Veinticuatro

314 30 4
                                    

Voy a subir hoy porque.... ¡YOLO!

Los Ángeles, Estados Unidos

POV Pablo

A medida que los días avanzan, mi corazón latía cada vez más rápido. A veces los pensamientos me abrumaban ¿Acaso mi anhelo por verla es tanta? Muero de ganas de volver a llamarla, pero apenas y me habla. Debo ser paciente, tomarme las cosas con calma. No puedo dejar que esta oportunidad se me escape de las manos.

Algunas noches, mi cabeza se atreve a imaginar lo que fue de ella en el tiempo que estuvo con ese maldito hombre. Los relatos de Casilda de cómo la encontró, me siguen produciendo escalofríos y una ganas inmensas de matar a ese miserable, al tiempo que se me encoge el corazón por ella.

Le dije a mi hermana que me atreví a llamarla por teléfono y que... usé a Sofía para que consiguiera el número. Me regañó por varios minutos, pero después me preguntó por ella. Seguramente le debe estar convenciendo de que vaya a Málaga.

Hoy el equipo decidió descansar, así que Rondine —mi publicista en los Estados Unidos y una de mis más queridas amigas— me recomendó ir al desierto.

Le conté todo lo que me ha pasado en este tiempo, se había dado cuenta de mi cambio. Tenía tantos amigos preocupándose por mí y yo seguía en mi afán por autodestruirme.

—Ni creas que te vas a quedar solo... —aclara—, te voy a acompañar y cuando necesites tu tiempo a solas, me apartaré.

—De todas formas, Rondi, seguramente me perdería si me dejan aquí —se ríe, me explica un poco sobre esta zona de California. El silencio inunda el lugar, aparte de mi amiga, lo único que puedo escuchar es el aire fluir y mi respiración acompañándola. Se siente extraño, sin embargo, llena de paz.

Y mi mente recuerda a Aimeé.

Ella riéndose, sentados los dos en las orillas de la playa, luego cerrando los ojos por la tranquilidad, encontrarla dormida entre mis brazos. Escuchar su voz después de tanto tiempo.... Mi corazón late con tanta fuerza que siento que me va a explotar.

¿Qué clase de sensación es esta?

Mi familia, mis fans, creen que yo conozco la sensación de estar enamorado. Están equivocados. Pensaba que con Aitana me pasaba, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que era un capricho y lo que dolía era que nadie podía enamorarse de mí o yo enamorarme de alguien. Pero seguía aferrado a creer, no perdía las esperanzas, por eso le canto al amor.

Me parece que, esta vez, las cosas pueden salir bien.

—¿Pablo? —Rondine se pone frente a mí y la miro ceñudo— Te estoy hablando desde hace rato y parece que te fuiste de este mundo ¿En qué piensas?

Sonrío levemente y alzo la mirada al cielo, recordándola.

—En las cosas que me están esperando en Madrid.

Málaga, España

POV Aimeé

—¡Aimeé! —exclama Helena al verme en el umbral del recibidor— ¡Qué agradable sorpresa!

Debido a las insistencias de Casilda por visitarles y el hecho de que, seguramente, Pablo le dijo de nuestra llamada telefónica, decidí ir el fin de semana a Málaga. Le avisé a Marco y me ha invitado a salir.

Eso sí, la familia Moreno me ha invitado a quedarme en su casa.

—¡Sorpresa! —me acerco a abrazarla. Mientras Casilda cierra la puerta.

—Me alegro mucho que estés aquí, Sofi te estaba echando de menos —comenta Cas.

—Claro... además de que Pablo me pidió que los visitara —recrimino.

—¿Cómo? —pregunta Helena asombrada.

—Que alguien le contó a su hijo que yo soy la chica a la que rescataron y alguien le dio mi número telefónico. Habló conmigo a principios de la semana, feliz de encontrarme y que... quiere verme. Tiene muchas ganas de que nos reencontrarnos —Helena fulmina con la mirada a su hija.

