Capítulo 28: "Secuestrados"

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Hoy era el día, el día del secuestro al campamento de Peter Pan. Ya era de madrugada, y todo los piratas se estaban preparando para ir a enfrentar a sus enemigos. A sus desprevenidos enemigos. No quiero ni saber lo que pasará hoy. No quiero ni siquiera imaginarlo. Garfio me obligará que mate a Peter, pero no lo haré. No sé que voy a hacer, pero no mataré a Peter ni loca.

Yo también estaba preparándome para ir al campamento de Peter, todos debemos ir. Porque son muchos niños perdidos y hay que llevarlos a todos al Jolly Roger. Aunque no quería. No quería hacer nada que lastimara a los niños perdidos. Pero debía hacerlo, tengo que seguir el plan como lo hicimos con Noah. Tendré que ver sufrir a los niños perdidos, para derrotar a Garfio.

Sólo quiero que termine de una vez. Creo que hay dos finales para ésto; me termino liberando de Garfio, o muero. Tal vez se pregunten por qué soy así de abrupta, pero es la verdad. Garfio odia que lo traicionen, y sinceramente no creo que le importe matarme si hace falta.

La cabeza de Noah se asomó por la puerta de mi camarote, y entró.

―¿Lista? ―me dice mirándome con cara de preocupación; claro, él no era el único que predijo los posibles finales para ésta guerra.

Suspiré.

―Pelear hasta morir por las personas que amas ―asentí―. Estoy lista.

―Saldremos de todo ésto ―Noah se acerca y me toma de los hombros, yo le sonrío un poco y asiento―. Lo prometo.

―¡Todos a cubierta! ―el grito de Garfio me ensordeció, y decidimos salir afuera para que, otra vez, nos diera un discurso. O algo así.

Pero no pasó lo que yo tenía pensado que pasara, sólo nos dijo que seamos cuidadosos y que no hagamos tanto ruido. Y que hoy era el día para vencer a Peter Pan. Eso es lo que piensa Garfio, aunque lo que yo espero, es otra cosa.

Partimos al campamento de Peter, con sigilo y en pequeños grupos. No sé si todo ésto sería fácil o difícil. Sólo quería que el momento de estar frente a Peter llegara, que el momento de enfrentar a Garfio llegara.

[...]

Yo estaba en el timón ahora, viendo cómo amarraban a los niños perdidos al poste de la vela. Todos estaban dormidos aún. No quería ni imaginarme la sorpresa que se llevarían cuando despertaran. Tan confundidos y asustados de estar en el Jolly Roger. Pero lo vale, porque quizá así pueda volver a ser una niña perdida. O quizá me maten, ¿pero saben? Eso no era realmente lo que me importaba.

Luego de que me di cuenta de que por éstos niños puedo hacer cualquier cosa, la muerte ya no me preocupaba tanto. Mi muerte no. Pero la de ellos sí. Si ellos morían, mataría a Garfio; a toda su tripulación. No sé qué haría si algo les sucede a esos niños. Pero sé que no podría soportarlo.

―Hoy es un buen día, ¿no crees, Rose? ―me dice Garfio poniendo su garfio en el timón, yo miré su garfio y luego a los niños. Traía puesto su garfio para descuartizar. Planeaba lastimar a los niños, y que yo mate a Peter; pero no voy a permitir nada de éso.

―No, no lo creo ―respondí fría.

―Todos los sentimientos que tienes por Peter, se apagaran hoy. Sí es un buen día ―dice agarrando mi mano con la única mano real que le queda.

―No me toques ―le dije empujándolo y mirándolo con odio―. Mis sentimientos por Peter durarán pase lo que pase.

―Eso dices. Ya veremos quién vence al final.

Y se fue.

No pude controlarme a empujarlo, ese hombre me enoja más de lo que lo hacía Peter cuando era muy cínico. No podía aguantarme mis terribles ganas de verlo desangrándose en el piso; aunque si no me controlaba, iba a ser yo quien termine desangrándose en el piso del barco.

Bajé la escalera del donde estaba el timón y caminé hasta el poste de la vela, a ver a los niños perdidos. Los vi a todos ahí, amarrados cruelmente a ese maldito palo; dormidos. Todos tenían las mismas caras que yo recordaba hace unos meses, amaba esas caras, los amaba a ellos. Llegué a Félix, cuando vi su cara; me asusté. No era la cara que había visto en la emboscada, y ayer no pude darme cuenta porque no pude ver de cerca su rostro. Había rasguños en su cara. Como los de hace un año, cuando los piratas nos atacaron en la playa.

Me agaché para estar a su altura, pero no toqué su cara. Examiné cada uno de sus rasguños, no puedo imaginarme cuánto le deben haber dolido; hasta que sentí yo misma el incomparable dolor. Y cerré los ojos.

Luego me paré, y me di cuenta de una persona que estaba al lado de Félix:... Peter. Miré su cara, él dormía, se veía tan hermoso como cuando dormíamos juntos. Extrañaba mi despertar, y sólo porque Peter estaba en ellos. Me fijé en la cicatriz que Garfio le había dejado desde la emboscada, y cuando miré más abajo; pude ver dos rasguños en su pectoral izquierdo, cerca de su clavícula. Se distinguían un poco, ya que su camisa los tapaba. Esos rasguños, los reconocería en cualquier lugar: Garfio.

Tapé mi boca debido al dolor, y el odio. Dolor por lo que le habían hecho a Peter, y odio porque Garfio había sido el que los provocó.

[...]

Unos minutos después, todos comenzaron a despertar. Y Garfio los veía en manera de burla. Yo estaba detrás de él, y no podía hacer otra cosa que mirar a Peter, y Peter también me miraba a mí. Todos lo hacían. Sabía qué pasaba por la mente de cada niño en ese momento, y también por la mía.

Todos queríamos matar a Garfio.

Pero si tengo suerte, seré yo quien lo haga al final.


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Perdón por tardar tanto niñas, exámenes de fin de año necesitan de mi atención!

Gracias por leer 

-Delfi :)

𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora