Cincuenta y cuatro

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POV Aimeé

—¡Salva! —exclamo pidiendo ayuda— ¡Chicos por favor ya basta!

Ambos ignoran mis súplicas, los dos se reparten golpes, aunque no todos alcanzan el objetivo. Sin embargo, están ensangrentados y no hay nadie que me ayude. No pensé que Marco fuera así.

Algo tiene que ver con la conversación que tuvieron antes, esa que mi novio no me quiere decir. Sigo gritando, pidiendo ayuda mientras Marco la da un golpe al estómago, seguido de un derechazo a la mandíbula de Pablo que lo derrumba al suelo.

—¡Carajo! —exclama. Noto que la intención de mi ex amigo es patearlo sin oportunidad de defenderse, me agacho y rodeo el cuerpo de mi novio. De pronto recibo siento dolor en mi espalda.

El silencio se hace presente, roto por una exclamación ahogada y un grito. En automático, empecé a recordar los maltratos de Daniel; me encojo aún aferrada a Pablo.

—Aimeé, lo siento tanto. No pude frenarme —se disculpa, diciendo las palabras con rapidez. Sollozo y empiezo a llorar.

—¡Maldita sea! —mascullan e intento alejarme pero unos brazos no me lo permiten—. Mi amor, soy Pablo, no llores preciosa.

Siento sus besos en mi cabello y sus dedos acariciando la parte baja de mi espalda, colándose bajo mi blusa. Escucho su voz, susurrándome para poder tranquilizarme, mi mente logra despejar esos recuerdos tan horrorosos.

—Aimeé —vuelve a llamarme Marco— ¿Me escuchas?

Me oculto en el pecho de Pablo. No quiero verlo, tampoco a mi novio pero no es el momento de escapar. Sin embargo, escucho que me llama varias veces y sé que no fue su intención, pero lastimar a Pablo es como dañarme.

—Será mejor que te vayas, Marco, antes de que pueda levantarme y te rompa la cara —espeta. Escucho voces y pasos— Salva, ayúdala a levantarse.

Efectivamente, Salva había llegado a ayudarnos, aunque el daño ya estaba hecho. Ahogo un grito al ver a Pablo malherido. Su hermana, que llegó unos minutos después, lo levanta. Con maldiciones por lo bajo logra ponerse en pie. Mi mirada busca a Marco, pero él ya no está ¿Cómo fue capaz de hacer algo como esto? 

—¿Estás bien? —me pregunta Casilda— ¿Qué es lo que pasó?

 —Sí, sólo me duele un poco la espalda —me acerco a Pablo y lo abrazo cuidando de no lastimarlo más.

—Fue el imbécil de Marco que vino a hablar con Aimeé. Todavía no acepta que ya escogió y que se quedó conmigo. Además ¡¿Qué le importa mi pasado?!

—De eso hablamos luego, Pablo. Por ahora hay que subirte a la recámara, curarte esas heridas y... —suspiro— quedarte en cama.

—No es nada grave —masculla.

—De todas maneras, tenemos que limpiarte —acaricio su mejilla.

—Sigo sin creer que haya pasado esto. Marco es un gran amigo —comenta Casi—, luego hablaré con él. Lamento que pases la Navidad así, Aimeé.

—Mientras Pablo esté bien, no me importaría pasar el día en cama. Creo que necesito dormir.

—En ese caso, vayamos a la habitación.

POV Pablo

Mi hermano y mi novia me llevan a la habitación. Luego de recostarme en la cama, Salva se va a buscar el botiquín de primeros auxilios que está en la habitación de mis padres. Mientras, Aimeé sale del baño con un trapo.

—No debiste caer en sus provocaciones —me regaña— ¡Mira como te dejó!

—Lo bueno es que no tengo conciertos ni entrevistas por ahora —trato de reírme pero el dolor no me deja.

Pasos De CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora