Capítulo 4: "Zampoña"

16.1K 946 450
                                        


Me había despertado hace unos segundos y el dolor en mi cuello era insoportable, era como si me clavaran una aguja en el cuello. Oh, maldito Peter. Me encantaría matarlo pero antes de que yo pudiera tocar un pelo de él, él ya me estaría asfixiándo. Ya saben, lo normal para Peter.

Lo bueno es que por fin podríamos salir. Henry llevaba quejándose del dolor desde que abrí mis ojos y lo escuché.

―Yo quería venir a Nunca Jamás, si hubiera sabido que ésto me destruiría la espalda pedía una patineta y listo. Ahora parezco anciano quejándome del dolor en la espalda― dice Henry parándose y sobándo su espalda. A lo que yo sólo me reí y comencé a hacer sonar mi cuello, en serio parecía en 4 de Julio.

―¿No te duele?― me preguntó Félix mientras se acercaba a nuestras celdas hechas de caña gruesa, además de estar encantadas.

―Excepto por el hecho de que pasé toda la noche el una maldita celda hecha de cañas gruesas y encantada, y de tener el cuerpo como si me hubieran molido a golpes... No― le dije con una sarcásmo que se podía notar desde la otra punta de la isla. Él carcajeó y se puso frente a mí, con las cañas que nos separaban.

―No hacía falta tanto sarcásmo, señorita Rose. Sin embargo, Peter decidió dejar de joderlos y me ha ordenado que los suelte― me dijo abriendo la celda y dejó que saliera, sonriendo como niña con juguete nuevo.

―¡Cómo extrañaba la jodida libertad!― exclamé haciendo un salto pequeño y luego volví a concentrarme en tronar mi cuello y mi espalda, digamos que me retorcí como nunca intentando que los huesos me dolieran menos.

―¿Dormiste bien?― preguntó una voz a mis espaldas y me giré para ver a Peter apoyado en un árbol a unos pocos metros de nosotros, con su sonrisa sarcástica. Y aunque odiara admitirlo, era jodidamente sexy. Respondí a su pregunta enseñándole mi dedo medio, a lo que él abrió la boca grande como si estuviera sorprendido y negó con la cabeza―. Pensé que eras más educada, Rose. ¿Qué no te han enseñado modales?

―¿Y a tí no te han enseñado a no encerrar a las personas en jaulas? Creo que no. Y por cierto, cierra tu boca, podrían entrarte las moscas ―escupí.

―Uy, pero qué ruda la niña. Félix, llévalos al bosque y que preparen su refugio.

―¿Nosotros? ¿Solos? ―inquirió Henry saliendo de la jaula.

¿¡Nos encierra en una jaula y en cima quiere que construyamos un refugio!? Lo detesto, y yo que pensé que Peter Pan era un chiquillo inofensivo. Ni me imaginaba que sería un adolescente que se cree un rey.

―Sí, ustedes. Es eso o vuelven a dormir en las jaulas ―nos dijo―. Suerte ―se rió nuevamente y se fue hacia donde los demás estaban.

―Órdenes son órdenes ―me giré a ver a Félix. Su cabello es rubio y está bastante alborotado, sus ojos son grises y es más alto de lo que había percibido, era lo que se podía percibir con la capucha cubriendo la mitad de su cabeza―. Vamos.

...

La verdad es que no sé cómo hicimos para construír nuestro propio refugio, nosotros solos. Pero lo logramos, con intervenciones de Félix porque ni Henry ni yo somos bastante aventurados en éste tema de construír cosas. Aunque quedó bastante lindo al parecer. Es todo de paja, hojas y ramas, que queda muy lindo las combinaciones del marrón, verde, dorado y rojo. Adentro es bastante espacioso, tiene una pequeña cajonera que nos imaginamos y luego estuvo allí, contenía algunos libros llenos de polvo. Dos camas con sábanas verdes oscuras y un pequeño faról para hacer de luz.

𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora