Capítulo 25.

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Carlos había pasado una madrugada realmente fatal con la fiebre demasiado alta mientras que Blas había estado fornicando con Celia en su departamento. Vaya numerito el que se estaba montando. Después de lo sucedido la noche anterior lo único que Carlos hubiera esperado era que Blas tuviera la consideración de pasar la madrugada con él aunque sea recostado sobre el sofá como hace años había hecho él. No cabía duda ya no quedaba nada del chico que conoció años atrás, ahora todo había cambiado.

En otro lugar de la ciudad...

Blas se levantó de la cama, se sentía un idiota, siempre había sido muy cruel con las personas que amaba pero lo hacía para que no vieran la bestia en la que se estaba convirtiendo. A pesar de que intentara alejarlas los únicos que se habían quedado eran Dani, Cris, Celia y finalmente su tan querido abuelo Will. Buscó a tientas su piano para no despertar a Celia, después se sentó en el suelo de la habitación con las piernas cruzadas y comenzó a tocar.

Parece como si estuviera respirando,

Algo que está en llamas parece como,

Que todo terminará antes de irte,

Parece que no estoy dispuesto,

A caminar en la niebla

Los brazos de Celia rodearon tímidamente el cuello de Blas logrando que la piel de este se erizarse. Después de toda la chica no era una mala persona, realmente le quería, no como una hermana o como una amiga, ella le amaba.

— Lo siento. Sigue en lo que estabas — Celia besó fugazmente en la mejilla a Blas y salió de la habitación. El chico asintió pero no pudo seguir con la melodía. Se acercó hasta el balcón y miró como el cielo comenzaba a pintarse de un azul con amarillo increíble.

Lágrimas invadían los ojos de Blas y recorrían sus mejillas, unos minutos después se sintió débil al ver que Celia entraba en la habitación, Blas había estado tan perdido en lo que estaba mirando que ni siquiera notó cuando Celia regresó a la habitación.

— ¿Qué piensas hacer hoy? — preguntó la morena con la esperanza de pasar el día con Blas.

— No lo sé trabajar y después ir a buscar a Marcus, ese idiota me debe dinero — sentenció Blas molesto, no le gustaba ser controlado —. ¿Por qué? ¿Sucede algo?

— Nada solo.....olvidado son tonterías mías.

Blas podía ser todo un insensible cuando se lo proponía pero también tenía presente el hecho de que Celia ante todo era su amiga y le apreciaba como a ninguna y no solo porque tuvieran sexo, como ya lo he dicho antes vivieron momentos realmente difíciles juntos.

— No, está bien iremos a donde tú quieras después de ir con Marcus y pasar a mi departamento.

La joven asintió con una sonrisa, le hacía ilusión pasar el día con Blas, al parecer no recordaba que era su cumpleaños.


¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora