Capítulo 1: "Sólo una leyenda"

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Narra Rose:

Expresaba el peor aburrimiento de la vida de una adolescente. Encerrada en casa y sin poder salir al exterior, pero no quería mojarme o pescar un resfriado. Así que no tuve mejor remedio que quedarme todo el día sin saber qué hacer, lo bueno es que mamá preparó brownies perfectamente deliciosos y jugué con Theo a las escondidas.

Mis cabellos marrones tan oscuros que hasta se los confunden con negro estaban sueltos y un poco despeinados, yo estaba vestida con mi pijama y una gran campera que pertenecía a mi padre, pero como ya no la usa, la tomé de su armario.

Es de noche y no encuentro nada de sueño en mí, es más, mis ojos están como huevos fritos. Danzaba por los pasillos largos de mi casa e iba tarareando melodías que ni siquiera existían.

Me detuve cuando escuché voces provenientes del cuarto de Theo, eran de mi padre, Ethan y mi hermano. Me acerqué a la puerta que se encontraba entre-abierta y observe la escena: mi papá sentado en una silla naranja al lado de la cama de Theo con un viejo libro en sus manos; y Theo con una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos brillándo intensamente, sentado como indiecito con su pijama verde de dinosaurios.

Sonreí ante los relatos de la historia que papá había decidido contarle a Theo, la había escuchado centenares de veces cuando era pequeña. Esa historia marcó mi niñez de una forma tan exagerada que todas las noches me sentada en mi pequeño balcón mirando a la segunda estrella a la derecha, esperando que Peter Pan me lleve a Nunca Jamás y al fin vivir aventuras con él y los niños perdidos, además de pelear contra piratas.

Me transporté a esa época y me recordé acostada en la cama deseosa de oír la historia al menos tres veces seguidas. Mi papá adoraba contarme sobre las aventuras de los niños perdidos junto a Peter Pan.

Pero con el tiempo lo olvidé y la idea de Peter Pan se iba esfumándo lentamente. Olvidé el cuento que inspiró mi infancia, como cualquier niño que crece. Pero aún quiero no crecer.

―Y entonces... la leyenda dice que Peter Pan toca su agradable melodía para los niños perdidos en cada fogata, pero... sólo los niños que se sienten solos pueden escucharla― dijo mi padre mientras Theo sonreía. Él creía en Peter Pan y toda esa leyenda.

Pero eso es lo que es, sólo una leyenda... Pensé inmediatamente.

Por un momento sentí lástima por Theo, porque tarde o temprano entendería que es sólo una leyenda, como yo lo hice. Pero luego fui lo bastante buena persona como para permitirle disfrutar de su buena vida de niño antes de que tenga que empezar a preocuparse por cosas de adultos, yo no me preocupo por impuestos o esas cosas, pero cuando creces los sentimientos te juegan una mala pasada.

―¡Rose! ¡Ven a oír la historia con nosotros! ―exclamó mi hermanito cuando me vió mirándo por la puerta con un sonrisa plasmada en mi cara debido a la inocencia de Theo.

Asentí y me fui al lado de Theo, quien me abrazó y comencé a despeinar su cabello marrón. Ambos nos reímos y papá estaba feliz, supuse que es porque yo nunca quería participar de éstas cosas porque me consideraba mayor para hacerlo pero lo que sea por Theo.

―¿Recuerdas la historia, Rose? ―preguntó mi padre.

―Como si fuera ayer... ―sonreí―. ¿Crees en Peter Pan, Theo?

―¡Por supuesto que sí! ―exclamó animadamente―. ¿Tú crees?

―Claro que sí― le dije con una sonrisa, no me gustaba mentirle pero de ninguna manera arruinaría su infancia.

...

Luego de escuchar la historia que me hizo sentir como una niña nuevamente, me fui a mi habitación. Al parecer la historia me dió sueño.

Pero cuando me acosté en mi cama con sábanas de color amarillo suave no podía dejar de pensar en el fatídico cuento de Peter Pan, le idea se había apegado a mi cabeza. Y no la podía sacar. Estaba dándo vueltas como un tronco para dormir, y mis ojos volvían a ser huevos fritos.

Entonces decidí mentalizarme unas tres palabras: No es real, no es real, no es real... me repetía a mí misma, pero no lograba nada con eso.

Me levanté de mi cama y fui hasta el pequeño balcón que tengo, abrí las puertas y arrastré con pereza mis pies hasta afuera. Miré lo estrellado y azul que estaba el cielo luego de una tormenta, aunque parece que ni siquiera hubo una tormenta.

Me fijé en aquellas estrellas, la segunda estrella a la derecha, recordé esa parte del cuento. Brillaba muy intensamente y me encantaba verla, nunca fui una de esas personas que se sentara a ver las estrellas por horas pero cuando lo hacía, me maravillaba.

Por un instante volví a creer en aquella leyenda y deseé ir a Nunca Jamás, pero no tardé mucho para convencerme de que todo era una maldita mentira. Sólo una leyenda.

Suspiré pesadamente y volví adentro, a tratar de dormir de una maldita vez. Maldigo mucho cuando estoy molesta.

Así que cerré la ventana y me envolví en mis sábanas nuevamente. El sueño me venció y cerré mis ojos lentamente hasta quedar profundamente dormida.


Comenten y voten qué les ha parecido el primer capítulo, me ayudarían mucho.

Bye, linduras.

~Delfi :)

𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora