Había una noche especial, llena de puntos brillantes esparcidos sobre el cielo, pero ni siquiera eso lograba hacer feliz a Dani y menos después de que Álvaro le visitara y removiese todos aquellos recuerdos que lo atormentaban.
Te odio. Era la única palabra que salía de los labios de Dani. Tomó un poco de vodka desde la boquilla de la botella y la arrojó contra la puerta de entrada. Esta era una faceta que nadie más que Cristina, Blas y el aludido conocían.
Dani se aproximó con movimientos torpes hacía la barra para tomar otra botella y empinarla a sus labios. El fragmento de un recuerdo llegó a Dani inesperadamente.
— Dani te quiero — murmuró Samuel sobre el oído del rubio.
— Samuel no quiero que te alejes de mí — los ojos de Dani se llenaron de lágrimas del solo pensar en la enfermedad de su difunto novio.
— Te lo prometo. Esta enfermedad no impedirá que yo pase el resto de mi vida contigo.
— Eres un maldito mentiroso — Gritó Dani con un nudo en la garganta.
Mientras tanto Carlos subía las escaleras. Había sido un largo día y más cuando tuvo que romperle el corazón a Alex, se sentía realmente mal pero debía hacer lo correcto, él, amaba a Blas. El sonido de un objeto impactando contra una de las puertas se produjo desconcertando a Carlos. Aquel sonido provenía del piso de arriba, no podía ser Blas, este se había marchado muy molesto.
Carlos subió hasta el piso donde vivían Dani, Cristina y ahora Blas. Dio unos cuantos toques a la puerta, no se abrió. Al parecer no había nadie. Estaba por irse cuando escuchó algo chocar contra un mueble y en efecto no era un algo era Dani.
— ¿Te encuentras bien? — Carlos entró y tomó a Dani del brazo, le dejó sentado sobre el sofá.
— Me engañó Blas — Carlos le miró desconcertado mientras prendía la luz. Dani se encontraba en tan mal estado que ni siquiera le reconocía.
— Dani. Soy Carlos ¿no me reconoces? — Dani ignoró el comentario de su amigo y siguió creyendo que se trataba de Blas.
— Soy un idiota. Él me mintió para destruirme sin piedad. Yo le quería pero se fue así sin siquiera despedirse. Me dijo que yo era lo más importante en su vida y que por esa misma razón no me dejaría. Ahora sé que siempre me engañó y ¡ah! esa maldita enfermedad en su corazón fue la que se lo llevó.
— No eres un idiota amigo, cometiste un error al creer que nunca se iría pero no debes depender tanto de una persona, algún día tomará su camino y no siempre será el correcto.
Aquellas palabras habían hecho reflexionar a los tres chicos y sí, digo tres porque Blas llevaba apenas unos minutos escuchando todo sobre el marco de la puerta.
— Carlos — habló Blas en un susurro.
Blas podía haber crecido y engrosado su voz pero aún quedaba rastro de ese niño lleno de miedo, muy en el fondo de su corazón.
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¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA.
FanfictionNadie esperaba lo que estaba a punto de ocurrir.