REBEL

Capítulo 24

N/A: Intentaré actualizar todos los domingos. Hoy un poco más tarde. Enjoy ;)

Las puntas de sus dedos están haciendo un show, subiendo y bajando, de mi hombro hasta la palma de mi mano. Sus palabras giran en mi mente, y cierro mis ojos para volver el tiempo atrás, sólo un minuto atrás. 

"Mira lo que has hecho conmigo, pecas. Siéntete alagada, porque jamás me detendría" Me dice con ojos engreídos y frescos. Las palabras tardan en llegar y en ser asimiladas. 

Parpadeo un par de veces y los sesenta segundos pasan. Intento volver a ese momento en que sus labios estaban sobre los míos, pero al llevar mis ojos hacia arriba y me encuentro con Beck casi dormido, reposando su cabeza sobre la mía, decido no cambiar ese momento por nada. Mis ojos parecen haberse acostumbrado mucho más a la oscuridad, y puedo ver con mayor claridad su rostro. 

"Deja de mirarme" Su voz me hace saltar y Beck deja escapar una carcajada. Siento un escalofríos subir por mi pierna y me sacudo "Quédate quieta, intento dormir. Eres molesta en la cama" 

"Es que tengo frío" Me defiendo como una niña, mi voz suena como un susurro. 

"Eso es porque este departamento es jodidamente helado todo el año" Elevo nuevamente mi vista pero noto que sus ojos siguen cerrados. Me alejo de sus brazos y apoyo mi cabeza sobre la almohada "Y además apagué la calefacción" 

"¿Por qué harías eso?" Beck se recuesta junto a mi y puedo ver sus ojos brillar frente a los míos. 

"Porque sabría que tendrías frío" Me toma de la cintura con sus largos dedos y me obliga a girar. Sin oponerme, hago lo que sé que quiere. Inmediatamente, mi espalda siente el abrazo tibio de su pecho; mis brazos se envuelven, derritiéndose y fundiéndose con los suyos. 

"Hasta mañana" Me dice un viento tibio y suave al oído. Y como si me hubiesen cantado una canción de cuna y arropado como a un bebé, no tarde en dormirme. 

Mi mente me dice que no confíe en ella, pero parece que mi cuerpo tiene otra mente, y deposita su confianza ciegamente sobre la propuesta de aquella chica de sonrisa falsa. Un nudo se forma en mi corazón cuando recuerdo la salud de mi mamá y como su vida se me escapa de los dedos como lluvia ¿Qué hago aquí? Tengo que estar en casa con ella. Esos pensamientos se borran de mi mente cuando aquella sonrisa falsa se para frente a mí.

"Toma, te presto mis zapatos" Me dice. Intento decirle a mi cuerpo que no los tome y no confíe en ella, pero no hay caso. 

Miro hacia abajo y allí noto el vestido rojo que llevo puesto. A la distancia veo una ventana que da a un patio lleno de gente sentada. 

"¿Lista para salir?" Me preguntan. Asiento, insegura de a dónde debo ir. Camino, poco confianza de los tacos que llevo en mis pies. Cruzo el umbral de la puerta y la luz del día lastima mis ojos. 

Parpadeo y tardo en acostumbrarme a la luz que entra por la ventana. No reconozco el color de las paredes. La habitación huele a un perfume familiar. Beck. Estiro mi brazo, pero sólo toco el final del colchón. Siento un nudo en mi estómago cuando la idea de estar sola aquí me invade. Se fue a clases sin mi. Camino con pasos torpes hasta la puerta, camino por el pasillo y giro por la casa, buscando la cocina. 

"¡Beck!" Grito y mi voz retumba en el pequeño departamento. Camino por los pasillos y termino volviendo a la habitación. Siento el frío en mis piernas descubiertas y noto que mi ropa ya debe de estar seca, pero en dónde diablos estará. 

En medio de mi búsqueda inútil, escucho una llave entrar en la perilla de la puerta de entrada. Corro por el pasillo y lo veo entrar con una bolsa de papel en su mano. Lo miro con el ceño fruncido y el sonríe con ojos frescos y burlones.