Capítulo 39.

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La sonrisa de Carlos iluminaba cada centímetro del edificio. Después de todo, la charla que había tenido minutos atrás con Blas no había sido del todo mala. El castaño había comenzado por sentirse un tanto celoso y había hecho unos cuantos gestos inmaduros, pero finalmente había terminado por dejar que la mano de Carlos se entrelazase con la suya y que aquella rara electricidad le recorriera todo el cuerpo, revolucionando cada centímetro de él.

Mientras tanto en aquel momento tan dulce en uno de los pisos de abajo, Dani se encontraba dudoso entre si tocar o no la puerta de uno de los apartamentos. No era el hecho de que se volviera a encontrar con David, que quedaba en segundo plano después de que su mirada se perdía en la de Álvaro cuando aparecía. Su puño estaba por tocar la puerta cuando esta se abrió dejando ver un cuerpo con el torso descubierto. De pronto y sin aviso el cuerpo de Dani se tensó bajo la mirada del editor provocando que ni uno de sus músculos reaccionara.

Un rojo carmín iluminó su rostro dando paso a un cuerpo lleno de nerviosismo pero, no era el único que se encontraba en ese estado. Álvaro había estado observándolo desde el marco de la puerta, no pudo esconder una vaga sonrisa que comenzaba a esparcirse por sus labios cuando se percató de que el chico jugaba con sus manos, cabizbajo.

— Hola — susurró Dani. Un corazón se aceleró justo cuando las miradas de ambos se encontraron.

— Daa...ani — Dani, intentó decir Álvaro pero le fue imposible, aún seguía en un estado de ebriedad increíble.

— Álvaro...yo.

— Sh..., baja la voz Dani, Carlos y David deben de estar dormidos — silenció el mayor —.Vamos a dar una vuelta.

Dani asintió y en cuanto Álvaro cerró la puerta se marcharon a algún otro lugar.

Llevaban unas cuantas horas caminando, Dan se encontraba en silencio, de todas las palabras que había planeado decirle a Álvaro no lograba articular ni una sola.

— Sentémonos ahí — Álvaro señaló hacia un banco. Dani asintió y se dirigió hacia él.

Álvaro se sentía cansado y perdido, de la nada había aparecido con Dani en aquel parque solo iluminado por estrellas. Dani no podía parar de jugar con sus dedos, la cercanía del chico le ponía la piel de gallina, habían pasado unos cuantos años desde la última vez que se había sentido así.

— Dani — logró decir correctamente Álvaro. Y entonces una sonrisa nerviosa se delineó en los labios de Dani, estaba por girarse a mirarlo cuando los labios de este atraparon los suyos. Los ojos de Dani se cerraron al momento, jamás en la vida había sentido algo parecido, el beso era un tanto rudo pero el hecho de que los labios de Álvaro fueran tan suaves lo convertía en dulce.

Dani se percató de todo cuando el sabor a alcohol se hizo presente en el beso. Todo lo que estaba pasando en ese momento estaba mal, era un total desastre, el editor no se encontraba en buen estado y podía apostar que la mañana siguiente no se acordaría de nada de lo sucedido desde su estancia en el parque.

Minutos después de que los labios de ambos chicos se separaron, Álvaro se quedó completamente dormido en el regazo del menor. Y él no dudó ni un segundo en contemplar cada uno de los rasgos del chico.


¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora