Capítulo 68

1.8K 133 6
                                    

*Últimos capítulos*

***

Siento la puerta golpear. Tres golpes secos que irrumpen con el silencio de mi habitación. Parpadeo con pesadez. Mis ojos prácticamente ya están secos de lágrimas, sin embargo me las rebusco para llorar un poco más.

¿Quién será esta vez del otro lado de mi habitación? Mis papás ya estuvieron aquí. Mamá, como de costumbre, calló las palabras y habló con sus brazos alrededor de mi cuerpo, y juró no molestarse por las lágrimas que mojaron su nueva blusa.

"Adelante" Mi voz suena extraña. Puede que sea porque prácticamente no he hablado los pasados tres días. 72 horas de puro sufrimiento. Ya no lo soporto más. Ahora comprendo cuando hablaban de los corazones rotos. Puedo sentir físicamente una presión constante en mi pecho.

"Permiso" Ryan ingresa a mi habitación, tímidamente. Sus ojos viajan hasta mí, pero no tarda en observar el desastre de mi habitación. Las persianas están cerradas y la única luz dentro es de una lámpara de escritorio que tiñe el cuarto de un leve naranja. En cuanto lo veo, siento mi mentón temblar.

"¿Qué te llevó tanto tiempo venir?" Intento canalizar algo de mi enojo y dolor hacia él. Pero es inútil, sólo hay un nombre girando sobre mi cabeza. Beck. Beck. Beck.

"No sabía si querías estar sola o no" Sus cejas se elevan en preocupación. Camina lentamente hasta mi cama, el lugar en el llevo encadenada los últimos días. Se sienta junto a mí y me mira fijo a los ojos. Nada de mí se escapa de sus ojos azules.

"Quiero estar sola. Pero tú siempre eres mi excepción" Ryan sonríe suavemente y coloca su mano sobre la mía "Debo lucir horrible"

"Creo que tu apariencia no muestra ni un tercio de lo mal que debes estar por dentro" Sonrío ante la frustración y siento las lágrimas crecer en mis ojos prácticamente entumecidos. Meneo mi cabeza, intentando alejar un poco el dolor. Fallo "¿Quieres contarme qué sucedió?"

"Nos escapamos del baile, para fugarnos a no sé dónde. La idea lucía increíble desde sus labios" Mi piel se eriza ante el recuerdo. Tan cerca mío. Prácticamente tangible "Terminamos en un motel. Estuvimos a punto de estar juntos, Ryan, pero cuando él se quitó la camiseta vi marcas sobre su abdomen. Allí supe que jamás había dejado las peleas. Le dije que no fuera más pero él se rehusó. De ahí en más, fue una caída en picada. Comenzamos a tirarnos con artillería pesada. Ambos dijimos cosas que no deberíamos haber dicho, pero noté de que él dio por sentado que lo perdonaría, como siempre"

"¿Cómo te sientes? Ya sabes, más allá del dolor de no estar con él" Su pregunta me hace pensar por unos segundos.

"No lo sé. Lo extraño, pero no puedo dejar de pensar en todo lo que me dijo y todo lo que oí de él. La realidad es que aún creo en cada palabra que salió de mi boca. Sin embargo a cada segundo sólo quiero tomar mi teléfono y llamarlo, pedirle que corra hasta mí y olvidemos todo, que pretendamos, aunque sea por una noche, que no creemos todo eso del otro" Me pauso y tomo aire. Se siente tan bien poder decir todo esto "Lo amo, Ryan. Y temo que eso no cambia. Ninguna pelea ni nada puede cambiar eso. Pero también siento que no hay un futuro para nosotros, que después de la pasión y el amor incontrolable, no hay nada. No sé qué tiene él para darme ni yo para ofrecerle. Además del inmenso amor que le tengo, no encuentro un motivo para quedarme, sin embargo aquí sigo"

"Si no encuentras un motivo para quedarte, ese es tu motivo para irte" Su voz es suave, pero sus palabras llegan a mí y se quedan debajo de mi piel "No soy el mejor para dar consejos de amor, la realidad es que mi vida amorosa no es un gran ejemplo. Pero algo se y de eso estoy seguro, que no sólo de amor se sostiene una pareja, se necesita mucho más. No siempre se trata de un error que haya que cambiar, sino que simplemente el otro no es para ti. No necesitas sus atributos y no eres la indicada para arreglar sus errores. Cuando todo está tan enredado, lo mejor es soltar, y esa es la parte más difícil. Sé que lo amas, Zo, lo noto, pero si sigues sosteniendo la soga que amarra a Beck, continuarás lastimándote las manos"

Mi mente es un ovillo de lana, completamente enredado y sin sentido. Necesito acomodar mis ideas. No se cómo estar si él, pero hay cosas en nosotros que simplemente ninguno puede ni quiere cambiar, y así no podemos estar con el otro. A veces me detengo a pensar de que todo es ridículo, que tan solo fue una pelea más ¿Y si cometí un error? Tal vez Beck si es el chico para mí, ese que me dirá buenas noches al final de cada día, y el primero que veré en cuanto abra mis ojos por la mañana. Tal vez Beck sea aquel con quien compre mi primera casa y con quien discuta sobre si las paredes deberían ser blancas o crema. Puede que él sea quien le dé un hermoso color verde a los ojos de mis hijos, y una vez que estén en nuestros brazos, sepamos con exactitud qué nombre darle. Tal vez él sea él chico para mí. Hasta el último aliento.

"Tal vez el tiempo no es el correcto" Ryan dice sabiamente, como si leyera mis pensamientos. Levanto mi mirada y lo encuentro observándome con atención. Me ofrece una sonrisa. Absorbo sus palabras una vez más "Puede que no sean los indicados el uno para el otro ahora. En unos tres, cuatro o cinco años, ambos serán completamente distintos y volverán a enamorarse de la misma forma, pero si siguen juntos, jamás crecerán por separado. No lo sé, es una posibilidad. Pero en situaciones como estas, deberías considerar todas"

"Pero él me necesita ahora" digo con pesadez, y una oleada de escenarios posibles aparecen en mi mente. La manera en que Beck cambió estando conmigo, los ojos de Poppy al ver a su hijo genuinamente feliz.

"Jamás resignes tu felicidad y todo lo que tienes por delante sólo para que otro pueda estar bien. Él te ama y quiere verte bien, tu felicidad le traerá felicidad a él, estén o no juntos. Nunca olvides eso" Su mano aprieta la mía y un poco de su calor viaja a mi cuerpo.

"¿Lo has visto en el colegio?" No puedo evitar preguntar. Ryan deja escapar una bocanada de aire.

"Me ha preguntado por ti unas cuantas veces" Dice, aunque por algún motivo siento que no tenía permitido revelar esa porción de información. Una mezcla de alegría y tristeza se revuelven en mi estómago "Le he dicho que respetara tu espacio, pero eventualmente tendrán que hablar. Ya sea que regreses o no con él, deberás decírselo cara a cara y no a los gritos. Él te está esperando, Zo, ten eso en cuenta"

Ryan se recuesto junto a mí, a pesar de la cama pequeña y el hecho de que llevo tres días sin bañarme. Sus manos se reposan sobre su pecho y ambos miramos hacia el techo. En mi mente pretendo que la pared de concreto es un cielo repleto de estrellas. Tal vez así, todo sería mejor.

Es increíble cómo puede estar tanto tiempo sin conocer a una persona y tu vida marcha completamente bien. Pero no es hasta que la dejas entrar y se sumerge dentro de ti y luego es imposible removerla sin sentir un dolor incontrolable que desgarra. Al menos, como siempre, tendré a Ryan. Con sus consejos sabios y sus miradas frescas y sinceras. Cierro mis ojos, sintiendo la presión en mi pecho un poco más ligera que antes.

"Zo, sabes que me quedaría contigo, pero debo volver a casa para cenar" La voz de mi amigo me quita de un extraño estado entre estar dormida y despierta. Parpadeo mis ojos gastados "Oh, antes de irme, tal vez no debería decirte esto, pero creo que debes saberlo. Jay terminó con su novia, y por algún motivo, eso trae muy preocupado a Beck"

Y con esas palabras, la presión en mi pecho vuelve. Uno de los temores del chico que más amo, se ha vuelto realidad. La simple idea de Jay cayendo a un abismo de depresión intentando ser cubierta por adicciones, hace que mi piel se erice. No puedo dejarlo ahora. Debo estar allí para él. Si me marcho ahora, no tendrá más fuerzas para ayudar a su mejor amigo. Terminaré destruyendo a dos personas. La realidad es que amo más a Beck de lo que me amo a mi misma, y si tener que dejar de lado mi realidad, bienestar o cualquier cosa que no sea él, lo haré. Todo sea por Beck.

"¿Estarás bien?" La voz de Ryan interrumpe mis pensamientos.

"Si" Miento. 

REBELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora