Nueve

379 35 5
                                    

POV Pablo

Después de que Lolo me contó sobre lo que Ceci le ocultó por varios meses, me siento en el sofá porque no puedo creer lo que estoy escuchando. Trato de mostrarme lo más sereno posible para evitarle preocupaciones, ya era suficiente con las noticias que le habían dado como para tratar de calmarme. Pues mi corazón empezó a latir con tanta fuerza que pensé que se saldría del pecho.

—¿Cuándo te lo comentó?

—Ayer, me lo dijo por teléfono. Es que... —suspira— después de que decidiste empezar tu descanso, estuve un mes en Barcelona. Las visitaba constantemente, pero a veces sentía que todo estaba muy tenso.

—Entiendo, quizás creía que todo se iba a resolver pronto y no quería preocuparte —y quizás evitar que yo me enterara pues sabía que yo le partiría la cara, pienso.

—De todas formas, está desaparecida. He decidido ir a Barna y hacer una denuncia, no podemos perder más el tiempo.

—Cualquier cosa que necesites, sabes que puedes contar conmigo —afirmo, aunque sabe que daría lo que sea por verla. A veces no entiendo a mi mente y mis sentimientos ¿No se supone que estoy tratando de olvidarla?

—A eso venía... sé que terminaste mal con Aimeé pero necesito apoyo moral ¿Podrías venir conmigo a Barcelona?

—Claro no hay problema, ya sabes que estoy de vacaciones aún —ríe.

—Entonces empaca, no quiero perder ni un minuto más —asiento.

Camino hacia mi habitación y saco mi maleta para dejar mis cosas en ella. Supongo que Lolo debe estar reservando los lugares para tomar el AVE y las habitaciones de hotel. Minutos después salgo de mi recámara con el equipaje listo, quizás nos quedaremos una semana allá, en lo que se resuelve la situación legal de la investigación. Es de esperar que llamen a declarar a Ceci por no haber denunciado antes. Todos lo sospechamos pero ¿Quién diría que ese tipo sería tan monstruoso? No quiero ni pensar cómo puede estar Aimeé.

—¿Ya estás listo? —asiento— entonces vamos, quiero estar allá lo más pronto posible.

—No te mortifiques más, amigo. Hay que tener la cabeza fría y pensar en las cosas que van proceder.

—Tienes razón. Vámonos —salimos de mi apartamento, en el trayecto a su casa empecé a pensar. Si me hubiera quedado a pesar de los reproches de Aimeé ¿Esto hubiese pasado? No puedo evitar sentirme culpable de esta situación. Aunque nadie me apunte con el dedo.

Una frase sale de mi cabeza....

—¿Por qué no me quedé a cuidarla?

—Ella te pidió que te fueras... No tienes la culpa —suspiro—. Sólo le ruego a Dios que la encontremos pronto; no sé qué tanto daño encontremos en ella.

—Sí... —y de nuevo se adueñaba de mis pensamientos, pone de cabeza mi mundo otra vez. Pablito... ese Pablito que recuperé en ese par de días está volviendo, lo único que me preocupa son mis sobrinos y mi familia musical. Pero ahora siento miedo hasta de mis padres y hermanos. Me hace valorarlos y ver que, nuevamente, estoy haciendo mal las cosas.

—¿Todo bien Pablo?

—Sí... no te preocupes. Hay que irnos, ya es tarde.

Llegamos a la estación y subimos al AVE que nos llevaría a la ciudad de Barcelona, dónde nos espera Ceci en la estación.

Mi mente sigue divagando en las cosas que ya no se pueden cambiar. Saco mi móvil y le mando un mensaje a Salva diciendo que salí a Barcelona con Lolo para ver a una amiga. Él me contesta que está bien y que me cuide.

Cierro los ojos y me duermo. Mitad del viaje

¡Ayuda! Por favor, Pablo, sálvame —otra vez aquella voz.

¿Quién eres?

¡Auxilio!

¿Quién eres?

—No dejes que me lleve

—¿Aimeé? ¡Aimeé!

—¡Aimeé! —exclamo, Lolo me mira extrañado. Mi respiración está agitada.

—Hermano ¿Estás bien?

—Es que... soñé con ella, me pedía ayuda, quería que la salvara.

—¿Qué?

—Fue raro... Sólo escuchaba su voz, todo estaba a oscuras. Y por alguna razón, empecé a gritar su nombre.

—La echas demasiado de menos.

—No es eso... es que quizás... fue una reacción subconsciente de la noticia que me diste.

—Ahora eres intérprete de sueños

—Bah... pienso que fue por ello.

—Bueno... —después de esa conversación pasan varios minutos y llegamos por fin a la estación. Allí nos espera Ceci, al vernos nos abraza y empieza a llorar.

¿Dónde estás Aimeé?

Málaga

POV Aimeé

Estoy en mi habitación, llorando de nuevo. Llena de heridas, lastimada por dentro, la esperanza se consume lentamente. Mi vida ha sido condenada a este infierno. Y ese infierno se llama Daniel.

Hace más de tres horas que se fue y no tengo idea de a qué hora vuelva, me siento demasiado mal, asqueada por haberme dejado llevar por Daniel y cada que me toca siento el mundo hundirse.

Mi mente se traslada a aquel paseo con Pablo y el momento en el que estuve en sus brazos. Bueno en realidad abrazados...

Si tan sólo si hubiera hecho caso a todos, tal vez estuviese en Barcelona o en Madrid. No sé...

En unos días me mudaré a la fuerza y no sé a dónde. Ni siquiera sabía que estaba en Málaga.

—¡Mi amor ya llegué! —mi cuerpo empieza a temblar. Noto la puerta de la habitación abrirse y el sentándose en la orilla de la cama—. Hola guapa ¿Me echaste de menos? No sabes las ganas que tengo de ti.

Finjo dormir para evitar que él me haga daño. Siento sus manos recorriendo mi cuerpo y evito sollozar.

—Será mejor que te despiertes si no quieres que te rompa esa dulce carita—atemorizada abro los ojos— muy bien amor, ya estás aprendiendo.

Cierro mis ojos y me limito a soportar sus caricias... sólo me dejo llevar.

La vida empieza a convertirse en una tortura que me agoniza. No soporto más este castigo... No quiero que él me toque de nuevo. Lo odio con toda mi alma.

Me tiene desnuda, me mira con una sonrisa espeluznante. Hace lo que quiere con mi cuerpo y lo único que puedo hacer es contener mis lágrimas. Cuando el muy infeliz termina su fechoría se tumba a un lado de mí.

—Ya te diste cuenta de que no escaparás de mi ¿Verdad?

—Te odio —susurro.

—¿Y crees que me interesa? —me da una bofetada— ya te lo dije eres mía.

Y nuevamente me hundo en él abismo.

Él está durmiendo mientras mis lágrimas recorren lentamente mi rostro. Tengo que hacer algo, debo escapar.

—Te juro Daniel que me voy a escapar y vas a pagar por cada moretón y cada... abuso. Lo vas a pagar.

Regresa Aimeé

¿Quién eres?

Vuelve, yo te salvaré de este infierno.

Yo...

¿Sabes lo que significa Aimeé?

Quiero volver a casa...

Pasos De CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora