Capitulo 14

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Samuel abrió los ojos, murmurando algo sin sentido. Me miró a los ojos, intentando buscar una reacción ante aquella invasión de mi intimidad. Sin embargo, su mirada tardó breves segundos en moverse debajo de mis ojos.. No, aún mas.

Frunció el ceño, mientras se levantaba del sofá. Aun llevaba el uniforme del Parque Natural. Yo, me limitaba a mirarlo, estupefacta. Él, se detuvo frente a mí, de tal forma que debía alzar la vista para mirarlo.

No sonreía, pero tampoco parecía enfadado. Estaba esperando a algo.. A que le partiera la cara, seguramente.

-Sal de mi casa.-Gruñí, mirándolo fijamente.

Sus ojos azules me ponían furiosa. Bueno, Samuel, al completo, me ponía furiosa. Su forma de ser, de actuar. ¡Un completo capullo!

-Hana ha dicho que cuide de ti.- Añadió cerrando los ojos.- Y es lo que haré.

-Si Hana quiere cuidar de mi, vale. Pero tú no.- Finalicé, pateando su pierna derecha.- Arrastra tu culo fuera de mi casa. No te quiero ni ver.

-Lo que mi abuela dice, va a misa.-Dijo Samuel, encogiéndose de hombros.- Aunque yo no vaya.

-Tú te vas a la mierda y ahora mismo.

-Lo dudo, Soledad.

Reí histérica aquel absurdo mote que me había puesto. Aquel tipo o era tonto, o imbécil o ambas cosas; lo mas probable. No habia otra cosa que mas odiara que el típico: "Me han dicho que cuide de ti." Aquello me repateaba, ser capaz de hacer algo de tal importancia, solo porque otra persona lo manda.

Sin duda Samuel me caía cada vez mejor, nótese el sarcasmo.

-¡Vete de mi casa ya, joder!

-¿Por que no te gusta que me preocupe por ti?- insistió, abriendo los ojos.- ¿Acaso tan malo es que le importes a alguien?

-Lo que hagas con tu vida no me puede importar menos. Y ahora lárgate de mi casa.

Aquel tipo.. Era imbécil. La idea de preocuparse por mí era una gilipollez mas grande que el instituto. No me cansaría de demostrar que no necesito que nadie se preocupe por mi. Yo solita me basto.

-Alexandra..-Samuel se sentó en el sofá, con las manos cubriéndole el rostro.- Haber como te lo explico para que me entiendas..

-¿Me estás llamando tonta?- bufé.

-Deja de estar a la defensiva.

-No estoy a la defensiva.

-Si lo estás, y déjame seguir.

-¡Que te calles! Vete de una vez. No necesito la opinión de alguien que ni me conoce.

Vale.. Lo reconozco. Me estaba alterando demasiado. Pero la culpa era suya. Conseguía sacarme de quicio a una velocidad alarmante. Odiaba que insistieran tanto, y mucho mas que opinaran acerca de mi vida.

Si no estás solo no valoras la soledad. No necesito que nadie se preocupe por mí, no necesito que nadie cuide mis heridas. Se cuidarme sola, desde que mamá murió, estoy asi. Y nada va a cambiar, solo porque el aspirante a BoyScout insista en "preocuparse por mi".

-Veo que estás de mal humor. Te dejaré sola.- Se levantó del sofá y avanzó hacia la puerta.- Que sepas que no me rendiré. Tengo la impresión de que vales la pena.

-Que te den, maldito BoyScout.

Samuel abandonó mi casa, dejando que las palabras de Demons, de Imagine Dragons, lo inundara todo.

" When you feel my heat

Look into my eyes

It's where my demons hide

It's where my demons hide

Don't get too close

It's dark inside

It's where my demons hide.."

Fui al baño a ducharme. Allí pude ver una cosa. En todo momento había hablado con Samuel, sin camisa... Me metí dejando que el suave río de agua fluyera sobre mi. Estaba cansada. Muy cansada.

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora