Cinco

532 43 9
                                    

POV Pablo

"Pablo nos hemos ido al hotel y tú no estás ¿Todo bien?"

Son más de las tres de la mañana y yo apenas estoy regresando a mi habitación del hotel. Estoy seguro de que Mariola me matará si me llega a ver pero, la verdad, valió la pena.

Tengo una sonrisa estúpida en el rostro, aún recuerdo su perfume, su largo cabello castaño cubriendo su espalda, llegando hasta sus caderas. El tenerla sobre mi cuerpo hizo que todas las alarmas se activaran. Gracias a Dios no pasó nada entre nosotros, pero no puedo negar que me moría por probar sus labios.

Algo me dice que mañana irá a mi concierto, deseo con todas mis fuerzas que sea cierto. Lamentablemente, mañana será la última vez que vea a Aimeé en un buen tiempo. La semana que viene partiré a Chile a promocionar mi disco y dar un concierto, de allí a Argentina y México. En un mes regreso a España.

Después de cambiarme, me recuesto y miro al techo pensando en la maravillosa noche que pasé. Hablar con ella me hizo mucho bien. Es como si volviera a ser Pablito, el chico que sólo quería cumplir todos sus sueños y tener el mismo cariño y amor que sus padres se profesan cada día. Es como si el tiempo y Aitana no hubiesen existido.

Ella me ha puesto mi mundo de cabeza... ¡En sólo una noche! No sé qué es lo que me pasa... pero... con ella quiero aplicar cada verso de Caramelo y nunca dejarla ir.

Tomo mi móvil y deseo mandarle un mensaje. Pero por imbécil y olvidadizo no tengo su número telefónico... pero sé con quién conseguirlo. Aunque... si se lo pido ahora... me matará. Mejor más tarde.

Me siento cansado... Será mejor que duerma un poco, que si no Mariola me matará por las ojeras que seguro tendré por la mañana.

—Pablo... Pablito.... —suena una voz... creo reconocerla ¡Aimeé!

—¡Pablo Moreno de Alborán Ferrándiz, levántate ya! —me asusto y casi me caigo de la cama.

—¡Qué demonios...!

—¡Mueve tu culo y lárgate a bañar! ¡Otra vez vas tarde! —grita Mariola... como no, tenía que ser ella.

—¡Joder!

—¿Volviste a beber?

—No. Sólo pasé una linda noche con una chica

—¿Otra vez?

—¡No! —respondo tímido— no lo malinterpretes... sólo charlamos. Me pareció una chica demasiado linda como para sólo acostarme con ella —suspira.

—No quisiera que te hicieras daño, y de paso, lastimarla a ella.

—De todas formas... ella tiene novio y yo... bueno tengo muchos pendientes que hacer.

—Ve a ducharte ¡Y no tardes!

Se va, hago lo que me dice Mariola. Hoy he amanecido de buen humor, a pesar de la forma en la que me despertaron, no puedo olvidar cada momento que pasé con ella. Ni siquiera se me quitan las ganas locas que tengo de besarla. El agua relaja todos mis músculos y no puedo evitar cantar mientras, es algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Realmente ella hizo que, por una noche, ese Pablito volviera.

POV Aimeé

Despierto con una sonrisa, eso a pesar de lo que pasó con Daniel anoche. Pero lo que sucedió después... sé que no debo pensar más en ello, pero el recuerdo constante de los latidos del corazón de Pablo aparece en mi cabeza.

—¡Buenos días! —dice Ceci con una sonrisa ¿Acaso no estuvo de fiesta anoche?

—Buenos días, creí que estarías en plena resaca —hablo intrigada

—La verdad... sin fuera otra fecha, tenlo por seguro que estaría así ¡Pero hoy es el concierto! Así que no puedo sentirme fatal antes del concierto. Por cierto... ¿Vas a ir, Aimée? —¡Rayos! Pablo me invitó a su concierto y no sé si negarme o disfrutarlo con mi prima. Después de todo, hace mucho tiempo que no asisto a un directo.

—Pues.... no lo sé —en ese instante suena el móvil de Ceci y, disculpándose, se levanta y va a leerlo. Noto que sonríe y teclea unas cosas y luego lo deja en su sitio y regresa a sentarse en la barra.

—Estoy segura de que irás... No le hagas caso a Daniel. No me gustó cómo te estaba tratando ayer —dice seriamente— sé que lo quieres, pero ningún hombre tiene derecho a hablarte así. No quiero que te haga daño.

—Seguro estaba pasado de copas, él nunca ha sido así —contesto nerviosa, tratando de defenderlo.

—No lo hagas... no lo justifiques —se retira de la barra mientras yo termino de prepararme un emparedado. Antes de darle el primer bocado, llega un mensaje de un número desconocido.

He pasado una gran noche a tu lado, gracias por hacer que por lo menos una noche recuperara lo que fui alguna vez.

¿Vendrás al concierto?

Pablo.

Mi corazón se detiene por un momento. Trataba de olvidar lo que viví anoche con él; las palabras, los latidos de su corazón, el contacto de cuerpo al mío y ahora viene a decirme eso.

—¿Qué fue lo que pasó anoche con Pablo? —pregunta mi prima, me asusto.

—Nada —titubeo.

—¿En serio? Pues por la forma en la que dice Pablo en ese mensaje, está claro que a él lo dejaste impresionado.

—Sólo charlamos, eso fue todo —explico nerviosa.

—Pues... creo que le causaste algo, si fuese el Pablo de siempre, ni se hubiera molestado por el tío que tienes por novio y se hubiesen acostado.

—¡Ceci!

—¿Qué? Sólo digo lo que el Pablo que ahora conocemos haría pero, por lo que veo, lo has hecho cambiar un poco.

—¡Vete a trabajar! —le ordeno molesta

—Claro... Pero deberías responderle, ten —me da un boleto— me encantaría que fueras pero lo más seguro es que no, al menos dile eso.

—Le responderé —digo para evitar darle más vueltas a la conversación, ella no muy convencida, se va.

Me tiro al sofá, meditando la respuesta que le daré a Pablo, no sé qué decirle. Empiezo a escribir el texto, muy poco convencida de lo que quiero enviar.

No lo sé, ha sido una gran noche, pero no estoy segura de poder ir... lo siento Pablito...

Espero volver a verte pronto.

POV Pablo

Miro triste el teléfono ¿Por qué? No tengo idea, pero me siento algo mal porque Aimeé no vendrá al conci. Estamos en la prueba de sonido. A pesar de que hace varias horas me mandó aquella respuesta, estoy con el anhelo de que aparezca en algún momento. Pero creo que eso ya no será posible.

Pasan las horas, todo luce perfecto y listo para el último concierto de la gira, los chicos me animan y también se sienten melancólicos porque esta aventura ha llegado a su fin... Ceci llega a nosotros y nos abraza... nos dice que si podemos quedarnos un par de días, por mí me quedo, sólo para poder hablar más con Aimeé.

Nos fundimos en abrazos y digo mis palabras de aliento, liberando todo el deseo y las ganas de subirme al escenario, todos corean mi nombre y yo no hago más que sonreír. Bajo el grito de ¡Alborán! nos preparamos para la última noche.

Suenan los acordes de Toda la noche, eso me hace pensar en ella, pasamos la noche en la playa, su sonrisa, sus ojos, su voz... ¿Qué demo....? ¡No mires a Aimeé como mujer! Es una amiga, es sólo una amiga. Me repito esto varias veces hasta que acaba la canción. Todos cantan conmigo emocionados, más no la veo a ella.

Me preparo para entonar la siguiente canción, Deshidratándome, cuando escucho un pequeño grito, trato de buscar con la mirada aquel grito, siento que es de alguien conocido... y me encuentro con sus ojos, perdiéndome en ellos. Sonríe y a mí me nace unas ganas de dar más de lo que ya daba en este concierto, me ha inyectado de una energía que no creí que tuviese alguna vez. Debo verla después del concierto pero, por el momento.... tengo ganas de todo y esto, fue por su sonrisa.

¿Me he enamorado?

Pasos De CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora