Capítulo 40.

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Días después...

La lluvia se hacía cada vez más vistosa a los ojos de Blas y Carlos. Ambos jóvenes se miraban con especial complicidad. Las manos de Blas se sentían mojadas, no sabía si era porque estas sudaban por sus nervios ante el toque del rubio o era el hecho de que la lluvia resbala sobre ellas mojándolas. Sin darse cuenta alguna los labios de su ángel se vieron presionados con los suyos.

El rubio no solía ser tan lanzado como quería hacer creer a su novio, pero hablamos de que a Blas esto no le tomaba por sorpresa. Después de unos segundos Carlos se sintió algo incómodo y decidió dirigir su mirada al frente quizá así el castaño no notaría el rubor que hacía el intento de esconderse en sus mejillas.

Tan pronto bajó la intensidad de la lluvia Carlos, jaló la mano del mayor para lograr encontrar un lugar donde resguardarse pero como esta novela no es del todo cliché el rubio cayó en la entrada de una biblioteca - o al menos esa impresión daba el lugar-provocando que Blas cayera de igual forma contra el suelo. Risas se hicieron presentes entre ellos, el castaño se dejó caer por completo al suelo con sus brazos cruzados bajo la cabeza.

La sonrisa de Carlos rápidamente apareció frente al rostro de Blas al igual que un peso extra sobre su cuerpo. El castaño apenas tuvo que levantar un poco su rostro para que sus labios se presionaran con los dulces y pequeños de su novio.

Con timidez Carlos quiso delinear los labios del mayor pero un arregló de garganta le interrumpió dejándole con las ganas, al menos por el momento.

— Disculpen — dijo la voz de una joven.

Carlos rodeó los ojos molesto, las personas podían interrumpir todo, menos un beso. Blas gruñó, para levantarse su chico enterró uno de los codos en sus costillas.

— Cuidado — se quejó el mayor. Carlos junto a la joven que los interrumpió ayudó a levantar al chico.

— Hola — dijo la desconocida —.Soy Alexiane.

Y en su corta vida Carlos nunca escuchó tal nombre.

— Blas — dijo su novio al momento en que decidió estrechar la mano de la castaña.

Alexiane, era fotógrafa, ella poseía una sonrisa blanca, unos labios delgados aún más que los de Carlos, sus ojos eran grises, casi tan claros como la niebla. Eso lo que realmente tenía molesto al rubio. La chica había pasado la última hora acaparando toda la atención de su novio.

Cuando la tormenta nuevamente paró Carlos tomó la mano de Blas y lo sacó de aquel lugar sin darle explicación alguna. La tensión llegaba a ser palpable en aquel momento, ninguno de los chicos se dirigió palabra alguna en todo el trayecto.

Blas quiso besar una vez más los labios de Carlos antes de dirigirse de una buena vez a su departamento cuando su chico le cerró la puerta en la cara.


¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora