Capítulo 53

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Vamos a ser padres

[Kelly]

Esta mañana me levanté sintiéndome realmente mal, ha pasado un mes desde aquel celo tan repentino que tuvo Keith, no habíamos tenido intimidad después vernos otra vez, fue la primera vez en siete años, me sentí tan avergonzada, no quería que viera mi cuerpo lleno de cicatrices, había olvidado lo intenso y doloroso que es soportar el celo de un alfa dominante como él.

Me siento ansiosa, preocupada y tengo miedo a partes iguales.

No puedo seguir evitando el tema, son los mismos síntomas, el mismo cansancio, es inevitable porque no me estaba cuidando cuando estuvimos juntos, tener otro hijo me aterra, porque pasé por demasiadas complicaciones durante mi primer embarazo.

Pero esta vez Keith estará a mi lado y aquello me reconforta un poco.

—Kelly, ya puedes pasar, tengo los resultados de tus exámenes

—mi mejor amigo abrió la puerta de su consulta.

Me levanté de mi asiento e ingresé a la oficina de Ian, repentinamente me comencé a sentir demasiado nerviosa.

—¿Qué te sucede?, ¿Estás nerviosa?—Ian me miró.

—Un poco, no pensé pasar por esto una segunda vez, de hecho planeaba que Kailan fuera hijo único—suspire.

—No te preocupes amiga, estaré contigo en todo momento y seré tu médico de cabecera, ahora vamos a ver tus resultados—Ian abrió el sobre y comenzó a leer—Sí, efectivamente estás embarazada—suspiro.

—Era demasiado obvio, tendré que posponer mi trabajo durante un tiempo, voy a volver a engordar, ¿Y si esta vez muero al dar a luz?—me preocupe.

—Kelly, tranquila, nada de eso va a suceder, ahora ambos somos médicos, podemos comenzar un tratamiento preventivo desde ya, no voy a dejarte sola, no pienses en esas cosas—Ian me abrazo y yo comencé a llorar.

Recordar lo grabé que estuve de salud con mi primer embarazo, yo casi muero al dar a luz, me hizo sentir angustiada.

—Tengo miedo—sollozo.

—Tranquila, estoy aquí contigo, no vas a estar sola, además ahora Keith también estará contigo.

—Gracias Ian, de verdad no sé qué haría sin ti, te dejaré seguir trabajando, nos vemos después iré a buscar a Kailan a la escuela—me aparte de sus brazos y limpie mis lágrimas.

—Iré a verlos después del trabajo, debo hablar con ese estúpido sobre algunas cosas—Ian hizo una mueca.

— De acuerdo, nos vemos—bese su mejilla antes de salir de la habitación.

Comencé a caminar por los pasillos del hospital, con la mirada ida, cuando atravesé la puerta de salida, caminé hasta el estacionamiento, busque las llaves de mi auto, desactive la alarma e ingrese en el carro, puse el auto en marcha.

Mientras manejaba por el centro de la ciudad, observe a una mujer embarazada acompañada de su pareja, ambos se veían muy felices, no puedo creer que vaya a ser madre por segunda vez, espero que esta vez no haya ninguna complicación.

Llegue al colegio de mi hijo y estacione el auto, al llegar observe a uno de los hombres de Keith vigilando la escuela, el timbre del establecimiento sonó y los estudiantes comenzaron a salir por la puerta principal.

Cuando divisé a mi pequeño Kailan, él se acercó corriendo a mí y me abrazo.


—Mamá, te extrañé— mi niño hizo un puchero.

—¿Cómo te fue hoy mi vida?, mamá también te extraña cuando estás en la escuela—bese su mejilla.

—Me fue bien, hoy me dieron una estrella por ser él único que supo la respuesta a una pregunta de la profesora, ¿Dónde está Papá?

—Tu padre se encuentra trabajando, lo vamos a esperar en casa, ¿Te parece si cocinamos algo delicioso juntos?

—Sí, quiero hacer galletas mamá—mi niño se alegró.

Le abrí la puerta del auto y mi pequeño se subió dejando su mochila a un lado, cuando vi que abrocho su cinturón de seguridad cerré la puerta y di la vuelta para subirme, puse el auto en marcha y comencé a conducir hacia mi casa, mientras manejaba mi celular sonó, era una llamada, conteste con el alta voz.

—¿Dónde estás?—Keith menciono con molestia.

—Acabo de recoger a Kailan en la escuela, ¿Por qué?—fruncí el ceño.

— ¿Fuiste a ver a Ian al hospital?—su tono sigue siendo molesto.

—No tengo paciencia de discutir contigo, por tus celos estúpidos, nos vemos en la casa—corte la llamada de inmediato sin darle tiempo a replicar.

No demore demasiado en llegar a la villa en la que vivimos, estacione el auto y me baje rápidamente, Kailan también se bajó del auto con su mochila, y caminamos juntos hasta la puerta de la casa, busque las llaves y abrí la puerta, inmediatamente mi hijo ingreso corriendo y se fue directamente a la sala, encendió la televisión y comenzó a ver el capítulo de su serie animada favorita.

—Kailan, ¿Tienes tareas?

—No mamá, ya hice mi tarea en clases—me respondió desde la sala.

Estoy comenzando a sospechar que mi hijo tiene la misma inteligencia de su padre, me encamine hasta la cocina y comencé a buscar ingredientes y utensilios para comenzar a preparar galletas.

El celular en mi bolsillo comenzó a sonar, ignore el sonido y comencé a mezclar los ingredientes, a los segundos sentí como la puerta de la casa se abre, y unos pasos se escuchan en el pasillo.

—¿Por qué estás ignorando mis llamas?—Keith ingreso a la cocina molesto.

—Porque ahora mismo no tengo paciencia para estar lidiando con tus estúpidos celos de mierda—bufe.

— ¿Por qué te molestas?, sabes lo celoso que me pone Ian—me observo serio.

—¿Y tú sabes lo cansada que me tienes con tus estúpidos celos?. Eres un imbécil—finalmente exploté.

—Tal vez, si nunca hubieras sentido nada por él, no me pondría de ese modo—me observo furioso—A veces pienso que aún lo sigues amando.

—No puedo creer que me estés diciendo esto justo ahora, claro que siento algo por él, es mi mejor amigo, mi hermano y si lo quiero, ya estoy completamente cansada de lo mismo siempre, acepta que somos amigos, te elegí a ti estúpido imbécil—mencione molesta.

Lo empujé haciéndolo aún lado y salí de la cocina furiosa, me encaminé hacia mi habitación, necesito calmarme un poco, es un completo tonto a veces.

Al estar dentro de la habitación inhale y exhale tratando de calmarme, comencé a sentir náuseas y corrí directamente al baño, vomite todo mi desayuno, no quiero volver a pasar por esto de nuevo.

Me levanté del suelo, moje mi rostro, lave mis dientes, al mirar mi reflejo en el espejo del baño, me percate de lo pálida que me encuentro, cuando volví a la habitación, Keith fumaba un cigarrillo en el balcón de la habitación.

—¿Estás enferma?—me pregunto observándome desde el balcón, mientras le daba una calada a su cigarrillo.

Beautiful PainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora