Estaba concentrado en algún tema distante de aquel restaurante, miraba los ojos azules de su chico mientras desayunaban.
— Carlos ¿me estás escuchando?
El menor no respondió, no podía dejar de darle vueltas al tema de Rubén, habían pasado unos días de que había hablado con Dani del tema.
— Carlos — dijo Blas.
— ¿Podemos irnos? Se me ha quitado el apetito— Blas miró al rubio, se le notaba apagado y cansado. Con lentitud tomó su barbilla y mirándole a los ojos lo besó. Esta vez el beso era tímido, los labios de Carlos apenas se abrían un poco. Quería responderle el beso como su chico lo merecía pero le era imposible.
— Te quiero.
Las palabras de Blas eran reales, él no había querido a nadie tanto como a su chico. Carlos había hablado con el castaño sobre el tema de irse con Álvaro, llevaba un par de semanas triste y lleno de remordimientos por ocultarle a su novio lo de Rubén.
— Estoy bien — susurró el menor apartando la mano de su chico de su barbilla. Blas asintió no muy convencido.
— Iré a pagar — comentó.
Después del desayuno se dirigieron a una exposición de fotografías en el centro de Madrid. Carlos llevaba más de un mes planeando aquel día y no todo estaba saliendo como debía. Mientras pasaban mirando las fotos enmarcadas, el rubio no podía soportar un sentimiento de nostalgia invadiéndole por completo. Sus fotografías no eran buenas por ello nunca habría una exposición de ellas-al menos eso era lo que él pensaba-era idiota al seguir asistiendo al curso que David le pagó con tanto cariño.
— ¿Pequeño? — hubo una pausa por Blas—.¿Rubio?
Carlos le abrazó, no estaba preparado para todos los problemas que rondaban en su cabeza, no estaba preparado para ser un excelente fotógrafo, no estaba preparado para seguir molesto con Álvaro pero por sobre todo no estaba preparado para dañar una vez más a Blas, no estaba preparado para perderle.
Después de media hora, el rubio se encontraba en su habitación, varios pañuelos estaban esparcidos a su alrededor; no había parado de llorar desde que le cerró la puerta en la nariz a Blas que permaneció un par de minutos con Álvaro hablando sobre el estado del menor. El joven editor había aporreado la puerta en cuanto el menor se encerró, sin embargo no logró nada de beneficio. Ganó gritos repletos de palabras altisonantes llenas de coraje.
Cuando el de ojos miel decidió salir de su habitación la tercera guerra mundial se puso en marcha. — ¡Eres un maldito idiota!
— ¡Qué es lo que te pasa!
— Me pasa, ¡Me pasa que eres un egoísta que solo piensa en él y su bienestar sin importarle lo qué las demás personas vayan a sufrir!
— ¿Carlos hablas de...
— ¡Maldición Álvaro! Hablo de mis decisiones y las tuyas sobre la vida de los demás, hablo de que nunca se te pasó por la cabeza contarme lo de Rubén. Eso es de lo que hablo.
Y entonces Álvaro entendió todo, el menor se había enterado de la salida del reclusorio de aquel hombre.
— No vuelvas a cruzar una palabra conmigo — dijo el rubio antes de salir del departamento.
Hola chicas sé que les dije que este mes no podría subir capítulo pero ya tengo unos cuantos guardados.
Espero que lo disfruten. Sé que es muy corto pero dentro de unos cuantos se darán cuenta del porqué.😌
Entre otras cosas espero que sí, es de su agrado el capítulo dejen sus estrellas y comentarios.
Me gustaría saber ¿Cómo creen que terminará la novela?
Sin más, un beso.Una
Sombrerita.
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¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA.
FanfictionNadie esperaba lo que estaba a punto de ocurrir.