REBEL

Capítulo 55

Intento subir aquella montaña pero me resulta imposible. Mi brazo derecho no responde. Miro hacia mi costado y veo la venda que cubre parte de mi codo, tornarse roja. La herida sangra ¿En qué momento me lastimé? Escucho un sonido metálico en la distancia ¿Qué fue eso? Abro mis ojos y la luz del sol me lastima. Mi brazo esta enterrado bajo el peso de mi cuerpo y está completamente adormecido. Tardo unos segundos en recordar que estoy en casa de Beck. Su habitual aroma se mezcla con el cálido olor a pan tostado. Froto mis ojos con la punta de mis dedos y me acomodo en el sillón. No recuerdo haberme acostado aquí, lo ultimo que hay en mi mente es una imagen de Beck durmiendo a mi lado, mientras yo lo observaba. Ahora que lo pienso, esa imagen resulta bastante tétrica. Miro a mi costado y mis ojos se encuentran con el bolígrafo sobre el baúl. Siento un nudo en mi estómago al notar que debo enfrentarme con el poder de mis simples palabras escritas en un momento de máxima osadía. No es que me arrepienta, sino que es más fácil expresar mis sentimientos cuando se que Beck no está consciente como para responder o hacer algún chiste al respecto. No hay nada típico en el comienzo de nuestra extraña relación, ni en la forma en que por primera vez expresemos lo más puro de nuestros sentimientos. Él lo gritó en mi cara de manera desesperada y yo lo escribí en su yeso de manera sutil. Creo que eso define nuestras personalidades a la perfección. 

"¿Despierta?" Escucho su voz de la mañana más rasposa que lo normal. Amo su voz. Siempre suena como un susurro, la escuchas como si sus labios estuvieran rozando tu oído. Sientes las graves vibraciones de los sonidos que su boca emite al pronunciar cada palabra con aquel pesado acento inglés que lleva. 

"No del todo" Digo mientras me pongo de pie. 

Mi cuerpo siente frío en cuanto me alejo del sillón y de la manta sobre mí que no recuerdo haber colocado encima mío durante la noche. Tirito, intentando acostumbrarme al cambio de temperatura. Arrastro mis pies en medio de un bostezo y me dirijo derecho hasta Beck. Entro a la pequeña cocina y siento el olor al té reposando dentro de dos tazas con agua caliente. Sus ojos verdes me miran de reojo y no puedo evitar mirarlo. Su cabello se ve despeinado y algunos mechones ondulados caen sobre su frente; sus ojos se ven un poco hinchados y morados ¿Habrá dormido? Seguramente despertó en medio de la noche, me recostó sobre el sillón y luego fue hasta su cama. Beck estira su brazo, obligándome a acercarme a él. Doy dos pasos y ya siento sus dedos sobre mi cintura, jalándome aún más cerca suyo. Su temperatura tibia se apodera de mí. Aplasto mi mejilla derecha contra su pecho y por algún extraño motivo, creo sentir cómo mis latidos se sincronizan con los suyos. Bostezo nuevamente y lo observo con un solo ojo abierto, tostar rodajas de pan en una tostadora sobre la hornalla. 

"Podrías comprar una tostadora eléctrica" Digo con una sonrisa en cuanto voltea el pan completamente negro. 

"Soy un extranjero de dieciocho años viviendo solo, no esperes mucho de mí" Bromea. Dejo escapar una risa y él me imita. Sus hombros suben y bajan, su pecho vibra y no me permite dejar de sonreír. 

En medio del silencio, escucho un pequeño silbido del viento los truenos amenazando con lluvia. Desde aquella amenaza de tornado, no hemos tenido ni un solo día de sol. Me agrada el calor, pero en situaciones como estas, donde amanezco en casa de Beck, la lluvia y el mal tiempo, son la perfecta excusa para quedarnos dentro. Se que él prefiere estar adentro y no movernos del sillón viendo películas. No podría estar en mayor desacuerdo. Será una gran disputa a la hora de elegir citas. Beck querrá quedarse en su casa y yo querré ir al parque. Él dice que en su habitación hay aire puro y que me deje de patrañas. Lo observo poner otra rodaja de pan sobre la tostadora. Cuento las tostadas sobre el plato ¡Diecisiete! ¿Cuánto cree que como? 

"¿Cuántas tostadas comerás?" Elevo una ceja. 

"Tres o cuatro" 

"¿Cuántas crees que comeré yo?"