Veintinueve

307 28 7
                                    

POV Aimeé

Aunque parezca que todo va bien entre Pablo y yo, la verdad es que me aterra cómo van progresando las cosas. Me siento segura con él, a pesar de que me abrazó, tenía la sensación de que ese era el lugar correcto y no sé si es por lo que me ha dicho la psicóloga o es que mi inconsciente sabe algo que yo desconozco.

—Traje películas de terror, algo de romance y comedia.

—Romance y comedia están bien.

Me encamino al sofá para encender la televisión y el DVD. Me incomoda pensar demasiado en ese abrazo y darle vueltas a eso como si fuera algo muy importante.

Pablo repite la misma acción que yo, sólo que él es quien pone la película y luego se sienta. Me mira detenidamente; suelta un largo suspiro, como si se contuviera de algo.

—Si... te incomodó el abrazo que te di, lo siento —se disculpa, baja su mirada y puedo notar está sonrojado.

¿Sonrojado? Lo hace ver como un niño tierno aún más de lo que ya es.

—No es eso —titubeo— es que yo...

¿Cómo le puedo decir que mi mente está viajando mucho más de... y no puedo controlar eso?

—Entiendo que es como re-acostumbrarte a todo, pero el abrazo no tenía ninguna connotación sexual, no te insinuaba siquiera besarte.

¿Besarnos? ¿Hacerlo? Cuando nos conocimos, tenía esa mirada, me deseaba y hubiese hecho lo que sea con tal de estar en su cama.

—Sé que no permitirías que te tocara, es más ni yo soy capaz de hacerte eso. Quiero que confíes en mí, yo... quiero estar a tu lado, como te dije antes, ser tu amigo. Seguro estarás pensando en el Pablo de ante, pero te puedo jurar que ese hombre ha desaparecido.

—De todas maneras... eres lo único que queda de ese pasado, quiero borrar rastros de ese tiempo —me mira dolido.

—Por favor... sácame de esa casilla. Porque yo no... —se queda en silencio y se levanta— está bien, si quieres eso entonces no tiene caso seguir aquí.

No me atrevo a decir algo. La película estaba empezando a reproducirse mientras él caminaba a la puerta y, como si fuese una escena dramática de cine, cierra de un portazo.

Respiro hondamente, apoyo mi cara entre mis manos; mi cabeza empieza su larga tortura en mi contra.

Soy tonta. Aún yo herida, sigo lastimando a las personas que me rodean.

POV Pablo

Llego al estacionamiento y busco mi automóvil. Me duele tanto el que ni siquiera quiera intentar superar ese dolor y sólo quiere suprimirlos. No quiero pensar en ella, por ahora no quiero pensar en nada.

Soy un idiota, por eso seguía en mi juego de estar con cualquiera. Sabía que si me enamoraba, sería para quedarme hasta las trancas por ella y quizás con el corazón herido, tal como ha pasado hoy. Seguro que con ese tipo no tendría problemas de reescribir su destino, al menos le permitiría poco a poco tocarla.

Golpeo con furia el volante, para luego apoyar mi cabeza allí. La historia acabó antes de empezar. Ahora he quedado como el iluso que creía que podía romper todo sus paradigmas y deshacerse de su daño.

Arranco el coche y me voy lo más rápido que puedo de allí.

Entro a mi casa, tiro la chaqueta por cualquier lugar. Voy a la cocina y tomo jugo de naranja, aunque francamente quiero un poco de ron.

Pasos De CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora