Sesenta y cinco

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Minutos antes

POV Aimeé

No sé qué diablos me dio hace una hora, pero caí profundamente dormida, hasta que el chirrido de un auto me despertó. A pesar de ello, no tengo el control de mi cuerpo, me siento como si fuera una muñeca que es llevada de un lado a otro, apenas consciente de que está en una especie de bar. Varios hombres me miran con lasciva, salvo uno que no sé cómo interpretar su mirada, mientras soy arrastrada a una habitación.

—Aquí te quedarás, putita, hasta que tenga lo que quiero —escucho miedosa mientras me empuja al interior.

Las paredes en tonalidades rojas, una tenue luz que da un aspecto más aterrador a la habitación; hay una cama matrimonial junto a mí y una puerta. Aunque quisiera, no puedo moverme porque mis músculos siguen sin responderme. Momentos después, la puerta se abre y cuatro hombres se acercan, tomándome de las manos.

Intento protestar, pero es imposible razonar con ellos, parecen estar pensando con otra cosa. A medida que avanzamos, escucho gemidos provenientes de otros cuartos, mi mente finalmente consigue encontrar la lógica: estoy en una especie de burdel y no quiero ni pensar en lo que me harán. Daniel me ha mentido.
Miro las caras de mis verdugos, tres de ellos, me miran con deseo. El último, quien me sostiene del brazo izquierdo, tiene una mirada indescifrable. Las lágrimas se escurren por mis ojos, sabiendo mi destino final. De repente, el escenario cambia. Ahora es una especie de patio que conduce a otro lugar, a lo que parece ser una casa.

Y segundos más tarde veo mi pesadilla hecha realidad: Daniel está apuntando, con una pistola, a Pablo; que me ve con terror. Bajo la mirada y casi grito al ver que llevo un top ajustado, con un escote en el que se nota descaradamente mis senos y una falda minúscula, tengo el aspecto de una puta. Las lágrimas vuelven a hacer presencia; siento mis piernas flaquear.

—Tenemos aquí a nuestra invitada de honor —exclama—, bienvenida a tu infierno, perra. No sabes la satisfacción que me provoca el verte así, con esa mirada de terror.

—¡Déjala ir, si quieres vengarte de alguien, me tienes a mí!

—¿Crees que hago esto porque un cantante de cuarta me quitó a mi novia? Estás muy equivocado, está zorra arruinó mis planes y va a pagar por su insolencia —mantiene sus ojos sobre Pablo—. Aimeé… esto es muy simple, tengo medio millón de euros, además de un negocio rentable, a pesar de que la maldita policía está tras de mí.

—¿A qué te refieres?

—A que tú eras solo una más en mi lista de productos a la venta… caíste tan redondamente en que yo era el hombre de tu vida y que tendríamos una familia. Tal vez hubiera sido así, un tiempo en exhibición; después ser parte de mi harén exclusivo.

Mi cuerpo se tensa. Estaba saliendo con un proxeneta.

—Pero no, decidiste irte, dejándome sin un importante trato con un empresario francés. Pero ya lo tengo resuelto y la persona está dispuesta a recibirte. Aunque debo decir que tiene unos gustos muy… variados.

—¡No, por favor, Daniel! —suplico al darme cuenta de lo que hará.

—Claro que sí. Tu infierno empezará así: serás parte de un gran espectáculo junto con estos cuatro pobres diablos, mientras que, tu amado Pablo verá todo antes de clavarle una bala en su cabeza —sonríe con sorna— ¿Creías que esta historia tendría un final feliz?

—No le hagas nada a él —sollozo— el problema es conmigo, déjalo ir y me quedo contigo, haré lo que quieras.

—¡Qué conmovedor! —ironiza, volteándome a ver—. La princesa quiere salvar al príncipe, son tan parecidos… él también quería sacrificarse por ti, pero como yo soy quien tiene la última palabra…

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2019 ⏰

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