Capítulo 51

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Finalmente juntos

[Kelly]

—Buenos días, Kelly, ¿Cómo estás?, Hace días que no te veo, hemos tenido turnos diferentes—él se sentó en la misma mesa.

—Buenos días, Alex, estoy agotada, solo quiero que la semana termine y poder descansar algo el fin de semana, ¿Tú como te encuentras? —le respondí sonriendo.

—Estoy bien, también agotado, últimamente los turnos son demasiado extensos, y supervisar a los nuevos internos no es para nada fácil, ¿Tienes planes para el fin de semana?—pregunto mirándome.

—Ahora mismo no tengo nada planeado, solo quiero descansar y pasar tiempo con mi hijo, ¿Por qué preguntas?.

—Iba a proponerte que fuéramos al zoológico juntos, y después podemos ir a almorzar, ¿Qué me dices?, ¿Una salida de tres?— él sonrió.

Hubiera aceptado, mi hijo y yo nos divertimos mucho cuando Alex no invita a algún lugar, pero ahora no es un buen momento para salir. El padre de mi hijo está de regreso en mi vida, y no quiero que cometa alguna estupidez por celos.

—Lo siento Alex, pero no podré salir el fin de semana, estaré ocupada con asuntos personales, en otra ocasión será— respondí sonriendo. En ese momento la mesera de la cafetería llego con mi pedido y el de mi compañero de trabajo.

—Comprendo, debo volver a mi oficina, tengo muchos documentos que revisar, en otro momento será, nos vemos, ten un buen día—él se levantó del asiento y cogió su comida.

—Sí, para la próxima, nos vemos, ten un excelente día— sonríe de forma amable.

Alex sonrió y se marchó, tome la bandeja con mi comida, y le di un sorbo a mi café, estaba delicioso, tengo tanta hambre, me siento tan estresada ahora mismo.

Maldita ansiedad.

—¿Quién era el tipo con el que estabas?, Ahora entiendo por qué, no has venido a visitarme, me has estado evitando durante toda la maldita semana—Keith, me observa molesto.

¿Qué hace él aquí?.

Se supone que, debe estar en su cuarto descansando.


—¿Por qué estás aquí?— lo mire, y me percate de que se encontraba solamente con la bata del hospital —Se supone que tú debes descansar, y no andar caminando por los pasillos del hospital, se te ve todo el trasero con esa bata—mencione con seriedad.

—Ya estoy cansado de estar encerrado en esa maldita habitación, además Ian dijo que no había problema en que caminara un poco, me importa una mierda que se me vea todo, no evadas mi pregunta, ¿Quién era el hombre?—casi gruño, se encontraba molesto.

Es increíble lo fácil que puede molestarse, doy gracias a dios que mi hijo tiene mi carácter, es un niño tranquilo, o me volvería loco con dos Keith en mi vida.

—No comiences con tus estúpidos celos, es solo un compañero de trabajo, es un amigo nada más— suspiré.

—Pues él no parece verte como una amiga—hizo una mueca —¿Por qué no me has venido a ver?—me observo fríamente.

—Yo lo veo como un amigo y eso no va a cambiar, he tenido mucho trabajo, ni siquiera tuve tiempo de desayunar esta mañana, cállate y siéntate, quiero comer— agregue molesta.

Keith bufo y tomo asiento a mi lado. Observe como todas las trabajadoras de la cafetería tienen su mirada puesta en él, ¿Y quién no?, si él está caminando por el hospital con el trasero descubierto, la bata cubre muy poco su desnudez, con la bata del hospital deja mucho a la imaginación, por lo que tiene a todas las mujeres a su alrededor babeando por él. Hice una mueca, y miré mal a las mujeres que trabajan en la cafetería.

Él sonrió con arrogancia dándose cuenta de mi estado de humor.


—¿Te he dicho antes, que amo tus celos?, Te ves jodidamente caliente cuando te enfadas, esa mirada tuya me pone a mil —comento sonriendo con diversión.

—¡Cállate!, es tu culpa por ser tan guapo y caminar casi desnudo por los pasillos del hospital, obviamente te van a mirar— me queje.

—Kelly... mírame —ordenó.

—¡¿Qué quieres?! — bufe y alcé la mirada.

En el momento en cuál lo mire, Keith me sujeto del mentón y me beso.

¡Me beso!

No le importo que estuviéramos en el hospital, ni que todos a nuestro alrededor nos estuvieran mirando, atentos a lo que ambos estamos haciendo.

Pude sentir el jadeo de sorpresa de una de las chicas de la cafetería. Qué vergüenza, ahora seré el chisme de todo el hospital, pero no me importa, porque mi hombre me está besando, demostrando que es mío, los besos de Keith son adictivos.

Beautiful PainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora