𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]

Capítulo 12: "Piratas"

Nunca había sentido tanto miedo y odio corriendo por cada uno de mis vasos sanguíneos en mi vida.

¿Qué quería Garfio y su tripulación aquí?

Tenían a los niños amenazados con armas, a los adolescentes incluídos. Garfio nos miró con las cejas arriba y relamió sus labios, luego hizo una sonrisa ladeada. Comenzó a caminar hacia nosotros a pasos agigantados y con una sonrisa en su rostro, Peter me escondió tras su espalda y miré a Garfio por encima de su hombro.

―No hace falta que escondas a la damisela, Pan― dijo provocando la burla de todos los piratas. Peter tragó en seco, sabía que estaba furioso, nadie lo provoca. Se estaba conteniendo, no sabía por cuánto tiempo―. Vaya, vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? Pero si la damisela es más hermosa de lo que pensaba.

―No te atrevas a dar un paso más ―escupió Peter apuntándolo con su espada en el cuello―, si lo haces, voy a cortarte la garganta.

―¡Oh, no puede ser! Peter Pan defendiendo a alguien que no es él mismo, increíble. ¿Qué ha pasado, Pan? ¿Acaso el amor ha llegado a Nunca Jamás?

―Supongo que a la bestia le vendría bien tu otra mano de aperitivo, luego te tragará entero, Garfio.

―Muy bien jugado, Pan. Pero la chica no es tonta, tarde o temprano sabrá qué le conviene.

―Ni de chiste pienses que te la voy a dejar servida en bandeja. Ya sabes lo que pasó la última vez, supongo que no querrás perder tu otra mano.

―Muy bien, como quieras, protege a la chica, pero llegará un momento en el que va a estar sola. Y ni tú, ni nadie podrá hacer algo por ella.

Eso me asustó hasta los huesos. ¿Qué quiso decir con que nadie podrá ayudarme?

―Puedo cuidarme sola― le dije a Garfio saliendo de detrás de Peter. Tragué en seco y resistí el impulso de baja la mirada, sólo levanté la cabeza aún más y vi los ojos azules de Garfio clavados en los míos. Si no fuera un perfecto idiota, hasta podría decir que es un hombre lindo.

―¿Ah sí? ¿Y quién te ha enseñado? Porque no creo que Pan entrene a chicas luego de...

―Yo la entrené ―interrumpió Peter―. Y es mucho más lista que tú.

―Puede que más lista, pero nunca más hábil― aclaró Garfio―. Lamento no ser tan caballero, pero éste niño que se cree el rey me pone los pelos de punta.

―Éste "niño", como tú dices, puede hacer que mueras desangrado con un sólo movimiento. Así que recomiendo que vuelvas a pensar en éste fallido plan de amenaza y te alejes de todos nosotros. Por las buenas, o por las malas. Tú decides― dijo Pan escupiendo odio y furia. Garfio sólo rió sarcástico e hizo una seña a su tripulación para que soltaran a los demás. Adam vino corriendo a mí y nos abrazamos.

―Muy bien, nos vamos― Peter sacó la espada de su garganta―. Pero quedas advertido de que debes cuidar muy bien a ésta chica, un segundo puede bastarme para quitártela.

―Saca tu patética cara de mi vista, Garfio― escupió.

―Señorita ―me hizo una reverencia y lo miré confusa―. Nos volveremos a ver, te lo aseguro.

Y sin más, desapareció junto con su tripulación entre las malezas del bosque.

―¿No va a sucederte nada, verdad?― me dice Adam mirándome con sus ojos resplandecientes desde abajo, aún nos estábamos abrazando―. ¿No vas a dejarnos, cierto? No quiero que te vayas.

Miré a Peter y él aún estaba enfadado. Luego volví mi mirada hacia Adam y me agaché para estar a su altura, posando mis rodillas en el piso.

―No, claro que no. Nunca te dejaría, jamás― le dije abrazándolo fuertemente y todos los niños, y adolescentes, me miraban.

―¡Todos a dormir!― exclamó Pan y los comentarios de "es demasiado temprano" o "¿y la fogata?" se escucharon. Sabía que Pan no estaba de humor para tocar su zampoña ni nada, odia que lo provoquen y eso lo pone de muy mal humor―. ¡Hoy no habrá música ni bailes! ¡Y si no me obedecen, los voy castigar!

Todos los niños se fueron a sus tiendas y yo alcé a Adam para acostarlo yo misma. Lo llevé a upa hasta la tienda que compartía con otro niño perdido llamado Hank. Metí a Adam en las sábanas y besé su frente.

―¿Lo que dijo Garfio es cierto?― me dice Adam.

―No, Adam, tranquilo. Él no puede hacerme daño― le respondí acariciando su frente.

―¿Lo prometes?

―Lo prometo. Duerme― besé su frente otra vez y me marché de la tienda luego de apagar su lámpara.

Suspiré antes de salir y me dirigí a mi tienda.

No podía dejar de pensar en lo que había dicho Garfio, me asustó hasta los huesos. ¿Podría lastimarme? ¿O a todos nosotros? No me importaba que me hicieran daño a mí con tal de que todos aquí estén bien. Pero Garfio nunca ha sido conocido como un hombre con piedad, así que yo pienso que si quiere dañarnos, lo va a hacer.

―¿Puedes dejar de caminar?― me preguntó Pan sentándose en la cama. No me había dado cuenta de que cada vez que estoy asustada y me pongo a pensar, camino demasiado y me es imposible parar. Pan odia que camine demasiado, lo recuerdo de lo del brazalete ésta mañana.

―Lo siento...

―Nunca he sido un experto en sentimientos, pero... puedes contarme si quieres.

Me senté a tú lado.―¿Y vas a escucharme?― le pregunto insegura.

―Haré el esfuerzo― se encongió los hombros.

―Estoy... uh, asustada― confesé soltando un gran y ruidoso suspiro.

―¿Garfio?― asentí frenéticamente―. ¿Qué es lo que te preocupa?

―Que pueda dañarnos.

―Tranquila, todos vamos a estar bien.

―¿Cómo lo sabes?― cuestioné sin una maldita gota de confianza en Peter.

―Bueno... Yo, voy a prometer algo de lo que me voy a arrepentir, pero lo haré para que te quedes tranquila.

―¿Desde cuándo eres tan bueno?

―¿Quieres escuchar la promesa o no?― me miró cansado. Lo único que me daba miedo de esa supuesta promesa era que al final de todo no pudiera cumplirla.

―Está bien.

―Mientras yo esté vivo... prometo que nada ni nadie te hará daño, ni a ninguno de nosotros.― ¿Y qué pasaría si él muriera? No estaba tan segura de que Pan pudiera cumplir aquella gran y arriesgada promesa, pero confío en él.

―¿Seguro que vas a poder mantener esa promesa?

―¿No confías en mí?

―Sí, es sólo que... No es nada, sí confío en ti.

―Entonces créeme cuando te digo que podré con ésto.

―Te creo. Gracias Peter.

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¡Apareció Garfio por primera vez, y fue muy claro con su advertencia!

Pero, por otro lado, ahora Rose cree en Peter...

¿Qué les pareció la aparición de Garfio?

-Delfi :)