Capítulo 26: "Noche especial"

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Narra Peter:

Han pasado dos días desde que Nunca Jamás se sumergió en una profunda paz, desde que Rose dejó encerrado a Garfio en ésa caja. Y ya no tendríamos que volver a preocuparnos por él. Todo era muy tranquila en su ausencia, como siempre imaginé que sería luego de que el hombre que intentó matarme durante siglos, se fuera.

Y estaba muy orgulloso de Rose, porque encontró la manera de salvar a los que querían salvarla. Ella es muy fuerte, y no me sorprende, le he enseñado todo lo que sé. Y ella ha sido una gran alumna.

Y el demonio se enamoró del ángel. Todos lo sabían, sabían que estábamos enamorados y que eramos el rey y la reina de Nunca Jamás, y de nuestra relación.

Abrí la pequeña entrada de la tienda, y la cerré con el pequeño pestillo. Rose estaba quitándose las botas mientras me miraba.

―Hola... ―saludó. Le sonreí y me acerqué a ella, ayudándola a quitarse las botas. Al finalizar, ella se tiró en la cama con una pequeña sonrisa en sus labios ― Gracias.

―No hay de que... ―dije. También me quité las botas y me tiré a su lado, rodeándola con mis brazos. No era costumbre quitarnos las botas, pero un día que duermiéramos cómodos; no estaría mal.

Su rostro estaba a escasos centímetros de los míos, y su aliento chocaba contra la piel de mis mejillas. Adoraba poder mirarla a tan poca distancia, sabiendo que ella hacía lo mismo, posiblemente. Subí una de mis manos hasta su rostro, y acaricié suavemente su mejilla, que era levemente iluminada por la luz de la luna.

Ella subió su mano hacía donde estaba la mía y la acarició con su dedo pulgar. Sus ojos comenzaron a brillar de una manera especial y única, era un brillo de ternura y amor.

Se inclinó hacia mí, y me besó, con ternura. Esa manera tan usual y enamoradiza de ella. Me dejé llevar por el beso sin saber las consecuencias siguientes.

Sus brazos comenzaron a rodear mi cuello, con lentitud, de forma que tiró de él, haciéndome que me colocara sobre ella, sobre su pequeño cuerpo y frágil para mí. Suspiré contra sus labios, entendiendo el significado de lo que estaba insinuando.

Jadeé contra contra sus labios, y me separé, para tomar aire. Pero volví besarla, creando yo ahora la intensidad del beso. Y ella pareció entenderlo, porque respondió a la desesperación y lujuria de mi beso.

Pero no quería lastimarla porque sabía que ella era novata en lo que estaríamos haciendo. A pesar de que no me había dado ninguna señal de que me detuviera, quería asegurarme.

―Rose... ―susurré al separar con suavidad nuestros labios. Su respiración era agitada, pero pudo responderme.

―Peter... Te amo... por favor; quiero... quiero que seas tú ―susurró, y eso fue la gota que rebalsó mi vaso de cordura.

Lo restante fueron besos, caricias, y comienzos de roces en nuestra piel. Yo no era un experto en ésto, pero sabía que hacer con Rose. Y más si se trataba de la chica que me había robado el corazón.

Pero ella se dejó llevar por la calidez que le transmití. Y yo me dejé llevar por el cariño de sus besos y sus caricias. Nunca me había sentido tan desesperado y completo por estar con ella. No había sido el momento perfecto, ni la situación; pero que hubiese sido con ella, con sólo eso era perfecto.

Fuimos uno por una noche, con las millones de estrellas sobre nuestra tienda como testigos. Habíamos entregado todo. Le había entregado todo de mí; todo mi cariño. Y supe que ella también; ella me había entregado su pureza, y su cariño.

Rose Lancaster era la chica con la que siempre había soñado antes de venir a Nunca Jamás. Ella era mi sueño perdido, ella era mi chica perdida.

Aunque, ella estaba conmigo; ella no era una niña perdida por familia. Ella estaba perdida en el amor, como yo.

𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑖𝑙𝑠 [𝑃𝑒𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑛 𝑂𝑈𝐴𝑇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora