Capítulo 50.

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Habían salido de la cabaña por la madrugada, realmente sólo se habían hecho cargo de tomar sus equipajes. En cuanto tomaron la carretera, los ojos de Blas se llenaron de lágrimas, estaba asustado y angustiado. Celia no había querido decirle la razón por la qué le había llamado.

Carlos lo único que había podido hacer por el castaño durante todo el camino había sido tomar su mano, acariciarle los nudillos y verlo llorar. La peor parte del momento.

En cuanto llegaron al piso de Celia, la chica les abrió y se echó a llorar a los brazos de Blas, se le notaba angustiada y físicamente anímica y ojerosa.

— ¿Qué sucedió?

Celia no sabía cómo explicar la situación por la que estaba pasando. Las piernas le temblaban y su corazón latía con demasiada rapidez.

— Blas, es Dani. Llegó aquí, drogado hasta el tope. Yo no sabía qué hacer y lo primero que se me ocurrió fue llamarte.

Los ojos del castaño se llenaron de lágrimas una vez más. El de ojos azules era una de las personas más importantes en su vida y no estaba dispuesto a perderlo.

— ¿En dónde está? — preguntó.

— Lo he llevado hasta la habitación pero me parece que ha perdido la consciencia.

— Iré a verlo.

Carlos sólo pudo pensar en lo mal que debía estarla pasando su chico. El rubio no sabía que Dani consumiera drogas.

— Tranquilo Carlos — dijo la morena después de entregarle un té caliente —. Blas es fuerte.

Asintió, de eso no tenía la menor duda pero le dolía verlo así. Él había luchado demasiado para que el chico no sufriera por nada en el mundo.

— Celia ¿puedo hablarte de algo? — la chica asintió —.Yo...yo supe de la muerte de Will antes que todos.

— Es normal. Eras su nieto, tenías que ser el principal en ser informado.

— Nadie me lo dijo.

Celia lo miró, y le abrazó. Ella no era nadie para juzgar al de ojos miel. Comenzaba a preocuparse por él, no llevaban mucho tiempo de amigos pero el rubio la había apoyado cuando más necesitó de alguien.

— Una tarde antes de que se lo informaran a Blas yo, fui hasta la casa para hablar con él. Cuando estuve a centímetros de su cuerpo, me percaté de que estaba muerto y después no tuve el valor de decirle a Blas todo lo que había sucedido...

Un jarrón cayó al suelo, provocando que el corazón de ambos latiera desbocado. Cuando miraron qué había sido lo que lo tiró encontraron a Blas. Había terminado por escuchar todo.

— Me has engañado todo este tiempo — murmuró para el menor.

—Blas, no es lo que tú crees. Yo iba a decírtelo pero...

— Pero decidiste mantenerlo en secreto. ¡Cuántas veces he sido producto de tus engaños!

— Blas, déjame explicártelo.

El castaño se enfureció tanto que tomó al chico por el cuello, lo pegó contra la pared y le propinó un golpe en el estómago.

— ¡Blas! ¡Suéltalo! ¡Lo matarás!

— Pagarás por haberme engañado, yo no soy burla de nadie — le dijo al rubio, ignorando todo lo que la morena le decía.

— ¡Suéltalo! ¡Él sólo intentaba ayudarte!

— Eres un maldito cobarde y espero que sufras todo el daño que has causado con tus mentiras.

Sus ojos estaban negros de tanto odio que estaba acumulándose en su interior. Soltó al rubio y lo miró por un último minuto. Ya no quedaba nada de aquél Blas amoroso que llegó a ser un día. Se había esfumado por completo.

Por último dejó caer al rubio y lo miró desplomarse en el suelo para después marcharse a la habitación donde se encontraba Dani.


¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora