𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]

Capítulo 9: "Niño nuevo"

Ha pasado un mes, un mes desde que he llegado a Nunca Jamás. La verdad es que no podía creérlo, un mes desde que me había separado de mi familia. Y no me ha ido nada mal, ¿saben?

Los niños perdidos son excelentes amigos, Félix es como un hermano mayor y Peter... bueno, Peter es Peter. Nos peleamos algunas veces, casi siempre, pero no son más que eso. Sólo peleas sin un significado importante que se resolvían cuando tocaba su zampoña y me sonreía un poco. Aún no oigo la maldita zampoña, y juro que es una de las cosas que más quiero.

Había llevado a los niños a un paseo por la playa, para que tengan la posibilidad de relajarse antes de las duras tareas de que Peter les mandaba a cumplir. Y me las estaba pasando genial con ellos, son muy divertidos y algo traviesos. Cuentan historias de terror y algunos contaron cómo eran sus vidas antes de Nunca Jamás. Algunos eran hijos únicos; y eso me daba pena, por los padres. Sería el único hijo que tenían y lo habían perdido. Algunos eran muy pequeños cuando llegaron aquí y no tienen tantos recuerdos de sus padres.

Eso me hizo pensar como madre y hasta imaginar cómo sería luego de perder a un hijo, sería espantoso, agobiante. No sabrías si se escapó o si alguien lo tiene, pero ellos me dijeron que visitan a sus padres y hermanos/as en sus sueños. Así al menos pueden recordar cómo eran y decirles que están bien.

Aunque no creo que eso resuelva algo, después de todo, la angustia sería la misma.

Llegamos al campamento y cada uno de los chicos se fue a sus tiendas, o se quedaron paseando por afuera. Los adolescentes no habían ido y me confiaron los niños a mí.

Félix se encontraba hablando con Pan, permanecían serios y luego ambos me miraron, Félix asintió en forma de saludo pero Pan me miró enojado. Lo sabía porque cuando se enoja, frunce el ceño y aprieta los dientes.

Peter caminó hacia mí y pensé que iba a hablarme pero sólo pasó a mi lado, chocando mi hombro. ¿Y a éste que le pasó ahora?

Me dirigí a hacia donde estaba Félix para saber qué le andaba pasando al rey ahora.

―¿Y a éste que le pasó? ¿Le bajó la regla?― me reí y Félix sólo negó con la cabeza, él parecía enojado también pero no tanto como Pan―. Oh, ¿a ti también te contagió?

―Mira, Rose, no molestes. Y menos a Peter.

―¡Ey! ¿Qué hice ahora?

―Es un problema en el que NO debes meterte.

―Sí, si en ese problema estoy involucrada.

―Sólo deja de meterte en todo, es peligroso. Por tu bien, no metas tus narices donde no te importa.

Me quedé callada frente a tal actitud de Félix. Él nunca me trataba así, y si lo hacía, era sólo en broma. ¿Qué habré hecho mal? ¿Por qué se enojaron conmigo? ¿A caso es ilegal llevarse a los niños a dar un paseo? ¡Ellos me lo pidieron!

Comencé a caminar en dirección contraria a la de Félix y caminé unos minutos hasta la cascada en la que siempre me bañaba.

Necesitaba despejarme un poco.

Me desvestí y salté al agua, hoy se encontraba más templada que de costumbre. Pero así era mejor. Nadé hasta el fondo y comencé a jugar con las rocas, hasta que mi oxígeno se acabó y tuve que salir hacia la superficie por un rato.

Luego nadé hasta la cascada y me metí debajo, nadé por debajo de ella una y otra vez. Luego me dispuse a escuchar el sonido que el agua hacía al caer y los pájaros que cantaban. Todo era precioso.

Pero me alarmé cuando escuché unos pasos provenientes del bosque e hice que mi ropa desapareciera del suelo para que si alguien venía a la cascada, no notara que estaba allí. Luego lo solucionaría haciéndola aparecer nuevamente. Decidí esconderme tras una gran roca y espiar quién se acercaba a la cascada.

Los pasos se hacían más fuertes y pronto pude divisar a una figura entre los árboles, una figura masculina. Salió del bosque y me quedé totalmente asombrada. Peter.

Él comenzó a sacarse todas las armas que traía encima: una espada y dos dagas. Pronto comprendí que iba a bañarse... ¡Oh por Dios! ¡Lo que menos quiero ahora es ver a Peter sin ninguna tela cubriendo su cuerpo! Maldición, ¿y ahora qué?

Se sacó las botas y las dejó a un lado, mientras yo deseaba que la tierra me tragara. No quería ni pensar en ello: Peter y yo nadando en el mismo agua, y desnudos. Mátenme.

Se sacó su camisa y todo empeoró. En realidad me gustó lo que ví. Un buen abdomen, sí, pero quería que se vaya. Sería tan vergonzoso.

Luego comenzó a desabrochar su pantalón y Félix apareció corriendo. Le debo mucho a Félix, me salvó de una total e irrevocable humillación. Evitó que Pan siguiera desvistiéndose y comencé a escuchar lo que hablaban.

―No hay tiempo para baños, Pan, alguien nuevo ha llegado a la isla. Vístete y vamos― le dijo lanzándole la ropa a Peter.

Él comenzó a vestirse y se fue junto con Félix.

Suspiré y salí del escondite. Nadé rápidamente hasta la orilla y salí del agua, secándome rápidamente e hice aparecer mi ropa nuevamente. Me vestí y comencé a ir a la playa donde supuestamente estaría el chico nuevo.

Caminé por unos cuantos minutos y logré ver a todos los niños perdidos en un círculo, donde alguien se hayaba en la arena. Me metí entre todos los niños empujándolos un poco y pude ver a un niño que no pasaba de los 10 años, rubio de ojos celestes. Nos miraba desde abajo con miedo.

Me acerqué un poco a él y le sonreí para que no tuviera miedo. Al principio retrocedió pero luego volvió a su posición inicial. Una vez ganada la atención del niño, decidí hablarle. No quería que Peter le dé la bienvenida tan cortezmente como siempre hace él... Sí, como si Pan pudiera ser cortéz.

―Hola pequeño, ¿cómo te llamas?― pregunté con la voz más dulce que me salió.

―A-adam...― tartamudeó un poco. Le dediqué una sonrisa al niño de hermosas pecas y ojos azules, él me devolvió el gesto.

―Hola Adam, mi nombre es Rose y... Bienvenido a Nunca Jamás.

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Oh Jebús, ¡vió a Peter semidesnudo y quería que se fuera! Yo lo dejo tranquilito, que esté tranquilo quitándose la ropa, todo bien...

¡Apareció un nuevo niño perdido, ADAM!

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-Delfi :)