Capítulo 16: "Regaños"

9.9K 739 27
                                        


Un abrazo cálido y de cariño, eso es lo que he necesitado desde que llegué aquí. Y no podía quejarme; Félix tenía una gran calidez en sus brazos.

Pero las cosas no pueden salir perfectamente bien en Nunca Jamás. Era una linda y conmovedora escena de los dos chicos que necesitaban un abrazo y unas palabras de aliento; pero Garfio debía arruinarlo.

Nos disparaban con sus extrañas armas desde su barco pegando en la arena y, por suerte, no en nosotros. Corrimos rápidamente agarrados de las manos al bosque, para perderlos de vista. ¿Acaso querían matarnos? Parece que sí.

Nos internamos en el bosque mientras nuestros pies corrían frenéticamente por la tierra, con ramas pegándonos en nuestras caras y ocasionando ardor en ellas, que seguramente se convertirían en rasguños después.

Cuando oímos que los disparos terminaron, dejamos de correr y nos escondimos en unas rocas con los corazones saltando de nuestros pechos, estábamos real y completamente asustados. Nuestras respiraciones eran agitadas y mis piernas me dolían. Tomé una bocanada de aire y mi respiración se normalizó lentamente.

―¿Qué diablos fue eso? ―le digo a Félix parándome del suelo y él volvió a jalarme haciéndome caer, me hizo doler el trasero terriblemente―. ¿¡Pero qué diablos te sucede!?

―Shh, no hables, podrían estar cerca.

Luego de estar completamente seguros de que los piratas no nos habían seguido e inspeccionamos el área para estar seguros, nos quedamos tranquilos.

―¡Nada aquí!― exclamó Félix y suspiró de alivio. Caminó hacia mí y lo miré con preocupación; tenía rasguños en su cara.

―Félix, tú rostro... ―quise tocar sus rasguños pero él me lo impidió bajando mi mano suavemente.

―Duele ―aclaró―. Estoy bien, le diré a las hadas que me curen.

―¿Y por qué no le pides a Peter?

―¿Quieres que le diga a Peter que te saqué del campamento a pasear y que encima nos atacaron los piratas? ―dice divertido―. Me mataría.

―¿No piensas decirle?

―Rose, no tienes idea de cómo es Pan cuando se enfada de verdad; y si le digo lo que pasó, va a echarnos del campamento. Jura por tu hermano que NO le dirás a Peter sobre lo que pasó ―me dice en un tono serio y demostrando autoridad.

―Lo juro.

―Bien. Ahora, vamos con las hadas para que curen ésto.

...

Caminábamos a paso lento por el bosque, temiendo que Peter nos diera un regaño por habernos ido sin avisar; En nuestra defensa, él ni siquiera estaba allí. Nos pasamos la mañana curando lentamente las heridas de Félix, y quedó como nuevo. Las hadas son muy amables, me agradaron a montones. Y creo que yo a ellas.

Todo era un silencio absoluto, ambos nos preparábamos mentalmente para el regaño de Peter. Sabíamos que no saldríamos ilesos de ésto.

Cuando estuvimos a unos metros del campamento: nos miramos y suspiramos, dando los últimos pasos para estar en el campamento finalmente, con todas las miradas sobre nosotros. Incluído Peter. Sus ojos estaban oscuros y lo de molesto se le notaba demasiado.

Félix y yo alzamos la frente en alto para esperar el regaño de Peter.

―¿En dónde estaban? ―pregunta su voz ronca y grave, su tono me intimidó y tragué en seco.

―Fuimos a... dar un paseo ―respondió Félix nervioso.

―¿Y con autorización de quién? ―dijo furioso, apretaba sus dientes y sus puños se encontraban cerrados haciendo que sus nudillos se pusieran blancos.

―Tú no estabas aquí ―escupí.

―Pero sabes muy bien que no puedes salir sin mi autorización, porque si Garfio te secuestra; no iré a buscarte. No tengo tiempo para rescatar a damiselas indefensas ―escupió.

―Eres un imbécil ―digo comenzando a sentir un nudo en mi garganta y me esfuerzo por tragarlo, pero no se quiere ir. No puedo llorar frente a Peter, no debo.

―La única imbécil aquí eres tú. ¿Te gusta salir sin autorización? Bien, ahora arriésgate a las consecuencias: No vas a ir a ningún lugar si no soy yo quien te acompañe ―dijo―. Y tú, Félix. La próxima vez que me desobedezcas, te echaré del campamento, ¿entendido? ―Félix asintió y yo me fui a mi tienda antes de que Pan pueda notar mis ojos brillantes por la capa de agua que quería salir convertidas en lágrimas.

Esa noche, dormí con Adam por dos razones: 1) Adam quería que durmiera con él porque los niños le habían contado una historia de terror y estaba muy asustado; y 2) no quería ver a Peter ni en imagen.

𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora