𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]

Capítulo 10: "Campanilla"

Antes de empezar, quiero dedicar éste cap a: @caeli-luna ! Gracias por leer, espero que lo disfrutes!

Narra Peter:

―¡Rose! ¡Rose! ―grité alarmado al ver que su cuerpo cayó en la tierra del campamento, se había desmayado en pleno campamento. La habíamos sacado para que tomara aire y el dolor cesara, pero sólo empeoró.

¿Qué le estaba pasando? No lo sabía. Pero yo ya era un manojo de nervios, mis piernas flaqueaban al no poderme mantener totalmente derecho por sostener su cuerpo en mis brazos, y mis manos sudaban al no saber por qué le pasaba ésto ni cómo iba a solucionarlo. Sólo quería que ella volviera.

No quería que se fuera, mi corazón tembló al sólo pensar que podría llegar a perderla. Y cuando yo me sentía así, con una enorme grieta en el corazón o muy triste, o incluso enojado, el clima en Nunca Jamás cambiaba. Ahora una tormenta comenzaba a desatarse con furia sobre nosotros. Todos los niños estaban como testigos.

Félix me ayudó a llevarla adentro de mi tienda y comenzamos a pensar en quién podría ayudarnos. Estábamos asustados, aterrados, nunca nos había pasado con ninguno de los niños perdidos y por eso no sabíamos qué hacer.

―¿Qué le está pasando? ―pregunta Henry, asustado, mientras los niños perdidos entran a la tienda, en la que apenas cabíamos, todos asustados al ver que el cuerpo de Rose no respondía.

―No lo sabemos ―responde Félix, yo ni siquiera podía hablar―. Todos a pensar, ¿quién podría ayudarnos?

Todos comenzamos a pensar, nada. Estábamos secos de ideas, no veíamos ninguna señal... ni siquiera sabíamos con qué nos tendrían que ayudar, porque nadie sabía lo que le sucede a Rose. En éstos momentos maldigo tanto haberla dejado salir a ése paseo, porque desde ahí comenzó a cambiar. Para mal.

―¡Tengo una idea! ―exclamó Henry―. Campanilla, ella puede ayudarnos.

―Cuiden a Rose, iré por ella ―ordené y no dejé que nadie dijera nada que ya estaba en el aire en busca del Árbol de las Hadas.

Volaba rápidamente por los aires, buscando con mi vista el lugar donde Campanilla estaría. Estaba desesperado, y si ella no podía ayudarla... No sabía qué hacer. Sería capaz de llevarla al mundo real donde ella vivía con tal de que esté bien, con tal de que ella no se vaya de mi lado.

Muchos no tomarían muy gravemente un desmayo, pero no sólo es eso; su tono de piel casi sin ninguna pigmentación natural, sus ojeras negras, los poderes malignos que había desarrollado, su carácter, cada vez que su piel se torna negra cuando la tocas y su brillo... Su precioso brillo natural que siempre amé, había desaparecido; pero sabía que quedaba una chispa.

Localicé el Árbol de las Hadas y aterricé en la tierra, con todas las miradas de las hadas sobre mí. Rápidamente vi a Campanilla y me acerqué a ella.

―¿Qué haces aquí? ―me pregunta.

―No hay tiempo para explicaciones. Ven conmigo ―le dije a la muchacha rubia frente a mí que parecía estar confundida, y mucho.

Pero no dijo nada; y partimos volando hacia el campamento con rapidez. Campanilla apenas podía seguir mi vuelo, iba demasiado rápido para sus débiles alas; pero era claro que eso no me importaba en esos momentos. Lo único que me preocupaba era Rose, quería llegar lo más rápido posible.

Aterrizamos en el campamento y la dirigí rápidamente hacia la tienda donde el cuerpo de Rose se encontraba. Apenas entramos, todos nos miramos y noté que Rose no había despertado. En lugar de eso, había empeorado: su piel comenzaba a ponerse gris, toda gris.

Campanilla chilló asustada y la miró con preocupación. ―¿Qué le has hecho a ésta chica, Pan?

―Yo no he hecho nada. Ha estado así desde que se fue a un paseo por el bosque y... ―me defiendo pero soy interrumpido por ella.

―¿Has notado cambios en ella, además de su piel? ―pregunta mientras se agacha para ver mejor a Rose.

―Nos trata mal, desarrolló poderes no muy buenos, ha tenido horribles dolores y... cada vez que alguien toca su piel, se pone negra...

―¡Oh por Dios! ¡Por las barbas de mi abuela! ―exclama alterada.

―¿Qué? ¿Sabes qué es lo que tiene? ―preguntó desesperado. Ella se levanta y me mira, luego de un pesado suspiro.

―¿Tienes idea de alguien que haya querido lastimarla?

Desvío la vista y me doy un zape mentalmente. Luego la furia me invade y suspiro pesadamente para luego escupir su nombre:

―Garfio.

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"Garfio arrasará con todo a su paso,

   lo peor... está por llegar."

¿Preparadas? ¿Listas para descubrir éste misterio?

-Delfi :)