—¿Qué dijimos de respetar las decisiones de los demás, Casilda?

—Pero ¡Mamá! Ellos se conocen, él sonaba muy desesperado por saber de quién se trataba...

—Pero ¿Le pediste permiso a Aimeé para contarle todo a Pablo? —resopla—. Hija, ya eres madre de dos pequeñas y pareces tener 18 años.

—Ya no hay marcha atrás, Helena, supongo que es hora de encontrarme con las personas de mi pasado. Él sabe de la única familia que tengo y yo no puedo regresar a Barcelona, por lo que será mi único contacto con mi prima.

—Has ido a terapia con la psicóloga que te recomendé —sentencia Casilda—, por lo que creo que pueden estar frente a frente sin que a ti te dé miedo.

No tengo idea de mis reacciones, Cas, lo único que sé es que me late el corazón, fuertemente, cuando pienso en esa última llamada.

Después de hablar largo y tendido con ellas —y me entero que la pequeña cómplice de Pablo no es nadie más que Sofía— decido ir a la playa, eso sí en compañía de la familia Moreno. No tengo miedo a salir a las calles, sola, pero estar en Málaga es tener el temor de que ese infeliz ande por aquí. Es algo que sólo pude contarle a Keyla, mi psicóloga.

Por la noche, Marco llega a la casa pues fue invitado por Helena, lo cual tomó por sorpresa a todos, incluyéndome. De todas formas, fue una cena muy divertida. Hace tanto tiempo que no cenaba con amigos. Incluso siento que aquellas personas son mi familia. Me hace tan feliz.

—¿Ya no irás a visitarme pronto, verdad? —pregunto mientras veo el cielo estrellado. Estamos sentados en plena terraza, de cara a la alberca que posee la familia. Casilda ha llevado a las pequeñas a dormir, mientras que Helena termina de ordenar las cosas, junto con su esposo.

Cuando pregunté por Salvador hijo, su padre nos contó que estaba en Los Ángeles, junto con Pablo. Y que probablemente regresen al mismo tiempo, en dos semanas.

—¿Por qué lo dices?

—Pues ya fuiste esta semana a Madrid y ahora yo te estoy visitando, Marco.

—De todas formas, iré —sentencia— siempre es un placer verte y platicar por horas.

—En ese caso, muchas gracias por aumentarme el autoestima.

—Estoy diciendo la verdad, es genial estar contigo —le sonrío tímidamente. Bajo la mirada hacia el frente, a veces creo que puedo volver a ser la misma de antes, pero algo atraviesa mi alma cuando pienso en la respuesta. Tengo miedo de no poder entregarme en cuerpo y alma a nadie más.

—¿Crees... que pueda volver a ser una mujer en toda la extensión de la palabra? 

—Yo sé que sí, eres una chica maravillosa —suspira—. Cualquiera se enamoraría de ti, Aimeé y estoy seguro de que esa persona te entenderá.

Me encanta tu nombre ¿Sabes que significa amada en francés?

Recuerdo sus palabras, por alguna razón mi mente enlazó lo que decía Marco con algo que Pablo me comentó hace tiempo. A lo mejor tiene razón, pero el problema reside en ¿Cómo sabré que estoy entregándome a la persona indicada? 

—Desearía tener esa confianza —susurro— ¿Sabes? En dos semanas volveré a ver a una persona que fue importante en mi vida... me advirtió mucho sobre el error que estaba cometiendo. No le hice caso, me arrepiento en gran manera por ello; no sé con qué cara lo veré. 

—Pero... tú habías dicho que no querías encontrarte con nadie de tu pasado.

—Lo sé, Marco, pero parece que el destino nos quiere unir... de alguna manera u otra.

Y no sé por qué, pero hay algo en mí que está deseando con todas sus fuerzas ese encuentro. A lo mejor, mi vida dará un giro de 180 grados.

A pesar de mis miedos, estoy lista para tenerlo frente a mí. La pregunta es... ¿Cómo voy a reaccionar?

Pasos De CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora