Capítulo 32.

208 33 5
                                    


Lágrimas que caían por las mejillas de Carlos se confundían con las gotas de lluvia. El cielo estaba oscuro y ni una sola estrella brillaba. Carlos estaba molesto no podía creer que el de ojos azules fuera tan idiota como para querer vengarse de una estupidez que había sucedido hace años.

Carlos se levantó y rápidamente corrió contra una pared estrellando sus nudillos contra esta. Sin embargo nunca se percató de que alguien le miraba, él no solía desquitar su enojo con nada ni nadie y ni mucho menos ser agresivo pero la situación ya había sobrepasado su límite.

— ¡Hey!...tranquilo amigo — susurró la voz del cuerpo que se encontraba atrás de él.

El cuerpo del rubio se tensó, sabía de quien se trataba pero quería hacer el intento de cumplir la promesa que se había hecho mientras caminaba al edificio, se trataba de no volver a poner sus ojos en el castaño pero sabía que era débil y si este se encontraba cerca lo era aún más.

Carlos volvió a estampar sus puños contra la pared, el dolor se esparció, en cambio Blas lo tomó del torso alejándolo de la pared, evitando que se hiciera más daño.

— ¡No me toques! — exclamó Carlos mientras forcejeaba con Blas.

El castaño atrajo hacia a su cuerpo al chico y con fuerza lo apegó a su pecho dándole calor, ambos se encontraban empapados.

Carlos giró su cuerpo para poder mirar directamente a los ojos de Blas pero pronto sintió la necesidad de abrazarle con más fuerza e intensidad, de posar su nariz sobre su pecho para inhalar su aroma. Los corazones de ambos palpitaban sin césar, estaban nerviosos, se sentían diferentes a muchas otras veces que habían estado tan cerca.

Carlos levantó la cabeza, aunque se sentía estupendamente resguardarse entre los brazos de Blas sintiendo su calor, tenía que cumplir con su palabra.

— Blas, suéltame — murmuró Carlos en un susurro.

Blas contempló por un momento al menor y lo dejó, se sentó en el suelo. El sabía que todo aquello estaba mal, jamás había visto a Carlos comportarse de tal forma. La agresividad nunca había sido una de sus cualidades, por esa y otras razones más Blas se sentía culpable de ser él quien estuviese cambiando a Carlos.

La lluvia no cesó y aunque tenían la oportunidad de bajar a sus pisos, ambos se quedaron en aquel lugar haciéndose compañía el uno al otro bajo el silencio de la noche.

— Te quie...

Rápidamente las palabras de Blas se vieron interrumpidas por las de Carlos.

— Voy a entender tu venganza contra mí. Así me tenga que meter en tu mundo — habló tomándole por sorpresa.

Blas llevaba un tiempo intentando decirle aquellas palabras, para ser exactos desde la noche que Dani entró en crisis para sorprender a Carlos pero ahora el sorprendido había sido él. Rápidamente alarmas en su cabeza se encendieron dando paso a la preocupación.

— No — dijo Blas firme.

— ¿Quieres ver cómo lo hago?

Sin más, Carlos bajó las escaleras dejando a un Blas totalmente desconcertado.


¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora