Pasaron dos días, y fueron los peores. El barco y los piratas eran un desastre, ni hablar de Garfio, pero eso estaba más que claro; Yo no era una pirata, yo era una niña perdida. Y eso lo sabía muy bien. Extrañaba demasiado a Peter y a los niños, tanto como extrañé a Theo cuando llegué a Nunca Jamás, así de mal.
Y lo peor es que tenía toda la presión encima, y por presión me refiero a comportarme como una pirata y actuar como si Peter no me importara. Además de aguantar las ganas de llorar. Pero sabía, también, que sólo lo fingía.
Me había ganado un nuevo amigo dentro de todo éste calvario, Noah. Él fue bueno una vez que desperté en la mañana y le expliqué cuánto había sufrido; y la verdad es que fue como un logro no llorar cuando se lo conté. Pero sí me quedaba trabada en algunas partes.
Era de noche. Oscura y aterradora, como todas las noches en el Jolly Roger. En el campamento de Pan solían ser divertidas, y llenas de vida, bailes y música; pero aquí sólo hay borrachos vestidos con ropa negra. Ridículo. No pude caer tan bajo sólo por unas migajas de pan.
Noah debía llevarle algo a Garfio y me ofrecí a acompañarlo, pero él se olvidó una de las cosas que debía darle y lo fue a buscar. Me dejó barada en la puerta de su camarote, aburriéndome. No iba a entrar, ni loca estaba tanto tiempo a solas en una habitación con Garfio. Oh, no.
Noah no venía, cielos, ¡no puede tardar tanto!
Comencé a escuchar unas voces dentro del camarote de Garfio y me acerqué allí de curiosa. Espié por la el pequeño espacio que había en la puerta y observé a Garfio conversar con otro pirata, y para mi sorpresa, con copas de vino en las manos. Ebrios idiotas.
―El muchacho no está bien, le ha pasado el mando al rubio ―dijo el pirata del cual no sabía el nombre. Momento, ¿muchacho? ¿Rubio?
―¿Estás seguro? Conozco a Pan, él jamás haría eso ―dijo Garfio bebiendo un sorbo.
―Completamente seguro. Y el rubio tampoco está bien, nadie lo está.
Otra palabra más, y mi corazón se rompería más de lo que está ahora. Peter, Félix, los niños... Quizá Peter no me extrañara, pero Félix y los niños sí. Hemos sido familia desde que nos conocemos y nadie podía cambiarlo. Félix, mi hermano del corazón. Recuerdo que lo último que me dijo fue: "Vuelve".
―Deberías haber visto sus caras cuando un niño llegó anunciando que había una nueva pirata en el Jolly Roger, todos rogaban que no fuera Rose. Sólo deberías haberlos visto, era deprimente ―dijo soltando una amarga carcajada.
Yo me incliné un poco e hice que la puerta se abriera, cosa que los dos miraran para donde yo estaba. En esos momentos, yo sólo estaba a punto de empezar a llorar.
Por todo. Por Peter. Por Félix. Por los niños perdidos. Porque mi corazón se había roto y ahora estaba cayendo al vacío. Porque yo ahora era diferente, había cambiado. Ni siquiera mi aspecto era igual. Ahora usaba ropa de cuero, ropa de pirata, la ropa que había odiado... ahora era la que debía usar. No me había visto en ningún espejo desde hace mucho, el de mi camarote está tapado con una sábana por el simple hecho de que no quería saber cuánto he cambiado.
―Rose... ―dijo Garfio. Comencé a caminar hasta mi camarote con los pasos resonantes de Garfio en la madera, siguiéndome―. ¡Rose!
Me metí a mi camarote y tomé una decisión. Tenía que verme. Ver en qué me había convertido en éstos últimos días.
Saqué la manta que cubría el espejo y me miré. No era yo. No la yo real. Ésta era una versión de mí que usaba ropa negra de cuero y que se veía terrible. Que estaba rota y no sabía disimularlo.
Las lágrimas derramaban por mis mejillas sin control alguno, como si jamás si fueran a detener. La puerta se abrió de repente, dejándome ver a Garfio detrás de ella con una mirada de preocupación. Pero no quería un sermón ahora.
―¿Lo extrañas? ―pregunta suave, pero reacciono con agresividad.
―¡Vete! ―grito haciendo que mi garganta se desgarre y lloro más fuerte.
―Rose... ―suplica.
―¡Sólo vete! ―le grito otra vez, y me hace caso, y se va.
Me miro nuevamente en el espejo, mientras lloro. No quería verme, no así. No en lo que me había convertido.
Cerré mis manos haciendo que mis nudillos palidecieran y los estampé contra el espejo. Obviamente, mi mano comenzó a sangrar porque unos pequeños vidrios rasgaron mi piel. Mi reflejo ahora se veía en pequeños pedazos. Pero no me importaba el dolor que estaba sintiendo en mis manos, sólo me senté en mi cama, a llorar. Llorar, llorar y llorar. Por todo lo que no había llorado antes. Porque en serio los extrañaba a todos, en especial a él; en especial a Peter.
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¿Qué les a parecido ésto?
-Delfi :)
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𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]
FanficPrólogo: "Nadie escoge su amor, nadie el momento, ni el sitio, ni la edad, ni la persona..." #1 en OUAT fanfic el 8/06/2019 #1 en Neverland el 27/06/2019 #1 en Robbie Kay el 26/08/2019 #2 en Peter Pan el 24/09...