Narrador externo:
Rose no paraba de llorar a medida que avanzaba porque no entendía por qué Peter la había echado, él le había dicho que no la quería, pero era mentira. De un día al otro, él ya no la quería, y lo peor es que ahora no sabía qué hacer. Había perdido a los niños perdidos, a Peter, ya no podía volver a casa... No tenía nada, estaba sola.
Pero lo más doloroso... era Peter. Él y ella eran como los fuegos artificiales y las sinfonías que estallaban en el cielo. Cuando ellos estaban juntos, estaban vivos realmente porque completaban las piezas que faltaban en su corazón. Y ahora todo había cambiado, ellos se sentían rotos como si fueran la mitad de un todo; ahora no tenían una mano para sostener; ahora se sentían desgarrados como una vela en una tormenta. Sin su amor, no eran más que la mitad de un corazón roto. Sólo la mitad.
Cuando ellos caían, lo hacían juntos y su amor los atrapaba antes de caer, pero ahora caían en una red de dolor sin retorno. Juntos eran un lío hermoso y los miedos no los atormentaban porque siempre estaban para contenerse, pero ahora sus miedos se apoderaban de ellos.
Ellos eran la melodía perfecta, la única armonía que querían escuchar. Eran la mitad de cada uno. Ellos eran perfectos juntos, no había nada que pudiera afectarles... Pero ahora todo había cambiado. Sus corazones se rompieron, y ambos sabían que sin el otro, sólo eran la mitad de un todo.
Rose tiró una sábana en medio del bosque junto con una almohada y se acostó en ella, pero como no podía dormir, se sentó y comenzó a pensar en todo. A revivir las dolorosas imágenes de ella recogiendo sus cosas, o los momentos felices que había compartido con Peter. Lo estaba recordando todo: su primera pelea, su primer abrazo, su primer beso, su... primera vez, cuando le pidió ser su novia. Todos eran los recuerdos más dolorosos que tenía, y con cada uno de ellos, su corazón se rompía más y sus vestimentas se empapaban de lágrimas.
Ella se abrazó a sí misma y colocó una mano en su boca, para intentar no llorar en voz alta, pero se hacía cada vez más imposible por cada recuerdo que volvía. Sus entrenamientos, sus sonrisas, ésos ojos verdes que le miraban con tanto amor, la forma en la que se ponía cuando estaba pensando. La forma en la que la besaba, la forma en la que la abrazaba, la forma en la que le decía "Te amo".
Rose escondió su cabeza entre sus piernas y lloró más fuerte, sintiendo que en cualquier momento iba a desmoronarse, pero lo que ella no sabía... es que ya lo estaba haciendo. Su corazón se partía, lenta y dolorosamente, en miles de pedazos.
Y en el campamento, no pasaba algo tan distinto. Los niños se encontraban con los ojos llorosos y rojos por haber expresado su tristeza cuando Rose se fue. Félix no pensaba dormir esa noche, no podría. Pero el peor de todos, era Peter. Quien tuvo que encerrarse en su tienda para poder llorar tranquilo.
Él estaba sentado en el borde de la cama y en sus manos contenía el precioso collar que pertenecía a Rose. Lo apretaba con fuerza contra su pecho, mientras el nudo en su garganta crecía. A él ya no le importaba llorar, a él ya no le importaba demostrar cuánto la extrañaba, a él ya no le importaba que vieran cuán roto estaba.
El corazón de Peter Pan jamás había sufrido tanto daño en toda su vida, pero ahora podía comprobar lo doloroso que era cuando tu corazón se rompe y no puedes evitarlo. Porque Rose era la única persona que lo había hecho sentir amado realmente, y ahora que la había perdido... Era como si una parte de su corazón también se hubiera ido. Rose era el único tipo de amor que había recibido. Porque los niños podrían transmitirle cariño, pero nunca podrían trasmitir ése amor que Rose le deba con una simple mirada.
Félix entró en la tienda de Peter y lo miró, no podía creer lo que veía. No podía creer que Peter Pan estuviera llorando, pero por otro lado, sentía lastima por él. Después de todo, el rubio también amaba a Rose de una manera familiar por así decir.
―¿Podrías venir afuera un momento? ―pregunta Félix.
―No estoy de humor ―respondió Peter secándose las lágrimas.
―Sólo es un minuto... ―insistió el rubio.
Peter no discutió más, no porque no quisiera, era porque no tenía fuerzas para hacerlo. Salió junto con Félix y al momento en que cruzó la puerta; los niños lo abrazaron. Peter tardó un buen rato en responderles, se había quedado impresionado por ésta actitud de querer contenerlo. Pues Peter no sabía cuánto lo apreciaban los niños.
―Todos la extrañamos ―dice Tim.
Las corazones de Peter y Rose colisionaron, rompiéndose en pedazos. Era justo lo que Garfio quería, quería verlos tan rotos y vulnerables. Pero dicen que si el amor entre dos personas es real... Nunca se romperá. ¿Su amor, es real? ¿Qué va a suceder con ellos si no se tienen el uno al otro?
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Ay :'(
Lloré con éste maldito capítulo, y quiero saber... ¿Qué piensan?
-Delfi.
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𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]
أدب الهواةPrólogo: "Nadie escoge su amor, nadie el momento, ni el sitio, ni la edad, ni la persona..." #1 en OUAT fanfic el 8/06/2019 #1 en Neverland el 27/06/2019 #1 en Robbie Kay el 26/08/2019 #2 en Peter Pan el 24/09...