Capítulo 10

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POR FAVOR LEER! N/A: Hola! Quería explicarles por qué he estado tardando  tanto en actualizar. Si es que leyeron 1900 millas, sabrán que yo actualizaba religiosamente todos los viernes, y durante verano, todos los días. Con Rebel me agarró en otra etapa, estoy en la universidad que me consume más tiempo y hace unos meses le diagnosticaron cáncer a mi primo y estuve con la mente en otra cosa, me sentaba a escribir y me bloqueaba, entonces tardaba días en escribir un solo capitulo. El falleció la semana pasada, así no estuve escribiendo absolutamente. Pero mis problemas no significa que vaya a dejar de lado a los que me lean, siendo la escritura un cable a tierra. De ahora en mas voy a comenzar a subir capitulo nuevo todos los fines de semana, es decir entre viernes y domingo. Ahora subo el de este finde porque justito ahora estoy por viajar a Buenos Aires (Saludos si alguno es de ahí).  Disculpen por hacerlos esperar tanto, pero quería explicarles qué pasaba, se que es re jodido esperar a que actualicen un libro. Les prometo que ahora voy a actualizar todas las semanas. Disculpen que se hizo re largo, los quiero XO. 

Y él lo admitía, pero para el mismo, sin embargo frente a ella lo negaba. Al tenerla frente a sus ojos, su alma se oscurecía y se llenaba de orgullo. Ella negaba sus sentimientos y los opacaba con orgullo, orgullo que él continuamente hería. También estaba él, hombre noble y amable, que la trataba como debía ser tratada, pero algo en ella decía que no. El odio entre ambos hombres era más que obvio, y ninguno intentaba ocultarlo. Ella, humilde pero hermosa, se cerraba ante la búsqueda enloquecida de amor, no era como el resto de las chicas, no era como el resto de sus hermanas. Él era tan opuesto a ella, pero algo los atraía y aunque lo negaran, era imposible para ellos no sentir atracción por el otro. El Señor Darcy irónicamente era el veneno y el antídoto para Elizabeth Bennett.

Cerré mi libro con un bostezo y lo puse sobre mi mesita de luz. Me puse de pie para apagar la luz y en ese momento mi mamá abrió la puerta.
"Hola mamá" La saludé volviendo a mi cama. Cubrí mi cuerpo con el edredón y me voltee, mis ojos apuntando a la pared.
"¿Cenaste?" La escuché preguntar. Giré y la vi sentada al borde su cama, con una sonrisa de lado. Giré mis ojos y los volví a cerrar. No quería hablar sobre mi 'cita' con Bryce, menos con mi madre. Tengo una fantástica relación con mis padres, pero no me gusta hablar de sentimientos con nadie.
"Si, cené con Bryce" respondí sin abrir mis ojos "Estuvo el chico de la cabaña de Paul aquí" Dije para desviar el tema. Pretendí no conocerlo, aunque hablar de él provocaba un extraño nudo en mi estómago.
"Pensé que vendría Paul ¿Todo bien?"
"Si, cuando llegué él se estaba yendo" Evité toda la parte de ambos casi desnudos conversando en medio de la cabaña. Oh, y del 'beso' que me dio cuando se fue "Nada interesante"
Cuando escuché pasos alejándose y la puerta del baño cerrarse, intenté dormir. Mi mente divagaba, repitiendo escenas de aquella noche. Soñé con Mr. Darcy, uno con tatuajes y pelo largo. Y también con Elizabeth Bennett, una con pecas y ropa deportiva. Pero eran ellos, juzgándose con la mirada y discutiendo siempre, pero ocultando algo bajo sus palabras. Sabía qué ocultaban las palabras de Elizabeth, pero no las de Darcy, aunque algo ocultaban.
Me desperté con mi madre sacudiendo mi brazo eufóricamente. Mi cama estaba completamente desarmada y mi boca abierta de par en par. Una hermosura. Ella ya estaba vestida y peinada. Murmuró unas cuantas veces que me levantara que si no llegaría tarde para preparar el desayuno. Extendí mi mano y tomé mi teléfono, era las seis de la mañana. Ya era miércoles, no podía creer lo rápido que estaban pasando los días, y al mismo tiempo todo sucedía en cámara lenta. Sentía como si hubiesen pasado semanas desde que me reencontré con Bryce, conocí a Beck y lo besé.

Mi atuendo no se alejaba de lo usual aquel día, aunque me puse una camiseta rosada, para seguir la regla de usar rosa en los miércoles. Ya no había nubes en el cielo, ahora había pinceladas turquesa sobre mi cabeza, acompañados de brillos dorados del sol. Era otro hermoso día de verano. La temperatura era elevada para ser tan temprano en la mañana, pero aún había una brisa fresca, que se iría yendo con el pasar de las horas. Mis Converse blancas comenzaban a llenarse de la tierra del sendero que me llevaba hasta la cocina. Los grandes círculos morados debajo de mis ojos color caramelo delataban mi sueño. En cuanto abrí la puerta de la cocina, unos cuantos pares de ojos viajaron hasta mí, pero unos verdes captaron más mi atención ¿Qué hacía Beck nuevamente aquí? ¿Nuevamente estuvo metido en problemas y tuvieron que castigarlo? No sé por qué no me sorprende.

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