Capítulo 15.

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Yacía una preciosa noche, el cielo de Madrid estaba inundado por miles de estrellas brillando. Sin contar que la luna estaba llena.

Carlos caminaba en medio de la calle, vestía con unos pantalones algo ceñidos a su piel, un par tenis y una sudadera negra. Era una calle larga, tenía que caminar hasta chocar con pared y después diez pasos a la izquierda para llegar a la casa donde vivió sus primeras aventuras con Will. Estaba por saltar el acercado cuando una voz masculina le asustó.

— No hay nada que robar allí — mencionó Blas tranquilo.

— Blas — dijo en un suave murmullo.

Carlos bajó la cerca y echó a correr lo más rápido posible intentando no tropezar con sus agujetas, las cuales siempre se olvidaba de atar.

— ¡Te tengo! — gritó Blas cuando Carlos cayó al piso por el peso de su amigo.

Carlos giró el rostro asustado y en Blas no se pudo ver más que asombro al igual que en sus ojos cuando descubrió de quien se trataba.

— ¿Tú? — dijo Blas.

Carlos intentó reaccionar lo más rápido posible pero el sólo tener el tacto de los dedos de Blas sobre sus brazos le hizo sentir extraño. Aquella experiencia era distinta a todas las vividas en diecinueve años, era como el hueco que se hace en tú estomago cuando los nervios y emoción de ver a esa persona especial se apoderan de ti.

— Te he hecho una pregunta — habló Blas haciendo volver en si a Carlos.

— Da...Da...Dani — tartamudeó Carlos .En sus ojos se podía notar el miedo a ser descubierto en su engaño.

— ¡Oh! entiendo debe haberte mandado a vigilarme — negó Blas incrédulo.

Era claro para Blas que Carlos no había sido mandado por Dani, lo habría creído si no le hubiera visto trepando en la cerca. Claro también era obvio que después de lo que dijo sobre Will su amigo se haya interesado por saber de su abuelo. Y ya que Carlos había vuelto le mostraría en lo asqueroso y turbio que se volvió su mundo.

— Bien entonces vamos — Blas se giró sobre sus talones y con una sonrisa en los labios y Carlos tras de él, se dirigió a donde tenía planeando empezar aquel recorrido.

El lugar era realmente horrible, habían edificios abandonados, se podían ver motos pasar de un lado a otro, el cielo era más gris de ese lado de la ciudad, se podía oler el humo que salía por los escapes de la motos, parecía un lugar de mala muerte para Carlos y no estaba equivocado pero para Blas todo era normal, había pasado los últimos tres años de su vida en barrios así.

— Blas tengo miedo — murmuró Carlos.

Blas ni siquiera le prestó atención a Carlos; sabía cómo debería estarse sintiéndose su amigo, como él lo hizo la primera vez que llegó a ese lugar acompañando a Celia.

Mientras por otro lado el corazón de Carlos dio un brinco inesperado cuando la mano de alguien se posó sobre su hombro.

— ¿Quieres un poco? — ofreció un joven que cargaba un líquido en una botella. Carlos negó conteniendo las lágrimas.

— ¡Hey! Greg déjale en paz...


¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora