Capítulo 36

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A/N: Hoy les regalo dos capítulos juntos ¿Quieren una maratón de cuatro?

Una vez que Beck se fue de mi casa, decidí quedarme en mi habitación. Debía hacer algunos deberes para las clases del viernes, repasar lo de historia mundial para el lunes y aprovechar para releer alguno de los libros en mi biblioteca. Amber entró a mi habitación antes de la cena y le conté todo lo sucedido, asegurándome de no dejar escapar ningún detalle. Luchó por no interrumpirme a cada rato, reaccionando ante cada porción de la historia, pero al final de todo se quedó muda. Simplemente me dijo que si realmente estoy dispuesta a ser amiga -o lo que sea- de Beck, tengo que tener en cuenta las consecuencias. Una y otra vez me repitió que no tengo que ser yo la que lo ayude a curar sus heridas emocionales, por más que intente convencerme, pero que no tenga miedo a sentir algo por algún chico. Más tarde, luego de cenar y no haber hablado durante toda la comida, Dante golpeó a mi puerta. Nuestra conversación no duró mucho y por eso noté que estaba yendo obligado por Amber. Me pidió disculpas por lo sucedido con Beck y dijo que intentaría no reaccionar así nuevamente. 

"No te detendré de sentir algo por alguien" Me dijo antes de irse, luego de que yo no haya sabido qué responderle "Te has puesto hermosa y entiendo porqué un chico se fijaría en tí. Sólo no quiero que te lastimen. Estaré aquí si te hace algo ¿Lo sabes?"

Abro mi armario en la mañana siguiente. Es un caos. Debería ordenar hoy ya que tengo el día libre. Tomo unos joggers grises, no estoy de humor como para andar con jeans apretados. Si fuese por mí, iría en pijama al instituto, pero eso atraería miradas que no quiero sobre mí. Miro por la ventana y el cielo esta cubierto de nubes. El otoño está pisándome los talones y por eso tomó una sudadera que le había quedado chica a Alessandro. Sin ganas y aún con mucho sueño pesando en mis ojos, me siento sobre el suelo para poner mis zapatillas de correr. Me miro al espejo y extraño hacer deporte. Debería haberme anotado para el equipo de fútbol soccer del instituto. Me pongo de pie, dirigiéndome hasta las escaleras, haciendo girar ese pensamiento en mi cabeza. Por algún motivo, Beck aparece en mi mente, pero lo empujo. Últimamente, siempre aparece. 

Papá ya está despierto, tomando su taza habitual de café. Está sentado sobre la mesada, haciendo balancear sus pies mientras mira videos de fútbol en su teléfono. Levanta su mirada y me guiña el ojo. Con su cabeza señala una taza con agua caliente y una bolsa de te al fondo, tiñendo el agua de un hermoso color marrón. El ruido de gritos proviniendo del teléfono de papá, me obligan a alejarme de la cocina. Odio escuchar aunque sea el más mínimo sonido cuando aún estoy intentando despertarme. No me siento con ganas de comer algo, comeré en el colegio. Me recuesto en el sillón de la sala, esperando a que Ryan pase a buscarme. No pasa mucho tiempo cuando el timbre suena. 

"¿Cuándo me explicarás toda la cuestión tuya con Beck?" No tarda en preguntarme una vez que comenzamos a caminar. Hay una brisa fría haciendo mover las pocas hojas secas en le calle. 

"Es complicado. Aún no sé qué sucede, para ser honesta" Mi respuesta imprecisa parece molestar a mi amigo, quien simplemente quiere escuchar que no siento nada por él "Sé que algo me sucede con Beck. Y tienes que creerme cuando te digo que a mi tampoco me agrada tener sentimientos confusos con él, porque a veces puede ser un idiota irrespetuoso. Pero también puede ser un buen sujeto, es gracioso y no me siento incómoda con él" 

"¿Me dices que sientes algo por él sólo porque no te sientes incómoda?" Espeta enojado. Su comentario me molesta. Desearía más que nada que Ryan me comprendiera, que pudiera ponerse en mi lugar. 

"De todas las personas que creí que se pondrían en mi contra, no creí que tu estarías en esa lista" Detengo mi pies, clavando mis talones firmes sobre el suelo. Me mira y noto que se arrepiente de su actitud, pero no dice nada "Necesito a mi amigo, Ryan. Cuanto tu estabas pasando por un montón de cosas con Emily ¿Quién estuvo contigo cuando eras la burla de todos?" 

"Tu" Murmura por lo bajo. Mi garganta arde de la frustración. Necesito que una cosa salga bien en mi vida. Haber decidido mantener mi amistad extraña con Beck, tiene sus consecuencias, pero no puedo permitir que perder mi amistad con Ryan sea una de ellas. Su mirada se baja, como si no se animara a mirarme sabiendo que tendré razón en la discusión. Aclara su gargante y me mira. 

"Siempre supe que Emily no era para ti. Te lo dije una vez y no quisiste hacerme caso. Pero te vi feliz así que lo dejé pasar, sabiendo que si algo te sucedía, estaría para ayudarte y levantarte el ánimo" Elevo mi voz, agitando mis brazos en el aire "¿Y sabes qué? Me la haces más difícil. Desearía poder recurrir a ti y contarte cada cosa buena y mala que me sucede cuando estoy con Beck. Pero no puedo, porque se que si lo hago, te enfadarás con él y conmigo, así que te oculto las cosas. Siento que desde que Beck entró en mi vida, has dejado de ser el amigo de siempre" 

"Zo" Da un paso al frente y pone su mano sobre mi hombro. Me relajo y dejo escapar un poco la frustración que pesa mis hombros  "No me había dado cuenta que estaba siendo un idiota contigo" 

"¿Crees que no sé todo lo que dices sobre Beck? Se que es un idiota, que me ha hecho llorar y sufrir. Pero también me hace sentir bien y siento algo por el que no puedo definir. No te pido que sean mejores amigos, odialo en silencio, pero no me la hagas más difícil. No te das una idea de lo mucho que te necesito, Ryan, pero te preocupas demasiado en otras cosas" 

"Haré lo posible" Me dice con una mano en su pecho y otra en el aire, haciéndome sonreír. Lo tomo de los hombros y lo obligo a voltear y seguir caminando. 

Estamos a pocas cuadras del colegio y yo no he dejado de hablar sobre mi relación con Beck. Ryan mantuvo el silencio, esforzándose por no insultarlo ni retarme. Dejé escapar cada detalle minúsculo, sin ningún tipo de detalle. En cuanto llegamos hasta nuestros casilleros, dejé de hablar. Respiré profundo y él me imitó. 

"¿Irás?" Me preguntó, quitando sus libros del casillero. Apoyó mi espalda sobre el frío metal y me encojo de hombros. No sé que hacer. Tampoco se si la 'cita' sigue en pie luego de la forma en la que prácticamente lo eché de casa "Piénsalo. Siento que estás haciendo muchas cosas por él sólo porque sientes lástima por todo lo que le sucedió. Antes de hacer algo de lo que te vayas a arrepentir, asegúrate de que el sienta por ti lo mismo que tu por el. Porque tal vez a él sólo lo agrada la forma en la que se siente cuando está contigo, y eso es un cariño egoísta" 

"Puede que tengas razón" Suspiró. Ryan cierra su casillero y se para frente a mí. Me mira fijo y busca mi mirada "¿Qué crees que debo hacer?" 

"Se astuta. No te dejes engañar. Cuando todo lo mío con Emily salió a la luz, fue tan obvio, pero estaba ciego. Abre los ojos, Zoe. No te dejes llevar por las emociones" Extiende su mano en cuanto suena el timbre, y pongo la mía sobre la suya. Rodea mis hombros con sus brazos. Mi amigo me acompaña hasta mi aula y en el camino veo a Beck doblando la esquina del pasillo "Mi recomendación es que vayas a su casa y lo compruebes por ti misma. Si cualquier cosa sucede, me llamas y te iré a buscar" 

Le asiento con la cabeza y lo saludo con mi mano. Entro al aula y me siento en un banco del medio. Mi mente viajaba entre el profesor y Beck, sin estar por completo en ninguno de los dos lugares. Tal vez Ryan tenga razón. Debo dudar de todo y al mismo tiempo no entrar en pánico por cualquier cosa. No debo permitir que Beck me use como una píldora para su dolor, pero debo comprender que sus reacciones negativas son producidas por algo y debo ayudarlo en eso. La parte difícil será encontrar su punto medio y explotarlo. Un paso a la vez. Ahora lo que debo hacer es hablar con él para aclarar todo. 


REBELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora