquel olor en mi memoria, con miedo de no olerlo más. Mi cuerpo está mas cálido que nunca y no dudo ni un segundo en dormirme, sintiendo los dedos de Beck subiendo y bajando por mi brazo. Un teléfono vibra entre nuestras piernas pero no reacciono, no quiero perder el sueño. Su mano busca entre nosotros hasta encontrarlo. Una luz potente ilumina mi rostro y me obliga a apretar mis ojos, los abro levemente y no puedo evitar ver su pantalla. 

Jay

Ya se, pero no follen en mi cama. 

¿Qué? ¿Qué diablos se supone que eso significa? Cierro mis ojos nuevamente y espero a que Beck responda, pero siento cómo estira su brazo y escucho algo caer sobre la mesa. Tal vez a él también le molestó el mensaje o simplemente era una respuesta a algo que ambos ya habían hablado. No lo se, quizá por eso Jay se fue, para que estemos toda la noche solos. 

"¿Qué hora es?" Mi voz suena grave y no tardo en aclarar mi garganta. Intento sentarme pero el brazo de Beck no me permite incorporarme. 

"No importa, ven" Lo miro de reojo y sus ojos lucen brillantes. Está intentando convencerme y no quiero dejarlo, pero en el fondo se que lo dejaré. 

Me quedo inmóvil por un segundo, analizando la situación y notando que todo llegó hasta aquí porque no me detuve a pensar antes. Siento mi cuerpo lejos del calor de sus brazos y eso me impulsa a recostarme nuevamente. No es momento para pensar a dónde irá esto que pensé que sólo sería una amistad. Tal vez él también se esté dejando llevar y nada más. Dudo que Beck Ryder busque en mí un futuro. Dudo que busque un futuro en una chica en general. Es más fácil patear cualquier pensamiento relacionado con esto, tendré tiempo para eso una vez que mi mente no esté nublada por la presencia de un par de brazos tatuados y muy cálidos que envuelven perfectamente mi cuerpo frío. 

"Iré a la cama, es muy pequeño el sillón para ambos" Decido mientras me pongo de pie. Camino hasta el pasillo, esperando a que el sueño no se alejara de mí. Me volteo por un segundo y me encuentro con los ojos de Beck, desilusionados y lejanos "Hay lugar en la cama para ambos, pero no te esperaré porque tengo sueño" 

Un nudo se forma en mi garganta al decir esas palabras, suenan tan confiadas y llenas de valor, pero me siento tan lejos de esas cualidades. Siento que estoy vistiendo ropa elegante que no me queda. Estoy llevando una personalidad que no es la mía. Si es que Beck llega a encontrar algo en mi que le interese, se llevará un disgusto, porque esta no soy yo. No soy audaz, atrevida y rebelde. No debería estar aquí. Mis noches las paso leyendo, hablando con mis hermanos o con Ryan. Y de golpe soy...No se quién se supone que soy, pero sólo estoy mintiéndole a Beck. Siempre me molesto cuando él no muestra su verdadera personalidad y es exactamente lo que estoy haciendo ahora. Camino por el pasillo en medio de la oscuridad sin saber si Beck se levantó del sillón y me siguió. Mi pierna se choca contra el borde de la cama y reprimo un grito. Era tan lindo estar envuelta en las colchas de la cama, por fin mis piernas estaban cubiertas. Apoyo mi cabeza sobre la almohada aún fría y cierro mis ojos. Siento cómo los segundos pasan y no logro dormirme, y es que mi mente no deja de gritarme y nuevamente siento el frío llegar a mi, a pesar de estar cubierta. Esperaba que Beck me siguiera, debo de haber lucido como una idiota al invitarlo aquí. Soné como una desesperada por él. Espero y espero, pero nada. No hay ruido. Siento cómo pasan los minutos y mi mente comienza a callar. Mis ojos pesan nuevamente y los cierro. Me acomodo en la cama intentando no moverme mucho, aprieto con fuerza la colcha, intento aferrarme a algo para no sentir el gran espacio libre que hay. Creo sentir un ruido, pero lo ignoro. De repente siento la cama hundirse levemente y abro mis ojos pero sólo veo una silueta junto a mí. El perfume lo delata y no tardo en inhalar con fuerza. Quiero decir algo, pero ninguna palabra parece apropiada. No escucho nada de su parte, sólo siento sus manos tomar mi cintura y en menos de un segundo aquella silueta está encima mío, las puntas su cabello acarician mi mejilla y su aliento caliente golpea mis labios. 

REBELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora