Capítulo 69

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El sol está por bajar y camino con el viento en contra

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El sol está por bajar y camino con el viento en contra. Pudo ver una nube salir de mi boca cada vez que exhalo. Mis dedos están congelados, pero por algún motivo no logro sentir el frío. Las decoraciones navideñas iluminan mi camino, sin embargo me resultan aburridas, casi invisibles. Mis pies se detienen casi de forma instantánea. Aquí estoy, luego de cuatro días sin saber nada sobre él. Hace cuatro días que no hablamos, que nuestros ojos no se cruzan, que no siento mi piel erizarse bajo su tacto. Mis dedos temblorosos se apoyan sobre la perilla helada y abro la puerta, sin cerrojo como de costumbre. Mis pasos retumban contra las paredes de aquel pasillo tan particular y casi propio de mi persona. Mi mente está en blanco. Debo asegurarme de que Beck esté bien. Beck tiene que estar bien para yo poder estar tranquila. Mis nudillos golpean la puerta y puedo escuchar pasos acercarse hasta mi del otro lado. 


"¿Quién es?" Su voz suena como de costumbre. Mi piel reacciona ante ella. Se escucha seca, cortante, no hay suavidad en sus palabras. 

"Soy yo" Logro decir. Mi voz es pequeña. Otra nube se escapa de mis labios. 

La puerta se abre presurosamente. Y sus ojos se encuentran con los míos. Desesperados, hambrientos, lejanos y cercanos al mismo tiempo. Extrañé esos ojos, su fragancia junto a mis sentidos. Lo noto cansado, desgastado, como si hubiesen arrancado una porción de él. 

"No creí que volverías" Dice con su cuerpo completamente duro. Su brazo aún permanece estático sobre la perilla. Frunzo mi labio inferior y agacho la mirada. Yo también creí que no volvería, pero me necesita "Me agrada que hayas recapacitado" 

Levanto mi mi cabeza y lo miro. Una parte de mi esperaba que se disculpara. No puedo culparlo, debe de estar atravesando un momento difícil por todo lo de Jay. Sólo espero que esté bien. Extiende su mano ante mi y decido tomarla. Una sonrisa se forma en su rostro y siento un poco de peso quitarse de mí. Puedo hacer que Beck esté bien. Nadie más puede arreglarlo ni prevenir que se lastime. 
Dentro, todo sigue igual. Intacto y pulcro como de costumbre. Uno de sus diarios está sobre la mesa, abierto, indicando que estaba escribiendo. No había notado que hacía mucho que no veía uno de esos.
"Te extrañé" Dice detrás mío mientras me abraza. Apoyo mis brazos sobre los suyos. Por algún motivo, lo siento extraño ¿No es esto lo que quería, estar con él nuevamente? Si, pero no así. Estoy con él porque me necesita, pero aun sigo lastimada por sus palabras y el hecho de que hay cosas que yo no puedo cambiar. No. Cállate, Zoe. Beck te necesita.
"También yo" Las palabras cortan mi garganta antes de que lleguen a mis labios. No estoy mintiendo, en parte lo extrañé. Pero honestamente, una parte de mi creyó que esto no volvería a pasar. En el momento, ese pensamiento era ridículo y doloroso. Sin embargo ahora lo comprendo. Pero debo estar aquí para Beck. A pesar del dolor, de lo que me haya dicho o de lo que sucedió días atrás, lo amo. Me necesita. No sé de qué sería capaz sin mí ni Jay luego de haber roto con su novia.
"Jay está mal" murmura contra mi oído. De pronto, todas las voces en mi cabeza se callan y sólo tengo oídos para él. Me volteo y lo miro a los ojos.
"Ryan me dijo que terminó con Riley" Beck asiente. La chispa que vi encenderse en sus ojos cuando crucé por aquella puerta, se apaga por completo.
"No contesta mis llamadas durante el día y recibo llamados en medio de la madrugada de los bartenders que me piden que lo vaya a buscar. Hablé con su jefe en el supermercado, y me dijo que renunció. Alessandro me dijo que habló algo con él. El bastardo sabe que si se enfrenta conmigo es para echar ese comportamiento a la mierda" Beck agita su cabeza y noto sus ojos cristalizarse. Menos mal que estoy aquí con él "No se qué diablos hacer, Zoe. Tengo miedo que algo malo le suceda. Siento que lo estoy perdiendo y por cuatro días te perdí a tí. Jamás vuelvas a irte por algo tan estúpido. Sabes que te amo con locura, no importa lo que diga"
"No me iré a ningún lado, Beck. Estaré aquí a tu lado" Sus dedos amarran mi cintura con delicadeza y se acerca a mí. Sus labios rozan los míos y no tardan en arrimarse más. Siento una chispa crecer, pero pronto se consume.

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