𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]

Capítulo 27: "El plan"

Narra Rose:

A dos días de haber sabido la verdad, me encontraba algo confundida aún. Pues no era fácil asentar la idea de todo este plan macabro en mi mente, fue bueno enterarme por Noah. Aunque no lo he tratado del todo bien desde que lo supe, porque no podía creer que fueron capaces de hacer semejante cosa. De Garfio si me lo esperaba, pero no de Noah. Pero también estaba feliz; feliz porque ahora sabía que Peter no quiso echarme en realidad. Porque Noah me dijo que aún me ama... tanto como yo lo amo a él.

Me encontraba en cubierta, en el barandal del barco; pensando con el viento frío que chocaba contra mi cara. Mi mirada estaba perdida, miraba el agua o el cielo a veces. Todo para no mirar al maldito de Garfio y no arrancarle su otra mano. Pues debía controlarme hasta tener el plan para vencerlo. Como Noah me había dicho.

Recordé cómo fue en la vez que Garfio me capturó, recuerdo que me llevó en la noche y que le dejó una nota a Peter. Cosa que era horrible estar en éste barco capturada. Sólo me daba ganas de saltar al agua y perderme ahí.

Fue una buena idea, porque en cuestión de segundos; me paré en el borde del barco y salté al agua. Estaba algo fría, pero no me importaba. Cerré los ojos y me dejé estar ahí, mientras supe que los piratas me estaban buscando. Oía sus gritos desde el agua. Pero no iba a volver hoy. Al menos no hasta la noche, no quiero ver a nadie.

Nadé hasta la costa y salí absolutamente mojada, y con algo de frío. Miré en barco a lo lejos e hice unos pasos para atrás, para luego comenzar a correr por el bosque. Sintiéndome libre quizás. Sintiéndome libre de los piratas, libre de emociones. Aunque no totalmente. Porque cuando corría, las imágenes venían a mí. El beso con Peter, mis tiempos con los niños perdidos, los abrazos con Félix, esa vez que pelee contra Garfio, cuando Peter me echó; hasta cuando volví a verlo hace unos días. Y todo eso, me hacía correr más fuerte aún.

Corrí, y corrí; hasta llegar al campamento de Peter. Donde me frené en una pequeño colina y me escondí entre los árboles. Vi a los niños, a Félix y a Peter reunidos en la fogata. La fogata no era la misma, no bailaban, ni se oía la zampoña. Ni nada.

Intenté acercarme más e hice un estúpido ruido con una rama que se quebró, me quedé estática. No sabía si alguien había logrado escucharla. Parece que Félix si, porque se volteó y miró directo a donde yo estaba, intenté esconderme detrás de un árbol; pero igualmente me vio. Sonrió ligeramente, y se vio algo triste.

Levanté mi mano solo un poco para intentar saludarlo, él volvió a sonreír y se alejó a su tienda. Cerré mis ojos y apoyé mi espalda contra el árbol. Ay Félix, cuánto lo extraño; extraño sus idioteces, sus locuras, su risa. Extraño a mi hermano mayor por así decir. Sólo quería volver al campamento de vuelta.

[...]

Volví al barco de Garfio en la noche, cuando los piratas estaban en la fogata. Nadie se atrevió a decirme nada, ni siquiera Garfio. Pues todos los piratas estaban concentrados en el plan para atrapar a los niños perdidos y a Peter. Según me he enterado, los secuestrarían mañana a la madrugada, casi al amanecer.

Mientras yo tendría una reunión con Noah hoy, para hacer nuestro propio plan. Sería mucho mejor que el de Garfio, y así, lo derrotaríamos. Estábamos por llegar al fin, o vence Garfio o venzo yo. Espero que la suerte esté de mi lado.

Noah me hizo una seña y claro que yo la entendí, era hora de hacer nuestro plan y espiar el de Garfio. Pues él estaba con Smith en su camarote, y debíamos saber todo lo que planea. Así que ambos nos levantamos de la fogata y nos fuimos sigilosamente a escuchar el plan de Garfio. Aunque la cosa era que Noah lo escuchara y yo me quedara en los calabozos, esperándolo.

Esperé durante un buen tiempo, hasta que Noah decidió volver al fin.

―Bien, por lo que escuché, van a envestir al campamento de Pan mañana por la madrugada, y los atarán al poste de la vela. Y... te obligarán a ti... a matar a Pan.

Mis ojos se abrieron como platos. ¿¡Qué carajos!?

―Mataré a Garfio mejor ―dije molesta.

―Tienes que controlarte, espera a que el momento indicado aparezca.

―Pero lo mataré.

―Como tú quieras ―se rió un poco―. ¿Por qué saltaste al agua hoy?

―Quería estar fuera de éste maldito barco de una vez por todas... fui al campamento de Peter.

―¿Alguien te vio?

―Sólo Félix. Pero no dijo nada ―nos quedamos en silencio por un rato―. Los extraño.

―Vas a recuperarlos, no te preocupes.

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¡No pueden obligarla a matarlo!

 ¿O si?

-Delfi.