Capitulo 3- Parte 3

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Si hay algo que odiaba más que la lluvia era.. Estar en el mismo coche que él. Sobretodo, por aquella música que intentaba colarse por mis oídos, con la intención de robar mi cerebro.

¿Que clase de abominación carente de oídos escribió esa bazofia? Yo no era quién para criticar los gustos musicales de nadie. Pero aquella situación verdaderamente, acababa con mi paciencia.

De todas formas ya llegaba tarde. La bronca estaba asegurada.

Opté por mirar por la ventanilla, intentando buscarle sentido a las palabras que vomitaba el cantante de aquella... canción.

"Lo que siento por tí

es cariño y amor

tú me has hecho sentir

que ya no hay en mi corazón..

Tanto dolor..

Mi niña bonita mi dulce princesa"

La canción se interrumpió. Lo cual agradecí fervientemente. Samuel, en un acto de compasión habia apagado aquel aparato infernal. Antes de oir mas de aquello prefería, hablar con él. Mi desesperación era insuperable.

-Debo suponer que no oyes este tipo de música.- Añadió, centrado en conducir.- Tenías cara de que te estubieran torturando.

Suspiré. Desde que entré en casa de Hana. Me había limitado a responderle con monosílabos. No me interesaba su persona, ser o compañia. Estaba muy acosumbrada a mi soledad. Y prefería que mi vida siguiera tal y como estaba.

-No me gusta.

Ví de reojo como asentía. Acababa de comprender que no quería hablar. ¡Que listo era aquel chico! Su extrema lucidez solo conseguía asombrarme cada vez mas.

Mentalmente, reconozco que soy un poco borde. Pero todo lo que ha pasado me ha hecho volverme mas huraña y sin ganas de dejar entrar a nadie, en mi vida.

-¿Por qué eres tan borde?- preguntó, deteniendo el coche a un lado de la carretera.- No nos moveremos hasta que me respondas.

Me giré para observar su rostro. No tenía ningún indicio de estar bromeando.

-Llegaremos tarde -añadí regresando a mirar por la ventanilla.- Te van a despedir.

-Me da igual.

Su risa burlona y despreocupada invadió el interior del coche. Lo que solo consiguió molestarme. Hasta tal punto, de coger mi maleta y bajar del vehículo.

Samuel se quedó mirandome. Yo, comenzé a andar por el lateral de la carretera. No quería llegar mas tarde. Porque lo que es mojada.. La lluvia se había avalanzado sobre mí, dejandome empapada a los dos primeros pasos.

Oí el ruido del motor y luego al nieto de Hana, pasar a mi lado. Mientras se bajaba arrancaba de mis manos la maleta.

-Entra en el coche si no quieres que te meta yo.

Eso fué lo último que le oi decir. Yo obedecí y él, me llevó al instituto. Todos estaban esperando su llegada. Habrían descartado que yo apareciera.

Aparcó junto al autobús, donde estaban los alumnos esperando por él. Antes de baja me tendió la chaqueta, sonriendo.

-Tienes todo un fin de semana para responderme.

Suspiré y bajé del coche. Sintiendo la mirada de todos los habitantes del autobús sobre mi. No solo porque tardaron en reconocerme. Sino porque acababa de bajar del coche del guía sobrel el cual las chica, parecían babear.

Si ellas supieran..

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora