La cortina de estrellas caía sobre la ciudad de Madrid, Blas miraba desde el balcón con un cigarrillo enterrado entre sus labios a un punto perdido. Las cosas nunca le salían del todo bien como él deseaba y menos en el amor, ese era una riesgo que tenía que correr algún día. En una de las esquinas del balcón yacía descansando su piano eléctrico, lo había sacado de su estuche con intención de tocar alguna melodía y desempolvarlo un poco.
Blas cerró por un momento los ojos, se sentía bien aún después de la escena del día, tener a Carlos era saber que su vida ya estaba completa.
El chirrido de una puerta se hizo presente, quizá era Álvaro saliendo de la habitación de Dani, los había encontrado dormidos y no había querido molestar. Blas se sentó en un viejo banquillo de tapiz vino con la espalda dando a la puerta y comenzó a tocar una melodía cualquiera. Estaba tan concentrado sintiendo el tacto de sus dedos contra las teclas que jamás se dio cuenta de que alguien le miraba. Alguien que lo había amado desde que lo vio por primera vez.
Carlos que llevaba unos minutos parado detrás de él, se acercó y con lentitud dejó un beso en su hombro desnudo, provocando que el cuerpo de Blas se tensara y la piel se le erizara.
— ¿Puedo sentarme? — susurró Carlos.
Blas sonrió, tomó la mano de Carlos y le guió hasta en frente del banquillo.
— ¿Quieres aprender a tocar? — preguntó perdido en los ojos de Carlos. El rubio asintió, nunca había intentado tocar el piano, se caracterizaba por dejar las cosas a la mitad, a excepción de la fotografía, esa sí que era su pasión.
Antes de comenzar a tocar el rubio se escondió entre los brazos del castaño, había tenido una pesadilla nuevamente, esta vez le había aterrado más de lo natural porque podía sentir a ese hombre cerca - Un hombre viejo y sucio en el aspecto físico, sexual y psicológico - Carlos absorbió todo el olor de Blas que pudo y se separó para depositar un beso en el cuello de su novio.
Mientras Blas mostraba empeño en enseñarle a Carlos las notas en el piano, él solo podía pensar en que Will también había sido parte de su sueño y el hecho de no decirle nada a su novio lo estaba matando.
— Blas — dijo el menor —. Tengo algo que decirte. Yo vi a Will el día que...
Carlos se vio interrumpido por los labios de Blas que lo callaron por completo, el sentimiento de tristeza le inundó.
— Le agradezco por haberte puesto en mi vida — dijo Blas, contra los labios de Carlos, estos temblaban.
Carlos se quedó inmóvil, no era tan valiente para perder una vez más a Blas, así que solo sonrió y se abalanzó a sus brazos.
Pocos minutos después los labios de Blas se acercaron al oído de Carlos susurrando una canción, provocando que los vellos de la nuca del rubio se erizaran.
Me encanta tenerte aquí rebuscándome la piel
Hace días te esperé y ya estás conmigo
Aún me sorprende encontrar
Algo tuyo en el salón
Me provocas algo más, no se definirlo.
Entre tú y yo algo raro sucede
Pude confiar en ti nada más conocerte.
Bajé la guardia y subí mis apuestas
Quise arriesgarme a ti sin pedir cuentas.
Me gusta llegar y verte concentrado entre tus cosas
Matar el tiempo repasando nuestra historia
No te quiero perder
Me gusta poder decirte simplemente en nuestra cama
Abrir un vino y no quedarme con las ganas
De verte un rato más quédate hasta el final...
Por primera vez dejé
Todo mí pasado atrás
No siempre se sabe dar
Un paso adelante
Me cansé de pelear
Te juro que no quiero más
No apagues la luz aún
Me quedan besos que darte.
Entre tú y yo algo raro sucede
Pude confiar en ti nada más conocerte.
Me gusta
Llegar y verte concentrada entre tus cosas
Matar el tiempo repasando nuestra historia
No te quiero perder,
Me gusta poder decirte simplemente en nuestra cama
Abrir un vino y no quedarme con las ganas
De verte un rato más quédate hasta el final...
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¡My Angel! //Blarlos//CANCELADA.
FanfictionNadie esperaba lo que estaba a punto de ocurrir.